La Semana Santa es una suma de celebraciones más sagradas para los cristianos. La fe y las religiones mueven masas, especialmente en momentos de crisis y dudas, cuando la búsqueda de respuestas a los males se vuelve necesaria.
Lo espiritual es siempre una opción y la oración una forma universal de desahogo. En todas las creencias cada doctrina tiene su forma de rezar y sus lugares sagrados dónde hablar con los dioses.
Hacemos un repaso por los rincones del mundo donde los hombres se reúnen para rezar. Un viaje sagrado y quizá con fecha de caducidad pues todo parece indicar que la era de los acontecimientos masivos ha terminado.
Todas las religiones tienen un espacio sagrado donde materializar sus ritos. Son lugares cargados de simbología, escogidos por diversas razones. Algunos están asociados a la predicación de profetas. Otros han sido escenarios de milagros. O su fuerza natural es tan apabullante que merece un culto especial…
El caso es que cada creencia tiene su propia geografía sagrada. La peregrinación periódica a estos lugares suele ser una orden divina, por eso además de ser santos son “turísticos” en el sentido más espiritual de la palabra. Hacemos un recorrido por las más significativas.
Jerusalén; tres veces santa
Empiezo esta lista con una mención a la capital de Israel; Jerusalén, la ciudad más santa para las tres religiones monoteístas: judíos, cristianos y musulmanes. Acoge lugares sagrados para las tres creencias, por eso es también una de las ciudades más disputadas del mundo.
Para los cristianos es un lugar muy especial pues fue en Jerusalén donde Jesucristo vivió su pasión y fue crucificado. Miles de peregrinos llegan hasta la capital de Israel todos los años para ver y rezar los rincones señalados en la muerte de Cristo como el Santo Sepulcro, la estancia donde se celebró la Última Cena, el monte de Los Olivos o la Vía Dolorosa.
El muro de los lamentos es el lugar más sagrado para los judíos. Esta pared ante la cual rezan forma parte de lo que fue el Segundo Templo de Jerusalén, destruido por los romanos en el siglo I.
Siempre hay gente rezando en este lugar situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, pero cuando más gente se concentra es en el Sabbath. El séptimo día de la semana judía y su jornada sagrada. Desde que se pone el sol el viernes hasta el mismo momento del sábado. Veinticuatro horas en las que los fieles literalmente invaden los alrededores del muro.
En la Explanada de las Mezquitas, situada sobre el Muro Occidental, encontramos la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, venerado pues Mahoma rezó en este templo a dónde llegó directo desde la Meca. A su lado está la Cúpula de la Roca, donde se conserva la piedra desde la cual Mahoma ascendió al reino de los cielos.
Los viernes durante el mes de Ramadán o ayuno es cuando más gente acude a la explanada para hablar con su dios.
La Meca, en Arabia Saudí
Pero tienen los musulmanes un lugar santo por encima de todos y ese es La Meca, en Arabia Saudí. Se ubica en en la región del Hiyaz. Más de dos millones de musulmanes peregrinan a esta localidad todos los años para rezar en la que fue ciudad natal de su profeta Mahoma, el padre del Islam. Este peregrinar es uno de los cinco grandes pilares de la religión.
En la Meca está la Kaaba, una habitación cuadrada construida, supuestamente, por Abraham y su hijo. Cundo solo faltaba una piedra para terminar su construcción, el mismo ángel Gabriel colocó la famosa ·piedra negra traída desde el paraíso, y allí sigue expuesta, en la esquina que mira al sur del sagrado cubo, sobre una hornacina de plata. Los musulmanes en sus oraciones diarias siempre se colocan mirando a La Meca.
El poder del Ganges, el río sagrado
Dicen que el Ganges «nace en el cielo» pues arranca en el glaciar de Gomukh, a 4.200 metros de altura, en las cimas del Himalaya. Y baja a la tierra serpenteando hasta alcanzar su desembocadura en la isla de Ganga Sagar (Ganga es el nombre del río en hindú). Es la arteria aorta que recorre la fe de los hidúes. Y su curso es el camino que lleva al paraíso.
Más de novecientos personas en el mundo practican el hinduismo y las ciudades por donde pasa este río en La India están cargadas de espiritualidad. Por ejemplo las situadas en la zona media del río. como Allahabad o Varanasi (Benarés) la cual presume por ser la ciudad santa por excelencia del país, a donde miles de personas acuden a morir a orillas de su río.
