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12 lugares increíbles que ver en China

Con el tamaño que posee el país más grande del lejano oriente, semejante en cuanto a superficie a todo el continente europeo, hablar de doce lugares increíbles que ver en China se convierte en algo difícil de expresar. Porque sin duda tiene muchos más. A tan sólo un paso de alcanzar a Italia como país con mayor presencia de sitios inscritos en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (Segundo con nada menos que 54 en 2020) y, sobre todo, teniendo en cuenta del convencimiento de muchos de que lo mejor aún no ha visto a luz. Esta nación milenaria, cuyo crecimiento constante arroja unos números imbatibles, atesora escenarios históricos excepcionales, de un inmenso valor, así como algunos de los paisajes más inclasificables del mundo. Y todo ello mientras grandes megalópolis siguen buscando tocar el cielo con rascacielos y construcciones que se adelantan al futuro.

Hoy me gustaría viajar a China con quien desee acompañarme por esta selección de lugares, o más bien de ideas, que puedan inspirar posibles rutas por el país asiático. Muy enfocado para quienes tienen pensado hincar el diente a este gigantesco territorio asiático y no sepan bien por donde empezar. 

¿Qué ver en China? 12 lugares míticos

Antes de comenzar me gustaría recalcar de que este artículo se trata, como siempre, de una selección «subjetiva» y tan personal que quizás mi opinión cambie mañana mismo. He tenido la suerte de viajar a China en múltiples ocasiones y soy de la creencia de que estos lugares que podréis leer a continuación son esenciales o muy interesantes para los primeros viajes a este país del extremo Oriente. Y donde he tratado de trasladar algo de diversidad (paisajes, rincones históricos o culturales, skylines futuristas, etc.) con la que gozar de las primeras tomas de contacto con un país tan inmenso como inabarcable. No he incluido tampoco Tíbet que, aunque oficialmente es una Región Autónoma dentro de China, lo considero un viaje diferente al que conviene darle un enfoque exclusivo. Y cuyos matices nos darían para cien libros…

Grutas de Yungang (Datong, China)

Es muy probable que quienes hayan estado en China ya, puedan estar de acuerdo en algunos sitios y en desacuerdo con otros. Pero esa es precisamente la idea, compartir y sugerir. Al fin y al cabo la misión de un blog como éste pasa por ofrecer ideas y propuestas partiendo de un punto de vista experiencial.

La Gran Muralla china

No encontraría objeción alguna si afirmo que elemento más reconocible de China es la gran muralla con la que fortificaron durante siglos buena parte del territorio chino (llega incluso al desierto del Gobi). En aquel tiempo el imperio se veía amenazado por los vecinos mongoles y los nómadas manchúes. Se calcula que levantaron en diversas fases históricas en torno a 21.000 kilómetros de muralla, de los cuales se se conserva en torno a un 30% en múltiples tramos donde permanece o bien entera o en completo estado de ruina.

Gran Muralla China

La muralla china nunca fue una línea continua sino que gozó de numerosas ramificaciones. Y, aunque lo de que se puede observar del espacio es una leyenda urbana jamás demostrada (más bien todo lo contrario) se trata de una fortificación impresionante que deja sin habla a quien la visita y aprecia la que para muchos está entre las maravillas del mundo. Lo ideal es visitarla cuando se está en Pekín, ya que existen desde esta ciudad un montón de posibilidades.

¿Dónde están los mejores tramos para caminar por la Gran Muralla China?

Los tramos más largos y mejor conservados de la muralla china se encuentran en las proximidades de Pekín. El más cercano y transitado por turistas chinos es Badaling, una parte de la muralla hermosa pero muy restaurada y con un número de visitantes tan grande que la experiencia puede ser incluso algo agobiante. Otros tramos, algo más lejanos, pueden proporcionar mejores vivencias como Mutianyu (a 73 km de Pekín), Jiankou  (a 100 km de Pekín, con cuestas muy empinadas), Huanghuacheng (a 75 km de Pekín y con un pintoresco lago alrededor), Simatai (120 km de Pekín), Jinshanling (a 154 km de Pekín, muy apreciada por los amantes del trekking), Shanghai Pass (en la provincia de Hebei, concretamente en Shanhaiguan a más de 3 horas de Pekín, y que llega hasta el Mar Amarillo) y otros muchos aún anónimos para el turismo de masas.

