10 sitios que ver en Mariánské Lázně, República Checa
La vecina Karlovy Vary, capital de la región, le roba algo de protagonismo a Mariánské Lázně, otro de los “vértices” del triángulo de balnearios de la República Checa declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, aunque esté algo más alejada de Praga y sea menos monumental, Mariánské Lázně tiene un gran punto a favor: la calma. Aquí no llegan los turistas exprés de las excursiones desde la capital. Quienes vienen lo hacen para disfrutar de la tranquilidad, del entorno natural y, por supuesto, de sus aguas… y de su gas natural. Si te ha picado la curiosidad, sigue leyendo. Y no creas que eso es todo: hay mucho que ver en Mariánské Lázně.

La antigua Marienbad era una de las grandes ciudades balneario del Imperio Austrohúngaro y, hoy, Mariánské Lázně sigue siendo uno de los mayores complejos termales de Europa. Su barrio termal, de finales del siglo XIX y principios del XX, combina un parque central, elegantes edificios clasicistas e imperiales, glorietas, pabellones y columnatas que resguardan muchas de sus cuarenta fuentes termales. Otras fuentes se encuentran al aire libre, entre los parques y bosques que la rodean. Iglesias católicas, anglicanas y ortodoxas, un antiguo cementerio judío, joyas en las afueras y recuerdos de personajes ilustres completan el “pack Mariánské Lázně”.
Si buscas tranquilidad, paisajes verdes, una auténtica ciudad balneario frecuentada casi solo por turistas checos y alemanes y unas cuantas sorpresas, aquí tienes nuestros 10 lugares imprescindibles que ver en Mariánské Lázně. Seguirás los pasos de personajes como Goethe, Kafka, Brahms, Wagner, Chopin o el emperador Francisco José I y su esposa Sissi.
1. La columnata principal del balneario de Mariánské Lázně
El primero de nuestra lista de lugares que visitar en Mariánské Lázně no podía ser otro que la columnata principal del balneario, Hlavní lázeňská kolonáda, el corazón de la ciudad balneario. Esta columnata neobarroca de hierro fundido es uno de los iconos, no solo de Mariánské Lázně, sino de los balnearios checos en general. Si buscas una foto de la ciudad, seguramente sea lo primero que te salga.


Se construyó a finales del siglo XIX por encargo del abad del vecino monasterio de Teplá en el lugar donde en su día se levantaba el edificio original del balneario, el “Kursaal” –no confundir con el casino actual–. Con sus 135 metros, es también la columnata histórica más larga de República Checa. Y eso que, en su origen, medía 180 metros. La “recortaron” en la segunda mitad del siglo XX. De la época del “recorte” son el ciclo de frescos en el techo, que representa el deseo del hombre de volar, y los relieves en las paredes, que hablan de la historia y el simbolismo balneario de Mariánské Lázně.
2. La Fuente Cantarina y el resto del paseo principal del balneario
Durante la restauración de la columnata también se renovó todo el paseo principal del balneario que conecta dos edificios neoclásicos: el Pabellón de la Fuente de la Cruz –Pavilon Křížového pramene–, junto a la columnata principal, y la pequeña Columnata de las fuentes de Carolina y Rodolfo –Kolonáda Karolinina a Rudolfova pramene–.


En el centro del paseo se encuentra otro de los símbolos de Mariánské Lázně: la Fuente Cantante o Fuente Cantarina –Spievajúca fontána–. Su espectáculo de luces, música y juegos de agua es uno de los atractivos más famosos de la ciudad, cada día desde mayo hasta abril, de 7 h a 22 h. Podrás escuchar de todo, ¡desde Beethoven hasta Celine Dion! Tienes los horarios en la web de turismo de Mariánské Lázně.


