Visita al castillo de Malbork, Polonia: precios, horarios, consejos…
Mucho antes de las guerras mundiales, de que Polonia desapareciera del mapa por primera vez, de la invasión sueca, de la coalición polaco-lituana… los caballeros teutónicos dominaban gran parte del territorio de la actual Polonia y se aseguraban de controlarlo a base de muros y armas. Los muros más impresionantes de todos eran los del castillo de Malbork. El castillo gótico más grande del mundo, levantado con ladrillos.

Prepárate para un tres en uno, porque tres son las partes del gigantesco castillo de Malbork. Y las casi cuatro horas que pasamos recorriendo sus salas y asomándonos a sus fosos y murallas son buena prueba de ese tamaño. Para algo era la capital de la orden, lo que vendría a ser un palacio real en su momento. Que en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO no entra cualquiera.
La Segunda Guerra Mundial lo castigó bastante, pero hoy ha recuperado su antiguo esplendor. En realidad, lo sigue recuperando, entre mi primera y mi segunda visita ha aparecido un techo y se han restaurado bastantes salas. Echa un vistazo a lo que te espera en el castillo de Malbork.
Los caballeros teutónicos
Antes del castillo de Malbork, estaba la Orden de los Caballeros Teutónicos. Era –y es, sigue existiendo aunque bajo el nombre de Hermanos de la Casa Alemana de Santa María de Jerusalén– una orden religiosa fundada durante las Cruzadas, en 1198, con la intención de defender Tierra Santa. Sí, como los templarios, también eran una orden militar.


A principios del siglo XIII, fueron invitados por el duque de Mazovia para colonizar y cristianizar la región de Prusia, en el noreste de la actual Polonia. Una región llena de tribus paganas que le estaban poniendo las cosas difíciles. Ojo, que, un par de siglos después, serían los caballeros teutónicos los que le apretarían las tuercas al reino de Polonia… pero nos estamos adelantando.
Durante más de dos siglos, cristianizaron a la población y controlaron el territorio con unos 120 castillos. El mayor de todos, el de más alto rango, la sede de la orden, fue el castillo de Malbork. Pero no solo la Prusia polaca, también Lituania, Letonia, Estonia… cayeron bajo su dominio.
¿Sabías que…?
¿Por qué tantos castillos? Porque se comunicaban entre ellos con señales luminosas y, en general, estaban a una jornada a caballo de distancia. Los caballeros no tenían permitido dormir fuera de los castillos o de ciertas iglesias.
En 1410, los caballeros teutónicos perdieron la batalla de Grunwald frente a Polonia y Lituania y comenzó su decadencia.
Un poco de historia del castillo de Malbork
La construcción del castillo de Malbork comenzó en 1274 y no “terminó” hasta 1410. Casi 150 años que lo convirtieron en el castillo gótico más grande del mundo. Para que te hagas una idea, tenía capacidad para alojar a más de 3.000 soldados en sus casi 21 ha. Se levantó con el propósito de ser la capital de la Orden de los Caballeros Teutónicos y residencia del Gran Maestre. Rango que ostentó desde 1309 durante más de un siglo, hasta la Guerra de los trece años.


¿Sabías que…?
Según el proyecto original, tendría ¡30 millones de ladrillos! Había una fábrica de ladrillos junto a la obra donde los hacían a mano. La guía nos dijo que entre 600 y 700 ladrillos por persona y día. Se estima que la obra final necesitó unos 4,5 millones, que tampoco está mal.
El castillo nunca fue conquistado –aunque sí tomado más de una vez–. Tras la batalla de Grunwald, los ejércitos polaco y lituano no lo atacaron. ¡Lo compraron! en florines húngaros por el equivalente a 665 kg de oro. Los caballeros siguieron en él, el último hasta 1457. A finales del siglo XVIII se transformó en residencia de la familia real polaca. En la visita de uno de los reyes de Polonia, los fuegos artificiales que se usaron para darle la bienvenida quemaron los techos del castillo… así se las gastaban.


Al pasar a control prusiano, el castillo se usó como barracones y almacenes militares y se destruyó/perdió gran parte de su decoración. Eso sí, la Segunda Guerra Mundial fue mucho peor: entre el 60% y el 80% del castillo acabó destruido por los bombardeos –puedes ver unas fotos junto al centro de visitantes–. En 1961 fue abierto al público como museo y en 1997 entró en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.