Luego este sigue su viaje hasta llegar a Ganga Sagar, islote situado a unos 40 kilómetros al sur de Calcuta. En enero, con la entrada del sol en Capricornio peregrinan hasta allí miles de fieles (se calcula hasta medio millón de personas) para hacer abluciones en las aguas sagradas y ofrecer joyas como ofrenda. Por suerte se han perdido tradiciones crueles como la de sacrificar a los bebés primogénito lanzándolos al agua para asegurar la fertilidad de las familias. Los tiburones y cocodrilos que habitan en la zona acababan con el cuerpo en pocos minutos.
Como anécdota apuntar que muy pocos viajeros han conseguido remontar el río. Uno de ellos fue Edmund Hillary en 1977, también conocido por su hazaña de conquistar el Everest.
El monte Popa en Birmania
Lugar sagrado para los birmanos y uno de los lugares de visita obligada en el ahora llamado Myanmar. Es una colina aislada en cuya cima, situada a 1.500 metros de altitud, hay un templo donde los nat, budistas y los animistas rinden culto a sus dioses. Sirva como dato curioso apuntar que los birmanos veneran a 37 espíritus y todos ellos habitan en este monte y están representados en un altar en el templo.
Se ubica este monte en el centro del país, cerca de la joya monumental de Bagán. Para llegar hay que subir una empinada escalinata donde no faltan puestos de objetos curiosos como las botellas llenas de pétalos amarillos, el recuerdo más típico de la zona donde además de peregrinos siempre hay muchos turistas. También hay en esta escalinata monos que acechan esperando algo de comida como recompensa.
Los momentos de más afluencia son los días de luna llena de mayo y junio y de noviembre y diciembre, cuando el monte de llena de peregrinos y de color. Los fieles agasajan a sus dioses con curiosas ofrendas y haciendo mucho ruido pues al parecer a esto gusta a las deidades.
Comida en grandes cantidades, músicas estridentes y una mezcla humana extraña. En el monte Popa encontramos a monjes, ermitaños, médiums que hablan con los espíritus, adivinos con poderes sobrenaturales y occidentales que no pierden detalle. Una locura.
El lago Titicaca, en Perú
Además de ser el lago navegable más alto del mundo está en esta lista pues es la cuna de los dioses incas y por tanto fue un lugar sagrado. Ubicado en el altiplano andino, tesoro que comparten Bolivia y Perú. Habitado actualmente por indígenas aimaras, uros y quechuas.
Cuentan que antaño esto era un valle fértil cuyos pobladores estaban protegidos por los dioses de la montaña. Estos prohibían a los humanos acercarse a la cumbre donde ardía el fuego sagrado. Pero los hombres desoyeron las órdenes divinas. En castigo el dios Sol lloró durante cuarenta días y cuarenta noches inundando el valle. Sólo sobrevivieron una mujer y un hombre a salvo en una pequeña canoa. ¿Os suena esta historia?
Han pasado siglos y aún se rinden culto en lugares sagrados alrededor del lago como Copacabana y la isla del sol. Aquí fue donde los hijos del sol llegaron a la tierra, Mango Copac y Mama Ocllo, hecho representado en la roca sagrada que aún se venera. Luego fundaron la capital de su imperio en la actual Cuzco.
Curiosamente, tras la conquista de América, el culto al sol se cambió por la devoción a la virgen de Candelaria. Y en Copacabana tiene su mayor santuario. Y es también aquí donde se produce la mayor peregrinación a principios de febrero, cuando celebra su festividad. Mezcla de religiones, creencias y tradiciones. Otro de los encantos del valle sagrado de los Incas y el lago Titicaca.
Lalibela, templos subterráneos en Somalia
Esconde este país un conjunto de iglesias subterráneas, de confesión cristiana, talladas en roca, que son únicas en el mundo. Están en Lalibela, un pequeño pueblo situado al noroeste de la capital de Somalia, Addis Abeba.
El conjunto está formado por once templos comunicados entre sí por un laberinto de caminos y galerías también excavados en la piedra. Una obra de arte singular que sigue siendo un lugar de culto para los cristianos etíopes y un tesoro para los turistas. Cuenta la leyenda que una patrulla de ángeles albañiles bajaba del cielo por las noches para ayudar en la construcción.
Para acceder hay que ir en temporada seca (de noviembre a mayo) cuando el acceso está abierto. De junio a octubre es la temporada de lluvia. Las carreteras se convierten en barrizales y se cortan.
La fecha de mayor afluencia de gente es enero, con motivo de la celebración de la Epifanía del Señor, que no coincide con nuestro día de Reyes. Para los etíopes la cita es el 19 de enero y se conmemora el festival del Timkat, es decir, el bautismo de Jesús en el río Jordán. Los fieles y peregrinos llegan para rezar y cumplir con las tradiciones etíopes, rico en liturgias y ceremonias.