El paseo del balneario es pequeño y se recorre rápido, pero es un lugar para disfrutar sin prisas: sentarse, admirar las flores, dejarse llevar por los espectáculos musicales de la fuente y, claro, probar las aguas minerales de las fuentes de la Cruz, de Carolina y de Rodolfo con las famosas tacitas de balneario. ¿Están buenas? Ni de lejos. Saben a rayos. Pero, por lo visto, tienen muchas propiedades curativas… Tú verás.
3. La plaza de Goethe
En Mariánské Lázně no podía faltar una plaza dedicada a uno de sus visitantes más ilustres: Goethe. Y no es una plaza cualquiera. La Goethovo náměstí está en el corazón del balneario histórico, rodeada de palacios decimonónicos y de una iglesia de la misma época, la neobizantina iglesia de la Asunción de la Virgen.


Destacamos la Casa de la Uva Dorada –dům Zlatý hrozen–, de 1818, uno de los edificios más antiguos que se han conservado en Mariánské Lázně. Aquí vivió Goethe en 1823 y sus habitaciones, con la decoración original, se pueden recorrer como parte de la visita del Museo Municipal de Mariánské Lázně. Frente al museo hay, cómo no, una estatua en bronce de Goethe. Eso sí, es una copia de 1993: la estatua original, de 1932, se fundió durante la Segunda Guerra Mundial.
Los dos edificios más importantes de la plaza de Goethe son el Centrální Lázně, Balneario Central, y el Nové Lázně, el Balneario Nuevo, los dos siguientes puntos de nuestros lugares que visitar en Mariánské Lázně.
4. Los spas del Hotel Centrální Lázně y “el gas de María”
El Balneario Central se construyó en 1892 en estilo neorrenacentista y es la mayor instalación histórica de tratamientos con aguas minerales de Mariánské Lázně. Conserva 24 cabinas originales con azulejos del siglo XIX, allí nos dimos nosotros unos baños en aguas minerales, ¡una maravilla!


Actualmente forma parte del Ensana Hotel Centrální Lázně, un cuatro estrellas que integra también el vecino Maria Spa, otro edificio neorrenacentista de la misma época. Allí se ofrece el tratamiento más famoso y distintivo de la ciudad, desde 1905: los baños secos de dióxido de carbono natural de la “piscina de gas de María”. En esta terapia –llamada carboxiterapia– uno se sienta vestido en una sala subterránea donde el gas natural de CO₂ cubre el cuerpo hasta las rodillas. Se dice que mejora la circulación, regula la presión, estimula el metabolismo, alivia dolores y retrasa el envejecimiento. ¡Prácticamente es milagroso!
¿Sabías que…?
El manantial del que llega el gas, la fuente de María –Mariin pramen–, es el que le dio nombre a la ciudad balneario –Mariánské Lázně significa Balneario de María– y se utilizaba incluso antes de su fundación. A diferencia de las demás fuentes, es en realidad una potente emanación de CO₂ puro, al 99,7 %, que se disuelve en aguas superficiales. Junto a ella brota también la Nová Marie, aprovechada en tratamientos termales y embotellada como agua mineral natural con el nombre de Aqua Maria Marienbad.
5. Los Baños Romanos y el Casino del Hotel Nové Lázně
Junto al Balneario Central se levanta el Balneario Nuevo que, pese a su nombre, solo es cuatro años más “joven” que su vecino: se inauguró en 1896. También en estilo neorrenacentista, pero todavía más imponente, más monumental, más lujoso… vamos, sigue siendo el edificio más grande de Mariánské Lázně, no decimos más.


Su joya son los Baños Romanos, Římské lázně, un atrio doble inspirado en las villas romanas, con dos piscinas de aguas minerales rodeadas de columnas de mármol, techos pintados y azulejos art nouveau. Uno de esos lugares que ver en Mariánské Lázně sí o sí.
Hoy forma parte del hotel cinco estrellas Ensana Nové Lázně, que incluye también el histórico Casino o Kursaal, un centro cultural de la misma época que fue punto de encuentro de la alta sociedad europea. Merece la pena entrar y echar un ojo a salas como la Biblioteca de Eduardo VII, la Sala de Mármol o la Sala de los Espejos… y si quieres, tomarte algo en su elegante cafetería.