La visita al castillo de Malbork: el castillo gótico más grande del mundo
Con ese tamaño y tantos años de construcción, está claro que hay “partes” en el castillo de Malbork. En concreto tres: el castillo alto, donde empezó todo; el castillo medio, la zona residencial, y el castillo bajo, donde vivían los sirvientes y estaban los graneros, los establos, etc. Entre ellos y rodeándolos, fosos, torres, puentes levadizos… Incluso a día de hoy es complicado llegar al patio del castillo alto y eso que no hay nadie lanzando flechas, líquido hirviendo o simplemente gritándote lo que piensa hacer con tus tripas como te sigas acercando.


Es imposible contar en detalle lo que encontramos en el interior del castillo de Malbork en un artículo. Podríamos escribir un libro después de la visita guiada de más de tres horas en la que, además de la historia general, nuestra guía nos fue dando detalles de la arquitectura, de las salas, de la decoración, de eventos históricos que tuvieron lugar en su interior, de curiosidades… Vamos, nuestra recomendación es visitar el castillo de Malbork con guía sin duda.
Las torres baño, torres junto a las murallas en las que se situaban los baños para que todo “fluyera”; los 350 caballos que acompañaron al rey de Lituania en su visita y que tuvieron que alojarse en los establos; las 400 personas, entre corte y sirvientes, que acompañaban a los 40 o 50 monjes que vivían en el castillo; la enfermería con baño de vapor; la sala para 400 invitados y las cocinas en las que se preparaba la comida para ellos; el dormitorio del Gran Maestre, con una decoración de frescos que se basa en la del dormitorio del Palacio de los Papas de Aviñón; las salas de representación; las salas de verano con sus ventanales y las de invierno con sus chimeneas…
El gran refectorio
Una de las joyas del castillo es el gran refectorio. Una enorme sala de 30 metros de largo con solo tres columnas sujetando el techo abovedado y con nervios. Imagina lo que tenía que ser, en 1340, entrar ahí y levantar la vista buscando un techo que no encontrabas hasta los nueve metros de altura. La primera de las demostraciones de poder de la Orden de los Caballeros Teutónicos hacia sus invitados, que sigue impresionando a los turistas del siglo XXI.


¿Sabías que…?
El frío en Polonia no es cosa de broma. El castillo de Malbork se construyó con un sistema de calefacción, y no hablamos solo de chimeneas. Siguiendo el ejemplo de las termas romanas, la fortaleza contaba con conductos de aire caliente en el suelo –no en todas las salas, por supuesto sí en el gran refectorio–. Se han hecho pruebas y sigue siendo un sistema increíble: barato y eficiente –con -12 grados en el exterior calienta el gran refectorio hasta los 22–. Durante el recorrido, también visitarás el horno donde se calentaban las piedras.
La Catedral de Santa María en el castillo alto
En mi primera visita al castillo de Malbork, la catedral se visitaba tal y como quedó después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial: sin techo. El lugar impresionaba como si de una ruina romántica se tratara. En la segunda, el techo ha vuelto a su lugar y la gran nave de la iglesia también ha sido recuperada. Eso sí, no sabría decir en qué formato me gusta más…


Las exposiciones del castillo de Malbork
Tras las salas del castillo de Malbork también visitamos dos exposiciones permanentes: una de armas de todo el mundo y una sobre el ámbar.


La cantidad de armas –espadas, sables, hachas, pistolas, cañones…–, armaduras, tratados en los que se explica cómo pelear y matar a enemigos… de la primera de las exposiciones es casi para asustarse. No en vano la Orden de los Caballeros Teutónicos era militar.


Pero también se cuidaban y buena prueba de ello son las piezas de ámbar de la otra exposición, no todas de los caballeros, eso sí –como las armas, que tampoco eran todas suyas–. Alucinamos con la maestría de los joyeros y sus creaciones: desde pequeñas arcas hasta tableros de ajedrez, pasando por rosarios, relojes…
Tenlo en cuenta a la hora de la visita. Después de todo el castillo en sí, todavía quedan las exposiciones y te van a “robar” más tiempo.
El mirador del castillo: cómo y cuándo ir
Frente al centro de visitantes, tendrás una vista casi completa del castillo de Malbork. Es ahí donde están las fotos del estado en que quedó tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.


Pero, es en la parte de detrás donde el castillo se luce en todo su esplendor. Puedes cruzar el puente de San Adalberto –Most Imienia Świętego Wojciecha– y llegar hasta la otra orilla del río Nogat. Desde la calle Wałowa el castillo de Malbork nos dejó sin aliento. Es mejor llegar hasta allí después del medio día, cuando el sol ya está bajando por el oeste e ilumina esta parte de la muralla.
Información práctica del castillo de Malbork: horarios y precios de las entradas
Ya está, el castillo de Malbork te ha enamorado y quieres ir a visitarlo en persona. No se hable más. Tendrás que ir a Malbork –no podía ser de otra forma–, concretamente al centro de visitantes y taquilla del castillo en la calle Starościńska –Google Maps sabe dónde está–. La estación de tren de Malbork está a unos 20 minutos andando del castillo.


