La Forgotten World Highway, Nueva Zelanda
Ya hemos dicho en más de una ocasión que Nueva Zelanda no es un país para recorrer en transporte público: no hay mucha oferta y no llega a muchos sitios. Uno de esos lugares a los que es imposible llegar en transporte público es una carretera panorámica. Una carretera de unos 150 km que se conoce como Forgotten World Highway, literalmente “autopista del mundo olvidado”, aunque en castellano se suele traducir como “carretera del mundo olvidado”. Y es que en Nueva Zelanda llaman “autopista” a cualquier cosa y esta desde luego no lo es…

Nos referimos a la State Highway 43 que une Stratford, en la región de Taranaki, con Taumarunui, en Manawatū-Whanganui. Un muestrario de todos los paisajes naturales de Nueva Zelanda –bueno, faltan los de costa–, puentes, túneles, pueblos… No te vayas a creer que es solo la ruta, vas a parar unas cuantas veces. Pero para eso se recorre la carretera del mundo olvidado, para disfrutar, no para ir de un sitio a otro. Para ir de un sitio a otro por ella ya están los que viven en los pueblos por los que pasa –entre ellos hasta una república independiente de Nueva Zelanda–, tú vas de viaje.
Tómate tu tiempo, no te apresures y prepárate para las curvas y estrecheces de la Forgotten World Highway. ¡Ah! y también para algún que otro tramo sin asfaltar… De todas formas, te aseguramos que merece la pena.
Un poco de historia de la Forgotten World Highway
Que sea la autopista del mundo olvidado no significa que sea tan antigua que haya caído en el olvido… No hay nada, construido por los colonos europeos, antiguo en Nueva Zelanda. De hecho, la carretera se comenzó a construir –sobre antiguos caminos maoríes, eso sí– durante el siglo XX.


La construcción no debió ser fácil, ya es complicado recorrerla ahora con sus curvas, imagina cómo tuvo que ser abrirla en mitad del bosque, subir y bajar los pasos, cruzar los ríos o atravesar las montañas. Te contaremos más sobre él, pero te adelantamos que hay 180 m de túnel excavado a mano.
¿Sabías que…?
Fue a principios del siglo XXI cuando, por una decisión de marketing, se la “renombró” como carretera del mundo olvidado. ¿Por qué? Pues podría ser porque la población en esas pequeñas aldeas era bajísima y pocos coches circulaban por ella o porque la naturaleza era tan exuberante que parecía haber sido “olvidada” por el hombre para dejarla tranquila. Sea como sea, el truco dio fruto y hoy es una de las grandes atracciones turísticas del país.
Durante gran parte de su historia, la carretera del mundo olvidado estuvo, ella misma, olvidada y casi abandonada. No hablamos de hace muchos años: en 2013 la policía del país incluyó la SH 43 entre las diez peores carreteras de Nueva Zelanda. Imaginamos que la popularidad entre los turistas y las protestas de los locales consiguieron que se le prestara atención. Nosotros, después de pasar dos meses conduciendo por Aotearoa, tenemos que decir que no nos pareció tan terrible –aunque no la recorrimos entera, ahora te contamos por qué–. Incluso había un tramo en obras, para ampliar el ancho de la carretera, cuando fuimos nosotros.
La ruta de la carretera del mundo olvidado: ¿dónde parar?
Ya hemos dicho que la carretera une Stratford con Taumarunui y fue en ese sentido en el que la recorrimos nosotros. Bueno, en ese sentido y solo una parte. Esas obras que estaban ampliando la anchura de la calzada, junto con las ganas de ver el volcán Taranaki en todo su esplendor y que comenzaba la parte no asfaltada de la carretera, nos llevaron a dar la vuelta en el puente junto a la tumba de Joshua Morgan, tras unos 90 km recorridos. En realidad nos habían dicho en la oficina de turismo de Stratford que estaba cortada y que no se podía ir más allá. Cuando los obreros nos dijeron que sí se podía… tuvimos nuestro momento de duda.


Aún así, tardamos casi tres horas en llegar desde Stratford. La estimación es que puedes hacer la autopista del mundo olvidado completa en tres horas y nosotros, quedándonos a casi 60 km de Taumarunui, ya tardamos ese tiempo… Lo dicho, con calma, que pocas veces vas a recorrer una carretera tan espectacular flanqueada por paisajes con tantos tonos de verde.
Eso sí, aunque no llegamos al final, no te vamos a dejar con las ganas de saber qué te espera en esos últimos kilómetros. Habíamos hecho los deberes y sabíamos lo que no nos podíamos perder. Tú también lo sabrás…y podrás contarnos lo que nos perdimos y ponernos los dientes largos –las vistas del Taranaki nos compensaron–.
Stratford
La carretera del mundo olvidado comienza, o termina, en una ciudad muy shakesperiana. Además de su propio nombre, Stratford –el de la ciudad de nacimiento del bardo–, también hay calles Romeo, Juliet, Hamlet… Un buen lugar para hacer base y para comer, además de para informarte sobre el estado de la carretera en la oficina de turismo, el isite.