Tanto el Hotel Centrální Lázně como el Hotel Nové Lázně son del mismo grupo, Ensana, y están conectados por un pasillo subterráneo entre ellos, con el Maria Spa y con el Hvězda, otro hotel en la plaza de Goethe. Entre los dos edificios principales, además, hay otra fuente, la Fuente de Ambros, Ambrožův pramen, de la que también puedes beber desde dentro del edificio del Nové Lázně.
6. La Hlavní třída: la calle principal de Mariánské Lázně
Si la Goethovo náměstí es la plaza que tienes que ver en Mariánské Lázně, la calle por la que tienes que pasear es la Hlavní třída. Vamos, literalmente significa “calle principal”. En la calle y cercanías están otros hoteles históricos de la ciudad, como el Palladio y el Svoboda, el Pacifik, el Bohemia o el Falkensteiner; hay otras tres fuentes, la de Balbín, la de Eduardo VII y la de Alejandro; el Teatro Municipal; el Museo Memorial de Chopin; el edificio de correos, Česká pošta, y el ayuntamiento, cerca de la estación de trenes.


Nuestra parada favorita en la Hlavní třída es la tienda de las “obleas de balneario” de Mariánské Lázně, las Oplatky Kolonáda, cuya historia se remonta nada menos que a 1856. Son diferentes en cada ciudad del triángulo de balnearios de República Checa y casi tan típicas como sus aguas minerales. Unas grandes obleas redondas rellenas de crema de avellana, de vainilla, de chocolate… El mejor souvenir de Mariánské Lázně.
7. La iglesia ortodoxa de San Vladimiro
En la época de máximo esplendor del balneario de Mariánské Lázně, finales del XIX y principios del XX, la ciudad era muy cosmopolita. Recibía aristócratas, nobles, artistas y viajeros de toda Europa, incluyendo alemanes, británicos, franceses, austriacos y… rusos.


Fue la comunidad rusa la que, en 1902, levantó la iglesia ortodoxa de San Vladimiro, con sus cúpulas bulbosas y su gran iconostasio creado en Kuznetsovo, Rusia, para la Exposición Mundial de París de 1900. Hoy es visitable, pero no se pueden hacer fotografías en el interior. La entrada cuesta 50 CZK o 2 €.
Rincón Salta Conmigo
Cerca de la iglesia ortodoxa de San Vladimiro está la iglesia anglicana, de finales del siglo XIX. En el interior, una placa recuerda las frecuentes visitas del rey Eduardo VII.
8. El antiguo cementerio judío
En Mariánské Lázně, aunque no muy céntrico, se conserva un antiguo cementerio judío. Fundado en 1875, todavía está en uso –abre todos los días, menos el sábado, de 9 h a 17 h, a 16 h en invierno–. En 1938, el cementerio fue destruido por los nazis y casi todas las lápidas originales fueron eliminadas. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX, se trasladaron aquí lápidas históricas de otros cementerios cercanos.
Las dos lápidas más “famosas” son las de Enoch Heinrich Kisch, el fundador del Instituto de Balneología de Mariánské Lázně, y la de Theodor Lessing, filósofo, escritor y publicista antifascista, asesinado en Mariánské Lázně en 1933.
9. La Reserva Natural de Kladská
Mariánské Lázně está rodeada de verde. En la misma ciudad hay un montón de parques, en muchos de los cuales hay fuentes termales. Pero su rincón verde más bonito es la Reserva Natural de Kladská, en las afueras de la ciudad, dentro del área protegida del bosque de Slavkov, con sus prados y humedales.


