Estamos escuchando hablar de ecoturismo o turismo ecológico cada vez con más frecuencia ya que es uno de los sectores de más rápido crecimiento de toda la industria de viajes en los últimos años. Sin embargo, esto no quiere decir que todo el mundo sepa definir bien qué, porque en muchos casos se confunde el concepto de ecoturismo con un turismo que de alguna manera está relacionado con su entorno, pero no especifica el tipo de relación que desarrolla el turista con los lugares que visita.

En este artículo vamos a contarte qué es el ecoturismo, cómo funciona y cuál es su importancia.

Qué es el ecoturismo

Según la Asociación Internacional de Ecoturismo (TIES), el ecoturismo se puede definir como «viajes responsables a áreas naturales que protegen el medio ambiente y mejoran el bienestar de los residentes locales». De esta forma, hablar de ecoturismo es hablar de turismo responsable y del medio ambiente y de las sociedades locales que viven en dicho entorno. En otras palabras, contrario a lo que se pensaba originalmente, el ecoturismo no es cualquier forma de turismo relacionado con la naturaleza, sino que además de la naturaleza, la relación debe estar siempre basada en el respeto y desde una perspectiva ética.

De esta forma, si tomamos como ejemplo un viaje a la montaña, podemos decir ecoturismo porque es un entorno natural. Pero lo que realmente define si nuestro viaje es un ejemplo de ecoturismo será la relación que desarrollemos con la montaña, no solo el lugar elegido.

De esa forma, si hacemos una ruta, nuestro itinerario no tiene un impacto negativo en la montaña (no tiramos basura al medio, no dañamos la flora y fauna del medio, y no interactuar con el uso insostenible del patrimonio natural, empresas o residentes locales, etc.), puede verse como un ejemplo de ecoturismo.

Mientras que, por el contrario, si el mismo viaje se realiza de forma no sostenible, por ejemplo utilizando instalaciones como las estaciones de esquí (cuyo impacto es extremadamente perjudicial para el entorno de montaña), aunque se trata de una especie de entorno natural y puede crear riqueza para la población local, no podemos hablar realmente de ecoturismo, porque la relación que existe entre los turistas y el medio ambiente significa una degradación en el desempeño de sus actividades turísticas.

Principios del ecoturismo

La Asociación Internacional de Ecoturismo define el ecoturismo más auténtico como el ecoturismo que se ajusta a ciertos principios. Estos son los siete principios del ecoturismo:

• Minimizar los impactos negativos sobre el medio ambiente y las comunidades.
• Generar respeto y conciencia, incluyendo el medio ambiente y la cultura.
• Desarrollar experiencias positivas para turistas y residentes locales.
• Generar beneficios económicos que se utilizan directamente para proteger el lugar.
• Garantizó el acceso a los recursos financieros y fomentó la participación en la toma de decisiones de la comunidad.
• Aumentar la sensibilidad al clima político, ambiental y social de los sitios visitados.
• Apoyar los derechos humanos universales y las leyes y reglamentos laborales locales.

Estos siete principios son el punto de partida para comprender la profundidad del ecoturismo y sus objetivos a corto y largo plazo.

Implicaciones en la sociedad

Hoy en día, en la sociedad de consumo en la que vivimos, hay muchas formas de “hacer turismo”, y como muchas actividades cotidianas en una sociedad así, su impacto en el medio ambiente es catastrófico. Este tipo de «turismo de consumo» implica la degradación del entorno natural y el desarrollo de los recursos humanos locales para su máximo beneficio, independientemente de su impacto.

Esta forma de entender el turismo, tanto ética como económicamente, constituye un gravísimo error. Desde un punto de vista ético, no se justifica la degradación del medio ambiente y el maltrato a la población local.

Desde un punto de vista económico, este tipo de turismo requiere la destrucción del legado que permite que el turismo exista y se mantenga, por lo que en última instancia asume que su destrucción es un sector generador de riqueza.

De esta forma, el turismo de consumo se presenta como la versión de viaje del modelo de «usar y tirar» que domina la mayoría de las actividades en la sociedad actual, lo que constituye el ejemplo más negativo de todo lo relacionado con el medio ambiente.

Por el contrario, el ecoturismo es un modelo de turismo en el que la realización de actividades propias no implica un daño al medio ambiente y atractivos turísticos que permiten la realización de las actividades. Esto también tiene consecuencias morales y económicas. Desde un punto de vista ético, es un modelo turístico que permite una relación responsable con la naturaleza y las comunidades locales.

Desde un punto de vista económico, garantiza que la actividad turística de que se trate constituya una actividad duradera en el tiempo, lo que significa que podrá generar riqueza de forma indefinida y sin fecha de caducidad, así como garantizar un futuro económico sostenible para la comunidad local.

Ejemplos de ecoturismo

Algunos de los ejemplos más icónicos de ecoturismo se pueden encontrar en la gestión de algunos parques naturales y reservas marinas que han adaptado sus modelos de negocio para priorizar la conservación sobre los beneficios del turismo de consumo. Esto se hace a través de políticas específicas, algunas de las más comunes son las siguientes:

Limitar el número de visitantes y vehículos privados

Se trata de una medida imprescindible para reducir el impacto del turismo de masas. Los boletos deben comprarse con anticipación, lo que permite una mejor gestión del tráfico de visitantes, sin exceder nunca el número de visitantes fuera del control del director del distrito. Asimismo, se restringe el acceso por carretera, lo que obliga a los turistas a acceder al medio protegido en transportes especiales para este fin y evitar el transporte privado.

Actividades sin efectos disruptivos

Naturalmente, la presencia de turistas tiene un impacto en el medio ambiente. No obstante, se priorizarán aquellas actividades cuyo impacto no sea disruptivo o irreparable. Por ejemplo, se permiten las visitas diurnas a los parques naturales, pero se prohíbe acampar de noche.

Crear infraestructura sostenible

La mejor forma de gestionar de forma sostenible el entorno turístico pasa por gestionar de forma sostenible la infraestructura para los turistas. En este sentido, gestos simples como colocar una caja de arena en un estacionamiento ayudan a funcionar.

Crear puestos de trabajo y revitalizar las economías locales

Se favorece la creación de puestos de trabajo locales porque requiere la presencia constante de trabajadores. Tales como guardabosques, veterinarios, personal de servicios turísticos, artesanos locales, etc.