Después de echarle un ojo a la curiosa torre del reloj de la ciudad, la Glockenspiel Clock Tower, gira hacia la State Highway 43. A pocos metros del cruce, te encontrarás con el cartel de bienvenida a la Forgotten World Highway.
Strathmore Saddle
Las primeras paradas en la carretera del mundo olvidado son unos miradores naturales en lo alto de unos “saddles”. Lo primero de todo, ¿qué es un saddle? Pues la silla de montar a caballo o el sillín de la bicicleta… Vale, también tiene un significado más geológico y es algo así como un collado o un paso. En este caso, sobre colinas de antiguos volcanes extintos –Nueva Zelanda es territorio volcánico–.


El primero que encontramos desde Stratford fue el Strathmore Saddle –23 km–. Las vistas desde lo alto, 270 m, nos convencieron de que aquello iba a merecer la pena. Las pequeñas colinas volcánicas cubiertas de verde de mil tonos, los grupos de árboles, las granjas, las vistas del Taranaki… No habíamos hecho más que empezar y ya estábamos enamorados de la carretera. Casi parecía el escenario de Jurassic Park –después de ver Hobbiton, no abandonábamos las referencias cinematográficas–.
Pohokura Saddle y Whangamomona Saddle
Dos collados más en el trazado de la carretera. Como con el anterior, desde lo alto las vistas son de esas que te quieres grabar a fuego en la memoria para poder volver a ellas y relajarte cuando el estrés del día a día te ataque de vuelta de tu viaje. Por si acaso, sacamos una buena cantidad de fotos, que no hay que fiarlo todo a la memoria. El primero, Pohokura Saddle, está 22 km más adelante y el segundo, Whangamomona Saddle, unos 11 km después.


La república de Whangamomona
Nada menos que una república independiente en mitad de la carretera del mundo olvidado: Whangamomona Republic. Más allá de la curiosidad de que se proclamaran independientes de Nueva Zelanda en 1989, el pequeño asentamiento merece una parada por sus edificios de madera que parecen sacados del Far West. Si quieres, puedes pedir un sello en tu pasaporte en el hotel-bar-restaurante. Eso sí, hay que pagarlo. Es el pub más remoto del país y cuenta con 11 habitaciones y salón para 48 comensales. El primero, que se quemó en 1910, se levantó en 1902.


¿Sabías que…?
La decisión de independizarse de Nueva Zelanda llegó a causa de su “cambio” de región. Con las nuevas divisiones territoriales de 1989, Whangamomona pasaba a formar parte de la región de Manawatū-Whanganui. Los habitantes querían seguir en Taranaki y, al no hacer caso a su reclamación, decidieron “abandonar” el país.
Tahora Saddle
El cuarto y último collado de la carretera del mundo olvidado, Tahora Saddle, también nos regaló más vistas llenas de verde, de relieves, de cielos azules con nubes algodonosas… de tranquilidad para dar y regalar. Ya estamos a 75 km de Stratford, unos 10 km después de la república independiente de Whangamomona.


Moki Tunnel
Ese túnel de 180 metros excavado a mano que mencionábamos antes es el Moki Tunnel –16 km después–, también conocido como el agujero hobbit, Hobbit’s Hole.


Estrecho como para ir preocupado por los espejos retrovisores del coche –que era un Toyota Aqua, no vayas a pensar que llevábamos un coche grande–. Oscuro como para no ver más allá de las luces y el punto final que destacaba como si hubiéramos muerto y fuéramos hacia la luz. Histórico como para sentir los golpes de los picos de los trabajadores que lo abrieron en 1936. Vamos, toda una experiencia que disfrutamos más aún porque tuvimos la suerte de que no apareciera nadie de frente.
Joshua Morgan’s Grave
A pocos metros de la autopista del mundo olvidado, cerca de uno de los puentes sobre el río Tangarakau está la tumba de Joshua Morgan. Y, ¿quién fue Joshua Morgan? Pues uno de los primeros topógrafos y pioneros de la zona, que murió en 1893 a los 35 años de edad. También se mencionan otros pioneros a los que se homenajea en el mismo lugar. La tumba está en medio de la absoluta nada, imaginamos que le habría gustado acabar aquí…


Antes o después de presentarle tus respetos al señor Morgan, asómate al río desde el puente y disfruta de las aguas salvajes encajonadas en las rocas.
Tangarakau Gorge
Lo confesamos, nos duele mucho no haber llegado hasta aquí. Nos dolió en su momento, pero un viaje está lleno de decisiones y volver a Stratford fue nuestra apuesta en ese momento. Habíamos visto un Taranaki cubierto por la niebla –vamos, que no lo habíamos visto– y decidimos darle otra oportunidad. Fue un acierto, porque lo vimos en todo su esplendor, pero nos quedamos sin la garganta del Tangarakau. Solo vimos el principio desde el puente –las vistas desde allí ya son preciosas–.


