Los cambios en la geología pueden dar lugar a paisajes tan impactantes que casi parecen de otro planeta. Uno de los más conocidos de la península ibérica es la Ciudad Encantada de Cuenca, pero resulta que hay un lugar en Soria que se le parece bastante. Se trata de Castroviejo, un paraje singular modelado con la erosión del viento, la lluvia y el sol a lo largo de cientos de años en la sierra de Urbión. Rocas, gargantas, cuevas y pinos son algunos de los elementos que se pueden encontrar en este rincón que se puede catalogar de peculiar, como poco.

Cómo llegar a Castroviejo

Se puede llegar a Castroviejo en coche o a pie desde Duruelo de la Sierra, a través de una pista forestal de unos cinco kilómetros. Es un camino fácil de realizar y transcurre por un pinar, lo que hace agradable la caminata. De vez en cuando, durante el recorrido aparece el río Duero. 

El punto de entrada a Castroviejo se ubica en un parking (donde dejar el vehículo si se ha optado por no caminar). En él comienza el Sendero de Pequeño Recorrido PR-SO 71, en el que la aventura consiste en dar una vuelta entre las rocas y subir hasta su mirador (a 100 metros de la entrada). Desde lo alto se tienen unas vistas inmejorables de los picos de Urbión y los bosques de pinos que residen a sus pies. Se accede a él a través de una cómoda pasarela de madera, aunque no está adaptada para personas con movilidad reducida.

La cueva Serena y su cascada

Esta ruta llega hasta la cueva Serena, una de las más conocidas de la zona, sobre todo por la cascada que forma una cortina de agua en su entrada. Es especialmente espectacular cuando el caudal cae con fuerza (en primavera u otoño) o cuando se congela en invierno, si hace el frío suficiente. Para llegar a ella hay que caminar unos 400 metros por una pista forestal desde el inicio de Castroviejo y, más adelante, tomar el desvío de la derecha. 

Después de visitar estos dos puntos relevantes, el mirador y la cueva Serena, se plantea una disyuntiva. Entre los planes disponibles están disfrutar del día con un picnic o una barbacoa en los lugares acondicionados de Castroviejo, o alargar el recorrido por la zona con alguna de las rutas existentes. No está de más conocer otras de las cuevas que se encuentran en las inmediaciones, como la cascada de La Chorla y la cueva del Viejo. Hay que recordar siempre llevar calzado adecuado para evitar resbalones, que son frecuentes en lugares húmedos. 

Castroviejo en la pequeña y gran pantalla

La singularidad de Castroviejo ha inspirado a muchos creadores, sobre todo del ámbito audiovisual. Como se ha comentado en otras ocasiones, España es un gran plató de cine y televisión y este rincón de Soria ha servido de escenario para diversas obras. En 1962, se rodaron allí algunas escenas del western Cabalgando hacia la muerte, dirigido por Joaquín Romero Marchent. Además de los intérpretes protagonistas Frank Latimore y María Luz Galicia, en su metraje también aparece un habitante de Duruelo de la Sierra conocido como «El Chupa».

En 2006, Gonzalo López-Gallego trasladó allí a su equipo de rodaje para filmar El rey de la montaña, protagonizada por Leonardo Sbaraglia y María Valverde. Y, aunque no se rodó exactamente en Castroviejo, pero sí en Duruelo de la Sierra, cerca de esta maravilla natural también se grabaron escenas de la película Doctor Zhivago, dirigida en 1965 por David Lean y con Omar Sharif como actor principal. Puede que sus fans de la época, que fueron muchos, no se lo imaginasen comiendo torreznos, pero no sería extraño que los hubiese disfrutado (y con razón). 

Otros artistas, pero mucho más antiguos, dejaron su huella en Castroviejo. En concreto, en la cueva Serena. Según la prensa local, en 2002 una persona llamada Alfredo Jimeno descubrió unas pinturas rupestres en una pared del abrigo y se lo notificó al equipo del profesor Juan Antonio Gómez Barrera, que certificó el hallazgo. Este arte milenario había pasado desapercibido, pues el musgo y otras vegetaciones que crecen en el interior de la cueva lo tapaban.

Qué ver en Duruelo de la Sierra

A Duruelo de la Sierra se la conoce, principalmente, por su entorno natural, gracias a su cercanía a Castroviejo y al nacimiento del río Duero en los picos de Urbión. Pero también posee muestras de patrimonio histórico dignas de visitar.

Una de ellas es la iglesia de San Miguel Arcángel, cuyos orígenes se remontan a la época prerrománica “posiblemente mozárabes de tradición visigoda”, allá por el siglo X, tal y como se explica en el panel informativo que hay al lado. Más tarde se le añadieron otros elementos como la bóveda del siglo XIII y la torre del año 1698. Además, en su interior se encuentra una imagen gótica del Cristo de las Maravillas, del siglo XIV.

Es especialmente llamativa la necrópolis medieval que rodea el templo, que alberga alrededor de cien tumbas. Las primeras se remontan al siglo IX. La excavación de este cementerio centenario comenzó en 1966 y, en el proceso, se descubrió que había tres tipos de sepulturas: las tumbas excavadas en roca, las de lajas y los sarcófagos. Un camposanto de visita obligada para los amantes del necroturismo.

Además, como quizá hicieron Omar Sharif y otros miembros del sector cinematográfico en su momento, se puede disfrutar de la gastronomía soriana. Junto con sus imbatibles torreznos, también destacan las migas del pastor, las sopas de ajo, el guiso de cordero (conocido como ajo carretero) y la morcilla dulce. Para beber, en la carta de los bares y restaurantes no faltan, por supuesto, los vinos Denominación de Origen Ribera del Duero.

Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.