El castillo de Malbork abre todos los días del año excepto los lunes y el 1 de enero, el Domingo de Resurrección, el 1 de noviembre y el 25 de diciembre. El horario general es de mayo a septiembre, de 9 h a 20 h y de octubre a abril, de 10 h a 15 h, aunque hay horarios particulares ciertos días. Te recomendamos que los confirmes en su web.


El precio de la entrada a las tres partes del castillo es de 80 PLN –algo menos de 19 €–, incluye audioguía en español. Hay muchas opciones de visitas con distintos precios, puedes verlas en su página oficial.
Las visitas guiadas y los tours con Gdańsk
La ciudad grande más cercana al castillo de Malbork es Gdańsk –con vuelos directos desde algunos aeropuertos españoles–. Si has llegado a la ciudad y quieres incluir el castillo, puedes contratar un tour guiado por Gdańsk y el castillo de Malbork.


Dónde aparcar gratis en Malbork cerca del castillo
Ya te adelantamos que no hay aparcamientos cerca de la entrada del castillo de Malbork. El más próximo está en Józefa Piłsudskiego, 25. Ese era nuestro destino y nos encontramos con el problema de que no se podía pagar con tarjeta… Después de casi una semana en Polonia, el primer aparcamiento sin pago con tarjeta que encontramos tenía que ser 15 minutos antes de nuestra hora de entrada al castillo.


Eso nos llevó a dar un par de vueltas con el coche y encontrar otra zona para aparcar cerca de la orilla del río, en Stare Miasto. Más suerte no pudimos tener. En ese aparcamiento hay un par de plazas gratuitas y justo le preguntamos dónde se pagaba al dueño del coche que estaba en una de ellas y que estaba a punto de irse. Resultado final: aparcamiento gratis y carrera hasta la entrada para llegar a tiempo.
Dónde dormir y comer
Nuestra visita al castillo de Malbork formó parte de una ruta por carretera por varias regiones del norte de Polonia y no dormimos muy cerca ni la noche de antes, ni la de después. De todas formas, no faltan hoteles en Malbork si tú quieres descansar a tiro de piedra de las murallas del castillo gótico más grande del mundo. Si has pensado visitar el castillo desde Gdańsk y hacer noche en la ciudad, también hay muchos hoteles en Gdańsk. En mi primer viaje, dormí en el Hotel Admiral, un cuatro estrellas muy cerca del centro histórico de la ciudad.


En la segunda visita no tuvimos tiempo de comer, nuestras rutas no son muy tranquilas y el castillo nos “robó” más tiempo del que teníamos previsto –tú ya sabes que vas a necesitar unas cuatro horas–. Pero, en mi primer viaje, disfruté con la comida del restaurante Zamkowa, en el patio del castillo medio. Sí, más en el castillo de Malbork imposible y con una comida tradicional muy rica.
Preguntas y respuestas
Un poco de trivial y preguntas frecuentes sobre el castillo de Malbork.
¿Cuánto cuesta entrar al castillo de Malbork?
La entrada completa con audioguía cuesta 80 PLN. Puedes ver otras opciones de entradas –con distintos recorridos– en su web.
¿Cuánto se tarda en ver el castillo de Malbork?
Calcula un mínimo de tres horas, si vas deprisa. Para llegar hasta el mirador y tener un poco de calma, resérvate unas cuatro horas.
¿Dónde está el castillo más grande del mundo?
Los 210.000 metros cuadrados del castillo de Malbork lo sitúan entre los más grandes del mundo. De lo que no cabe duda es de que es el castillo gótico más grande del mundo.
¿Cómo eran las recepciones en el castillo de Malbork?
Los 400 invitados de las fiestas del castillo de Malbork degustaban 19 tipos de vinos diferentes traídos de toda Europa y 12 tipos de cerveza. Comidas con azafrán o pimienta, limones y naranjas. También había bailarinas y animales como monos y leones.


No te contamos más porque tienes que vivirlo. Vas a alucinar con los frescos de las cruzadas, con el pelícano gigante sobre el pozo del castillo alto, con la sala de capítulo, con la torre –a la que también puedes subir, por 15 PLN más–… ¿A qué esperas para visitar el castillo de Malbork?
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