La ciudad prohibida de Pekín (Beijing)

Pekín da para estar diez días y no haber visto nada. Eso es así. Con más de veinte millones de habitantes la capital china recoge reductos de historia realmente apasionantes. Podría hablar del icónico templo del cielo o del prodigioso palacio de verano de los monarcas chinos. Pero nada mejor que la Ciudad Prohibida para comprender la magnificencia y esplendor del Imperio Chino, el lugar que inmortalizó en el cine Bernardo Bertolucci, primer europeo en lograr permisos de rodaje en un lugar que durante siglos estuvo vetado a la mayor parte de la población (de ahí su nombre). Hablamos del mayor conjunto palaciego de todo el mundo con más de 72 hectáreas (poned un campo de fútbol como el Bernabéu y multiplicadlo por 72). Con casi un millar de edificios con 9999 estancias conservadas en la actualidad.

Ciudad prohibida de Pekín (China)

Se accede desde otra plaza de récord como Tiananmén con la celebérrima estampa de Mao marcando el comienzo de una de las mayores obras de la ingeniería china junto a la Gran Muralla o a la tumba de Qin Shi Huang a las afueras de Xi’an. Y el tiempo que se puede pasar ahí dentro dependerá de lo que uno quiera dedicar a cada patio y cada construcción, aunque la cosa da para muchas horas.

Circuitos en China

China da para incontables planes de viaje. A nivel de agencias son realmente interesantes las propuestas de Logitravel para vivir una gran experiencia en el país del dragón.

+ Más información online en la web de Logitravel y también presencial en espacios como Logitravel Store en Kinépolis – Ciudad de la Imagen (Madrid).

La vista del Distrito financiero de Shanghai (Pudong) desde el Bund

¿Nos asomamos el futuro? Para eso entonces Shanghai es ideal. En el barrio del Bund, junto a las elegantes construcciones con cierta flema británica de últimos del XIX y principios del XX que cuentan como fue antaño esta metrópolis colonial y europeizada, hay un paseo a orillas del río Huángpu que muestra uno de los skylines más asombrosos y futuristas de todo el mundo. Se trata de Pudong, el distrito financiero y comercial de una de las ciudades que mecen la economía mundial como si fuese un bebé. Un inmenso bosque de rascacielos y elementos de acero, cristal y neón donde destaca la Oriental Pearl Tower, la Torre Jin Mao o el Shanghai World Financial Center, todos ellos superando los 400 metros de altura. Aunque el récord lo posee desde 2016 la conocida como Torre de Shanghai que, con 632 metros, sólo puede mirar para arriba a un edificio en todo el mundo, el Burj Khalifa de Dubai.

Pudong (Shanghai, China)

Pasear por el Bund y asomarse a Pudong es como empezar a atravesar un puente en el siglo XIX y llegar al final del XXI. Conviene hacerlo a distintas horas del día, aunque reconozco que por la noche el color de las luces lo convierte, aún más si cabe, en un auténtico espectáculo.

¿Skyline de Shanghai o de Hong Kong?

Suele formar parte de las conversaciones de muchos visitantes que recorren China si resulta más impresionante el skyline de Shanghai o el de Hong Kong. Y ahí va mi opinión. Me gusta más la línea de edificios de Shanghai, mucho más futuristas, pero el emplazamiento de Hong Kong, con verdes montañas justo detrás, es bastante mejor. ¡Que cada uno saque sus propias conclusiones!

Skylines de Shanghai y Hong Kong

Los canales de Suzhóu y Zhouzhuang (las dos «Venecias» que ver en China)

Si hay una Venecia en casi cada país del mundo, ¿cómo no iba a haber una «Venecia» china? En realidad son dos, y muy cerca la una de la otra. Apenas a una hora en tren desde Shanghai, en la cuenca baja del Yangtsé, se encuentra Suzhóu, llena de canales y, probablemente, los mejores jardines de China (el del Administrador Humilde es un tesoro), protegidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Quienes visitan su casco histórico se olvidan que, en realidad, se encuentran en una ciudad de más de diez millones de habitantes puesto que tiene un ritmo más relajado que otras grandes urbes chinas.