Desde la antigua cabaña de caza del príncipe Schönburg-Waldenburg –a la que se puede llegar en bus– sale un sendero muy corto, de 1,6 km, y muy fácil que rodea el lago Kladská y la turbera, sobre pasarelas de madera y junto a miradores y áreas de descanso.
¿Lo mejor? Además del paseo, vas a comer muy bien. Junto al palacete de caza de madera del príncipe Schönburg-Waldenburg, está la casa de huéspedes y restaurante U Tetřeva especializada, como no podía ser de otra forma, en carne de caza. ¡Cómo estaba ese filete de lomo de corzo! Tampoco dejes de probar la tarta casera de arándanos, típicos de la zona.
Rincón Salta Conmigo
A seis kilómetros del restaurante está uno de los sitios más peculiares de la zona: el Palacio de Kynžvart. Este gran palacio neoclásico es famoso por su gabinete de curiosidades, con objetos como una maza atribuida al líder husita Jan Žižka, armas antiguas de Extremo Oriente y Oriente Medio, uno de los daguerrotipos –los predecesores de las fotografías– más antiguos del mundo, inscrito en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, o… ¡un pelo de Napoleón!
10. El monasterio de Teplá
Con el décimo punto de nuestra lista de lugares que ver en Mariánské Lázně nos “permitimos” salir un poco del municipio –Kladská, aunque algo alejada del centro, sigue formando parte del territorio–. La excursión merece la pena, porque el monasterio de Teplá, a unos 20 km, media hora en coche, no solo es el monumento más importante de la zona, sino que su historia está muy ligada a la de Mariánské Lázně.


Antes de 1818, año de la fundación del balneario, lo que hoy es Mariánské Lázně era básicamente un área pantanosa y boscosa, con manantiales ya conocidos y utilizados por los monjes del monasterio, al que pertenecía el territorio. La fundación del balneario se debe a uno de sus abades, Karel Kašpar Reitenberger, y varias fuentes y tradiciones están ligadas al monasterio. La fuente de Ambros lleva el nombre de un abad, la receta original de las obleas de balneario se dice que nació allí, incluso la columnata principal fue mandada construir por otro abad…
Más allá de su historia, el monasterio merece la visita por sí mismo. Fundado en 1193 por el beato Hroznata, combina arquitectura románica, gótica y especialmente barroca, con la Iglesia de la Anunciación y su biblioteca con unos 100.000 volúmenes, la segunda más grande de Chequia en fondos antiguos después del Clementinum de Praga. Aunque muchas zonas se deterioraron durante la época comunista, sigue siendo uno de los monasterios más importantes de República Checa.


Antes de entrar, fíjate en una puerta con dos caras de hombre: era la puerta de la farmacia del monasterio, y representa al enfermo (feo) y al sano («guapo» o, al menos, con los dientes bien colocados).
Se puede acceder solo con visitas guiadas, aquí tienes información.
Mapa con los lugares que ver en Mariánské Lázně
Aquí tienes nuestro clásico mapa con los lugares que visitar en Mariánské Lázně. Te añadimos también el resto de columnatas que están un poco más alejadas y algún otro edificio histórico en gris.
Los alrededores de Mariánské Lázně
En los alrededores de Mariánské Lázně están algunos de los lugares más desconocidos y bonitos de República Checa, como el castillo de Becov con el increíble relicario de San Mauro, el fotogénico castillo de Loket, la ciudad de Cheb o el balneario de Františkovy Lázně. Además de la capital de la región, Karlovy Vary, claro. Te lo contamos todo en nuestros artículos sobre el triángulo de balnearios de República Checa y sobre qué ver en Karlovy Vary.


Dónde dormir: hotel con spa en Mariánské Lázně
Si vas a Mariánské Lázně deberías dormir en un hotel con spa. Una de las mejores opciones, por supuesto, es el Hotel Centrální Lázně, para darte unos tratamientos en su spa y en el Maria Spa. Además, durmiendo allí podrás acceder gratuitamente al Balneario Romano del más lujoso y caro Hotel Nové Lázně.


Nosotros nos quedamos en el ala nueva del Centrální Lázně, junto al Maria Spa. La habitación era muy grande, luminosa y cómoda, además de tener aparcamiento justo al lado. Eso sí, calcula los tiempos de desplazamiento para llegar a los varios edificios: ¡el complejo es enorme! El personal es muy amable, pero ten en cuenta que casi nadie habla inglés –aquí el segundo idioma es el alemán–.
Por supuesto, hay muchos más hoteles en Mariánské Lázně si prefieres otro.


Si quieres relajarte, darte un “baño de gas” y seguir las huellas de Goethe o de Sissi, Mariánské Lázně te espera en República Checa.
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