Esta es la zona sin asfaltar, 12 km, y la que concentra la mayor cantidad de accidentes de la carretera del mundo olvidado. Puede que ya esté asfaltada para cuando tú llegues… pero le quitaría parte de su gracia. De hecho, la SH43 es la única “autopista” no completamente asfaltada de Nueva Zelanda.
Taumarunui
La ciudad destino, u origen, de la autopista del mundo olvidado es Taumarunui. Si quieres hacer el trayecto desde aquí, también hay un isite –oficina de turismo– en el que informarse del estado de la carretera. Es una de las ciudades “grandes” en los alrededores del Tongariro Alpine Crossing.
El mapa de la ruta
Te marcamos los puntos en los que parar en nuestro mapa de la carretera del mundo olvidado.
Consejos para recorrer la autopista del mundo olvidado
Lo hemos dicho ya, pero lo repetimos: olvídate de los tiempos que indica Google Maps o incluso la página de turismo de Nueva Zelanda. Vas a necesitar más de tres horas y eso sin salirte de la ruta. Nosotros te recomendamos reservarte unas cinco.


En la carretera te vas a encontrar con cuatro collados con vistas, pero con ¡cero! gasolineras. ¿Te creías que es la Forgotten World Highway sin motivo? Llena el depósito en Stratford o en Taumarunui. Puestos a “abandonar” la civilización, también tenemos que avisarte de que no hay cobertura de móvil en muchas zonas: descarga el mapa para saber dónde tienes que parar. Perderse está descartado: no hay desvíos, al menos asfaltados.
Lo que sí que vas a encontrar son baños públicos. Letrinas en mitad de la nada en las que, en nuestra experiencia, nunca faltan papel higiénico ni agua para lavarse las manos. Ojo, lavarse las manos, pero no beber. Lleva agua o compra en el bar de Whangamomona, donde también hay baño, obviamente.


Hemos mencionado las oficinas de turismo, isites, en las ciudades en los extremos de la carretera y hemos dicho que vayas a preguntar por su estado. Las obras pueden cortar ciertos tramos o toda ella. A nosotros nos dijeron que no se podía pasar de Joshua Morgan’s Grave por las obras. Así que ya teníamos decidido que habría que volver por el mismo sitio. Cuando llegamos, los obreros estaban recogiendo y nos dijeron que se podía seguir, que no estaba cortada… pero ya sabes lo que decidimos. Lo dicho: pregunta antes de meterte en faena.
Si viajas por Nueva Zelanda en autocaravana y te planteas recorrer la carretera del mundo olvidado, ten mucho cuidado. Es muy estrecha, hay muchas curvas, el túnel… Hemos leído que puedes ir con vehículos de menos de seis metros, pero tienes que ser bastante capaz conduciéndolos.
Dónde comer y dormir
Nosotros no teníamos intención de hacer noche en la ruta, así que dormimos en Stratford. Concretamente en la Stratford Mountain House a los pies del volcán Taranaki, para disfrutar de las vistas al amanecer. Reconocemos que no es el más barato que reservamos en Nueva Zelanda, pero lo hicimos por la situación y porque era muy tarde, pero nos acabó enamorando. Aun así, hay bastantes hoteles en Stratford. También hay unos cuantos hoteles en Taumarunui, por si haces la ruta en sentido contrario o llegas tarde al final.


En nuestro caso, como fuimos y volvimos, también comimos unas pies en Stratford, las de The Baking Company, y estaban muy ricas.
Desvíos de la carretera del mundo olvidado
Nosotros nos quedamos en la carretera, que ya nos regaló bastantes paisajes, pero, si tienes tiempo, también hay algunos desvíos que pueden mejorar todavía más la experiencia.
- El camino hasta el Bridge to Somewhere: dos horas ida y vuelta por carreteras sin asfaltar desde Strathmore Saddle.
- Mt. Damper Falls, unas cascadas de 74 metros de altura –las segundas más altas de la Isla Norte–. Hay que seguir un desvío de unos 14 km desde el Moki Tunnel y, después, 30 minutos de caminata.
- Lauren’s Lavender Farm and Café, sí, unos campos de lavanda en Nueva Zelanda –por si los campos de lavanda de Brihuega te quedan demasiado cerca–. A 15 km de Taumarunui.
- Forgotten World Adventures, carritos de gol sobre raíles que atraviesan túneles, cruzan viaductos y llegan a lugares a los que es imposible llegar en coche.
El mundo de la carretera del mundo olvidado estará olvidado… pero nosotros lo vamos a recordar para siempre.
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