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Baños de agua dulce – Viajero de naturaleza

noviembre 09, 2015

Aunque soy un fanático total de mar y de sus aguas
saladas, no puedo negar que el agua dulce de los ríos también tiene su encanto
y cada vez que ando por la montaña no pierdo la oportunidad de darme un buen
baño, de esos que te revitalizan y de dan energía como para vivir por 100 años.
Los ríos tienen un misticismo único, nunca puedo dejar de
pensar de dónde viene tanta agua, dónde está el origen de tanto líquido tan
puro y perfecto. Además los ríos son un ciclo que nunca acaba, es un sistema
que se renueva continuamente y por esos dicen los sabios que nunca te bañas en
el mismo río, aunque vuelvas al mismo punto, su agua jamás será la misma.
Por eso me gusta pensar que el agua dulce te limpia, se
lleva lo malo que cargas encima y te trae cosas buenas y nuevas, cargadas de
esa magia que tiene la naturaleza. No hay tristeza que se quede en el cuerpo
cuando te metes en un pozo helado y cristalino.
Y si se trata de cascadas la cosa se pone mejor, no hay
inyección de vitalidad más eficiente que meterte bajo una caída de agua, es la
euforia de sentirte vivo, el disfrute máximo de nuestra íntima relación con el
agua. Bañarte bajo una cascada es sentir al agua  viva chocando contra cada centímetro de tu
cuerpo, activando cada músculo, masajeando y relajando la espalda, renovando
tus ideas… ¡Es perfecto!
Pero todo placer tiene su cuota de sacrificio, en los
baños de agua dulce solemos sufrir un poco con las bajas temperaturas, la gran
mayoría de los ríos traen agua helada, de esa que te hace lamentarte cuando vas
metiendo las piernas, llegas al ombligo y sientes que perdiste la mitad del cuerpo.
Con el tiempo he aprendido que lo mejor es no alargar el sufrimiento, hay que
contar hasta tres y ¡CHUCUPLUN! De un solo tiro te metes al agua y en ese mismo
instante sientes que la vida se te renueva.
Tiemblas, gritas, te ríes, armas aquel show… Y luego se
te pasa, nadas y disfrutas al máximo. Si el agua es muy fría, te sales, tomas
un poco de sol y a los minutos estarás listo para volver. Los ríos alimentan la
vida, haré lo posible por disfrutarlos siempre.



Cuando
te bañes en los ríos:
-Ten precaución al pisar, suelen haber muchas piedras
húmedas de diversos tamaños, es fácil resbalar y caer.
-Usar medias puede ser útil para evitar resbalones.
-Es bueno que sepas nadar…
-Evita lanzarte al agua  desde lugares altos sin medir las consecuencias,
si deseas hacerlo revisa bien el lugar, que al saltar no choques con piedras o
árboles.
-Procura que el agua tenga la suficiente profundidad para
amortiguar la caída.
-Cuida tu cámara y dispositivos electrónicos del agua, no
siempre sobreviven si se sumergen.
-Retira del lugar toda la basura que generes en tu
visita.



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