Pero si hay una ciudad de canales a escala más mundana que sea capaz de trasladar a viajeros y viajeras a la China milenaria cuyas calles mejor se recorren en bote de madera, esa es Zhouzhuang (a 30 km de Suzhóu). Declarada como «Área escénica» por el estado de conservación de sus residencias, sus puentes dobles, sus panorámicas acuáticas y, por supuesto, por el enorme legado cultural impregnado en aquellos muros.

Zhouzhuang (China)

Si tuviera que elegir una «Venecia del este», sin duda, sería Zhouzhuang.

Los Guerreros de Xi’an

Xi’an, ciudad amurallada esencial para entender la mítica ruta de la seda, ya pedía de sobra perderse por ella mucho antes de que en 1974 sucediese a las afueras el que probablemente sea el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XX. Más de seis mil guerreros de terracota custodian la tumba de Qin Shi Huang, el primer emperador de la China Unificada quien, tras fallecer en el año 210 antes de Cristo, se hizo enterrar con un cúmulo riquezas muy superior a lo que cualquiera pueda imaginar. A los pies del Monte Li vela armas un ejército inmóvil, con arqueros, portadores de espadas, carruajes y caballos. Todos y cada uno de ellos diferentes entre sí, como si una guarnición imperial se hubiese quedado pertrificada de repente a la muerte de su líder.

Guerreros de Xi'an (China)

Se cuenta que fueron enviados para ello más de 700.000 trabajadores llegados de todos los rincones del Imperio, aunque son más misterios que certezas las que envuelven este gran hallazgo el cual, protegido por una cubierta metálica, recibe multitud de visitantes quienes rodean con perplejidad manifiesta los pabellones donde se encuentran los guerreros así como otros muchos elementos que servían para proteger a Qin Shi Huang en su otra vida. No existe nada más «faraónico» en China que este lugar. Y, lo mejor, es que aún no se ha ha descubierto ni una décima parte de todo lo que pudo llevarse el emperador a la tumba. Porque esa es otra parte de la película, que toda ella está protegida con trampas que más de dos mil años después han impedido el acceso a los arqueólogos.

Guerreros de Xi'an en China

El Gran Buda de Leshan

China es campeona en cuanto a récords mundiales, especificamente me refiero a algo para lo que tenemos que remontarnos al siglo VIII después de Cristo, el Gran Buda de Leshan, la mayor escultura en piedra jamás construida con 71 metros de altitud. Solo la uña del dedo meñique es capaz de sujetas a varias personas a la vez. ¿Y dónde encontrar esta maravilla? Leshan se ubica en la provincia china de Sichuan, a escasas dos horas por carretera de Chengdú (famosa por su centro de cría de osos panda). Se puede bajar unas escaleras desde la cabeza a los pies para apreciar su magnitud. Y además alrededor hay otros muchos templos y estructuras de carácter religioso que la convierten en una magnífica excursión de medio día.

Efiguie del Buda de Leshan (Sichuan, China)

Aunque nada mejor que tomar un barco y verla desde el río, dominando su acantilado y desafiando al tiempo.

Buda de Leshan a desde el barco (Sichuan, China)

Las formaciones kártsticas de Yangshuo en Guangxi

Entre Yangshuo y Guilin, la capital de la provincia de Guangxi, el río Li se convierte en la autopista líquida hacia unos paisajes tan extraterrestres como maravillosos. El Planeta Namek de Dragon Ball tiene cierto parecido a este cúmulo infinito de colinas kársticas propias del sur de China así como de Vietnam. De hecho sería una especie de Bahía de Halong fuera del océano, un compendio de verdes y humedales donde las plantaciones de arroz y las colinas de formas inusuales conviven en el que está considerado uno de los parajes más arrebatadores del continente asiático.

Las grutas de Yungang y los más de 50.000 budas

Al norte de China, en la provincia de Shanxi, Datong destaca como la antigua capital del Reino de Wei (siglos II a III dC). A las afueras hay dos rincones de gran belleza y valor histórico. Por un lado el templo colgante en un acantilado erosionado dedicado a las tres religiones principales de Japón, el budismo, el taoísmo y el confucionismo. Y a 20 km de Dantong sobresalen las grutas de Yungang, un conjunto de cuevas y hornacinas escavadas en la pared de la roca que contiene alrededor de 51.000 budas de diferentes tamaños. Algunas estatuas cuentan con nada menos que 17 metros de altitud. Corresponden al siglo V después de Cristo y son parte del Patrimonio de la Humanidad UNESCO, con más de 378 hectáreas protegidas en este área.