Entre los fieles que acuden en masa hay de todo. Devotos creyentes, mendigos, enfermos, tullidos… Los sacerdotes, ataviados con túnicas de brocado y parasoles les esperan para introducirles en un trance religioso con cantos susurrados como melodía de fondo.
La reserva Hopi en Arizona, EEUU
Los indios hopi son el pueblo nativo más más antiguo del continente americano. Han vivido muchos siglos aislados en el norte del estado de Arizona y Colorado, en EE.UU. Lo que ha favorecido que conserven sus ritos y leyes ancestrales hasta nuestros días. Sus tierras se ubican en el llamado altiplano de la Mesa Negra.
Son muy religiosos. Veneran a los ancianos, los guardianes de la Madre Tierra, de donde proviene todo y a donde todo vuelve.
En su honor se celebran a lo largo del año múltiples ceremonias llenas de simbolismo en las que se pide dioses lluvias. La más importante es la que se celebra en diciembre con el soslticio de invierno, el soyal, cuando el mundo se renueva con el regreso del sol. Y se pide a los seres sobrenaturales a los que veneran que traigan lluvia, fertilidad a los campos, salud al ganado y bienestar.
Para demandar esos favores hacen unas escenificaciones llenas de dramatismo con danzas, ofrendas, máscaras que culminan con posesiones divinas y éxtasis religioso.
Aún así saben el interés que su reserva despierta a los visitantes y hace ya años que están abiertos al turismo. Para moverse por la zona indígena, formada por doce poblados y que abarca alrededor de 650.000 hectáreas, es necesario disponer de coche. La carretera 264 atraviesa la reserva de este a oeste.
En el centro tienen un Centro de Interpretación Cultural, tiendas de recuerdos y hasta un hotel y un restaurante. Pero ojo, no se te ocurra entrar en una casa hopi sin ser invitado. Si alguna familia te ofrece entrar, no dejes de probar todo lo que te ofrecen como señal de respeto ante su hospitalidad.
El monte Fujiyama, en Japón
Es la perfección materializada de la naturaleza. La prueba de que la armonía existe en la tierra. Una matemática simetría define la silueta de esta montaña que según los sintoístas japoneses, la religión mayoritaria en el país, representa a la diosa del fuego.
Nada hay más alto en Japón que el monte Fuji, con 3.776 metros de altitud sobre el nivel del mar. Y dice la religión que hay que venerar a lo kami, es decir, a todo aquello que esté en lo alto.
Su veneración es una prueba más de la admiración que esta religión siente por la naturaleza, de ahí la adoración ante flores, plantas, árboles, ríos y por supuesto, montañas. La cultura zen considera que la contemplación de la belleza de la naturaleza trae la paz al espíritu.
Por eso todos los veranos cientos de peregrinos invaden las laderas del monte y ascienden con una piedra en sus manos, ritual que pretende aliviar el sufrimiento que sienten las almas en pecado. El objetivo es llegar a la cumbre al alba para empaparse de la energía del llamado goraiko, nombre que define el reflejo de los rayos del sol que se aprecia en la cima antes de que el sol asome.
Santiago de Compostela, meta de peregrinos
Cierro con una reseña local, un lugar santo que tengo cerca de mi casa y que es una referencia para muchos cristianos que llegan todos los años caminando para orar ante la tumba del Apóstol. Por supuesto me refiero a Santiago de Compostela, el mayor centro de peregrinación de Europa.
La leyenda cuenta que una barca de piedra en la que viajaba el cuerpo ya sin vida de Santiago el Mayor arribó en las costas gallegas tras un largo viaje desde el puerto de Haffa (en la actual ciudad de TelAviv ). Tras recibir sepultura comenzó la llegada de peregrinos, costumbre que ha pervivido a lo largo del tiempo y ha llegado hasta nuestros días.
En 2021, Santiago de Compostela acogerá un año santo, lo que quiere decir que todos los que lleguen a pie hasta la tumba del Apostol y cumplan con los rituales marcados de oración obtendrán una indulgencia plenaria, es decir, el perdón de todos los pecados.
Y en Santiago termino este viaje por los lugares donde los hombres rezan. Me han faltado unos cuantos, así que espero ir completando este post poco a poco hasta tener una relación lo más detallada posible de todos los lugares sagrados del mundo.
¿Has estado en alguno de estos sitios? ¿Qué sensaciones te han transmitido? Tus experiencias pueden ser de utilidad para otros muchos viajeros. Gracias por compartir.
