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Eco Turismo: tu código postal afecta más a la salud que tu código genético

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El código postal de una persona afecta más a su esperanza de vida que su propio código genético. A menudo relacionamos las enfermedades crónicas con hábitos como la dieta, la falta de ejercicio físico, el tabaquismo o el factor hereditario. Sin embargo, el factor que más influye en la salud es el entorno en el que vivimos y circunstancias como la pobreza, la carencia de una vivienda digna, el hacinamiento, la seguridad del entorno o la exclusión o lejanía a servicios básicos inciden de forma muy negativa en ella.

La División de Desarrollo Urbano y Vivienda del BID, a través de su Laboratorio de Ciudades, en su compromiso de mejorar vidas en América Latina y el Caribe (ALC), produjo  un documental para analizar la importante relación entre el urbanismo y la salud. En este interesante documento audiovisual participan sociólogos, arquitectos, epidemiólogos, neurólogos, expertos en vivienda y residentes de barrios informales. Sigue leyendo para conocer algunos detalles de este cortometraje, donde se aborda la urgencia de que todas las políticas e intervenciones de planificación urbana integren la lente de salud y continúen reforzando las intervenciones multisectoriales. La manera en que se construyen o mejoran las viviendas, barrios o áreas verdes, en que se conectan las distintas áreas de la ciudad o se accede a servicios públicos contribuye efectivamente a tu expectativa de vida. ¡No te lo pierdas!

El lugar donde vives condiciona tu estado de salud

¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en salud? Posiblemente, visualices médicos, hospitales y consultorios. Esto sucede porque, implícitamente, creemos que con más hospitales vamos a tener más salud. Sin embargo, muchos especialistas de la salud te dirían que la salud es justamente lo contrario: no necesitar acudir a un médico.

Existe evidencia que demuestra cómo el entorno es uno de los principales determinantes de la salud de las personas. Esta afirmación seguramente no te suene rara, pues posiblemente lo hayas experimentado tu mismo/a al visitar un pueblecito rodeado de naturaleza, con aire puro, con alimentos sin procesar, sin tráfico, ni contaminación. Por el contrario, algunas condiciones de vida, como la contaminación acústica, lumínica, atmosférica, entre otras variables, hacen que vivir en ciudades, o en ciertas áreas de las ciudades, esté asociado a padecer enfermedades crónicas no transmisibles, como cáncer, diabetes, dolencias cardiovasculares y pulmonares.

El hacinamiento es uno de los factores que afectan la salud de los habitantes de barrios vulnerables

Asimismo, el espectro de enfermedades mentales tiende también a agudizarse en las ciudades. Hay factores críticos de los entornos urbanos que determinan su presentación, prevalencia y progresión. Enfermedades como la depresión, la ansiedad o el trastorno por estrés postraumático tienen un 49% más de prevalencia si vives en una ciudad que en un área rural. La exposición continua al ruido no solo disminuye la capacidad de concentración, sino que impacta a largo plazo en la salud, provocando insomnio, o favoreciendo incluso el desarrollo de demencia y deterioro cognitivo severo a largo plazo.

Esto no quiere decir que vivir en una ciudad sea perjudicial para la salud, sino que existen ciertos factores del entorno que condicionan nuestra salud. Por ejemplo, ¿sabías que se ha demostrado que la esperanza de vida es mayor dependiendo del área/barrio de la ciudad donde resides?  

Nuestras ciudades deberían ser espacios saludables, sin importar nuestro código postal

ALC es la región más urbana del planeta, con casi el 80% de su población viviendo en ciudades. A esto, hay que sumarle que somos la región del mundo con mayor inequidad (8 de los 20 países con mayor inequidad se encuentran en ALC). La pandemia de COVID-19 dejó patente estas inequidades desde el ángulo de la salud. Las partes más pobres y segregadas de las ciudades eran las que más se contagiaban, donde más gente morían. Esto nos deja claro que cuando hablamos de salud y ciudad, la inequidad es algo a lo que hay que ponerle atención y debemos entenderlo como algo que se puede cambiar.

La inadecuada infraestructura de agua y servicios sanitarios en barrios vulnerables, los convierte en focos de enfermedades.

El estudio de Salud Urbana en América Latina (SALURBAL) ha estudiado casi 400 ciudades de 11 países de la región, comparando niveles de salud entre ciudades con el objetivo de entender por qué unas ciudades son más saludables que otras o por qué algunos barrios tienen mejor salud que otros. El resultado no deja lugar a dudas, y ha comprobado que la inequidad es un factor determinante de la salud y de las desigualdades en salud. El estudio muestra que la esperanza de vida de todas las ciudades analizadas es mayor en los barrios “ricos” que en los “pobres”, tanto para hombres como para las mujeres.

La inequidad se manifiesta de muchas formas en el entorno urbano, por ejemplo, en estos aspectos:

  1. Los niveles de contaminación ambiental, lumínica y acústica
  2. El acceso a espacios verdes
  3. Las condiciones de habitabilidad de la vivienda: agua potable, saneamiento, ventilación, etc
  4. La seguridad del entorno
  5. El acceso y calidad a servicios educativos
  6. Los niveles de pobreza y marginalidad de un barrio, algo que influye incluso en las posibilidades de ser contratado en un trabajo
  7. El acceso y calidad de la atención médica
  8. La calidad del sistema de transporte público (incluyendo el transporte de última milla)

¿Te gustaría conocer en detalle cómo todos estos factores relacionados, directa e indirectamente, con la planificación urbana afectan a la salud? Si es así, no debes perderte el documental elaborado por el Laboratorio de Ciudades del BID:

¿Cómo podemos mejorar la salud en las ciudades de América Latina y el Caribe?

La salud no solo depende de tener buenos hospitales y clínicas. De hecho, las grandes mejoras en salud no tienen que ver con intervenciones médicas, sino con cambios sociales y económicos. Todas las decisiones que se toman sobre desarrollo urbano afectan positiva o negativamente a la salud pública. Por eso, las políticas públicas deben tener la lente de salud.

Para apoyar a los urbanistas de ALC a aplicar un enfoque de salud en su planificación, en un próximo artículo explicaremos cómo el BID está facilitando la creación de herramientas de diagnóstico que permitirán conocer el estado de la integración de las políticas de salud en el urbanismo de las ciudades de ALC. Hasta ese momento, para no perderte ninguna actualización en este tema, te recomendamos seguirnos en nuestras redes sociales, en LinkedIn, Facebook y Twitter, y registrarte en nuestro boletín de noticias mensual. !Hasta pronto!

*Texto basado en “Salud y Ciudad – Tu código postal importa más que tu código genético”, por Ana V. Diez-Roux, Kevin Martínez-Folgar, Alejandro Aravena, Carolina Piedrafita, Patricia Jara, Mario Orellana, César Sanabria, Agustín Ibañez, Guido Ledesma y Diego Medolla. Producción y Direccion: Paula Corzo.

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