Buda de piedra de las Grutas de Yungang (Datong, China)

Entre Budas, hornacinas y tramos degastados de la Gran Muralla China, las de Yungang están entre las grutas más antiguas y asombrosas que se pueden ver en el país (otras, incluso con más nombre son las del Mogao o Longmen, cuya visita no puedo dejar de recomendar).

La ciudad medieval de Pingyao

Sin salir de Shanxi, a unas siete horas en tren desde Datong hacia el sur se encuentra Pingyao. Fundada en el siglo XIV y a mitad de camino entre Xi’an y Pekín,  fue un centro importantísimo de comercio con capacidad de emitir cheques. ¡Sí, cheques! Aquí estaban las primeras «entidades bancarias» del mundo (entiéndanse las comillas). Hoy los mercaderes no son de paso ni traen té, caballos o seda sino que son vendedores a pie de calle de una urbe medieval Patrimonio de la Humanidad que ha preservado en su casco histórico y amurallado (6.000 metros, 70 torres y 6 puertas). Y que recibe mucho turismo puesto que se trata de una de las huellas más reconocibles de la China milenaria.

Pingyao (China)

El Parque Nacional de Zhāngjiājiè (el lugar de China en el que se inspiraron para Avatar)

Si antes comentaba que Yangshuo y Guilin eran un fiel reflejo del Planeta Namek, el Parque Nacional de Zhāngjiājiè está considerada como la inspiración necesaria para construir una película como Avatar. Situado en el noroeste de Húnán los viajeros observan boquiabiertos cómo se yerguen miles de pináculos kársticos. Elevados y estrechos, auténticas columnas emergiendo de la propia naturaleza. La niebla hace el resto del trabajo para que amantes de la fotografía de todo el mundo se pasen las horas jugando con la cámara, obteniendo postales preciosas de lo que podría ser un planeta muy pero que muy lejano.

Los arrozales de Yuanyang en Yunnan

Ningún país como China puede presumir de poseer más hectáreas dedicadas al cultivo del arroz. Y de todos los tipos. Pero si tuviera que elegir unos arrozales fotogénicos me iría al sur del país, concretamente a la provincia de Yunnan, para contemplar a todas las horas del día las terrazas de arroz de Yuanyang. Cultivadas hace siglos por los sesudos agricultores de la etnia hani, ocupan buena parte de los montes Ailaoshan, partiendo desde los 100 metros sobre el nivel del mar hasta llegar a superar los 2.000 metros de altitud en los bancales más elevados.

Con terrazas inundadas o en plena recogida de la cosecha ese paisaje verde y líquido fragmentado hasta límites insospechados nos retrotrae a la China más rural a escasos kilómetros de Sapa (Vietnam), con la que guarda un gran parecido.

Arrozales de Yuanyang (China)

La China colonial portuguesa en Macao

Reconozco que había pensado en Hong Kong para hablar de arquitectura colonial en China. Pero Macao, portuguesa hasta el año 1999, es un ejemplo tan notorio de calçada en las calles, azulejos en las paredes , conventos franciscanos y restaurantes que ofrecen un buen bacalao o pasteles de nata en la carta, que no puedo evitar quedarme con la nostalgia de esta ex-colonia. Un viaje a a otra Portugal bañada por el Mar de la China meridional. Hoy día más conocida por sus casinos pero cuyo casco viejo, también Patrimonio de la Humanidad UNESCO, nos muestra tal cantidad de lugares que ver en Macao que recomiendo una excursión o ruta en exclusiva a esta zona de Asia en la que todavía entienden (y algunos falan) el portugués de Pessoa.

Sele en las ruinas de Sao Paulo de Macao

El emblema monumental de Macao es, sin duda, la fachada barroca (con elementos japoneses) del convento de São Paulo. Pero basta caminar por la clásica calçada lusa para encontrar un montón de rincones variopintos donde se entremezclan culturas y religiones. Pero además existe una urbe moderna de rascacielos y luces de neón que recuerdan que el siglo XXI llegó hace ya mucho tiempo.

Torre de Macao

Esta es una selección para partir de cero o, como mucho, plantearse un regreso más sosegado a un país verdaderamente inmerso. Mientras tanto esperamos que hayan disfrutado leyendo sobre estas maravillas con las que meter mano al dragón del Lejano Oriente.

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