Qué ver en Balmaseda, la primera villa de Euskadi
Si buscas una escapada desde Bilbao o una parada en tu viaje por Bizkaia, apunta: Balmaseda. Hablamos nada menos que de la villa más antigua de Euskadi. Corría el año 1199 cuando Don Lope Sánchez de Mena le otorgaba fuero a ese pueblo que se encontraba en una encrucijada de caminos entre Santander, Álava y Burgos. De esa conexión entre Castilla y Vizcaya su importancia comercial, una importancia que le “regaló” el que sigue siendo su icono más de ocho siglos después: el Puente Viejo. Es la postal clásica del pueblo, pero hay mucho más que ver en Balmaseda. Déjanos demostrártelo.

Además, está a menos de una hora de viaje –58 minutos para ser exactos– de Bilbao en Cercanías. ¿Es o no la escapada ideal desde la capital vasca? Los trenes también son parte de la historia de Balmaseda, unida con León por el antiguo ferrocarril de La Robla. Y esa tradición ferroviaria le ha dado su plato más típico. ¿Qué tienen que ver los ferrocarriles con la comida? No te preocupes, si sigues leyendo lo descubrirás.
Porque hay muchos lugares que ver… pero también hay muchas cosas que hacer en Balmaseda. Y, como podrás imaginar, disfrutar de la gastronomía es una de ellas, que para algo estamos en el País Vasco. No se hable más, aquí tienes nuestro “top 5”.
1. Cruzar el Puente Viejo de Balmaseda
Lo primero que tienes que hacer en Balmaseda lo tenemos clarísimo, cruzar su Puente Viejo. Un puente que ha visto pasar sobre su lomo de asno más de ocho siglos de historia. También se llama Puente de la Muza, aunque no tenemos claro el por qué, puede que por una leyenda ligada a una bella mujer que habitaba en sus alrededores y atraía a los viajeros que pasaban por allí. Aunque no hemos encontrado fuentes fiables… El caso que esos tres arcos románicos, el central mucho mayor, rematados por un torreón gótico no son solo la postal más emblemática de Balmaseda, son también uno de los símbolos de Bizkaia y muchos consideran que forman unos de los puentes medievales más bonitos de toda España.


El Puente Viejo de Balmaseda es tan antiguo como la villa misma. Los arranques de las cepas de los arcos son de la época de la fundación, siglo XII. Eso sí, ha ido evolucionando con los años: la torre de guardia es del siglo XV, el gran arco central posterior y, por el lado de la villa, todavía se entrevé su escudo rococó pintado. Es de los pocos puentes fortificados medievales que se han conservado tan bien, y eso que en su día hubo unos cuantos en la Península.
Al permitir el paso sobre el río Cadagua, era parte importante de la ruta comercial que la unía con Castilla, la que dio riqueza a la villa. Aquí se cobraba el pontazgo que daba acceso al recinto amurallado.


Hay que cruzarlo… pero antes hay que admirarlo desde abajo. Quédate un rato haciéndolo, esa postal lo merece.
2. Pasear por el casco histórico de la villa más antigua de Bizkaia
Una vez cruzado el Puente Viejo, estarás dentro del antiguo recinto amurallado, aunque ya no queden murallas. Como era de esperar, la mayoría de monumentos que visitar en Balmaseda están aquí. Pasea sin prisa por todo el casco histórico, te chivamos cuáles son las paradas imprescindibles.


- El Palacio Buniel u Horcasitas, un edificio del siglo XVII que acogió la Aduana Real de la villa hasta su desaparición en 1841. Enfrente hay un curioso y enorme reloj calendario solar: tiene unos siete metros de altura y pesa unas cien toneladas.
- El Palacio de Urrutia, también del siglo XVII.
- La iglesia de San Juan del Moral, del siglo XV. Si estás en Balmaseda a las 12 h, a las 18 h o a las 20 h, podrás escuchar el himno de la villa que se toca desde el reloj de su torre. La iglesia está cerrada al culto y hospeda el Museo de la Historia de Balmaseda, gratuito. Frente a su entrada, la escultura Los Peregrinos recuerda que la villa es parte del Camino olvidado a Santiago.
- El conjunto monumental Santa Clara, un convento del siglo XVII que hoy acoge el Hotel Convento San Roque –el único en el casco histórico de la villa– y el Centro de Interpretación de la Pasión Viviente de Balmaseda, gratuito.
- Las casas de Indianos y demás edificios de la época, algunos un poco fuera del casco histórico. Te los indicamos en el mapa y tienes más información sobre el patrimonio indiano de Balmaseda aquí.


¿Sabías que…?
Nosotros nos quedamos solo en el casco histórico y no nos dio tiempo a visitarlo, pero, si tienes tiempo, el museo de la antigua fábrica de boinas La Encartada parece curioso. También es parte del patrimonio indiano de Balmaseda.
3. Pararse a ver el mundo pasar en la Plaza de San Severino
Entre los lugares que ver en Balmaseda dejamos para el final el más importante, la Plaza de San Severino, el corazón de la villa, dedicada al santo patrón de la ciudad. Durante las fiestas de San Severino –alrededor del 23 de octubre, día del santo– en esta plaza se celebra el concurso de putxeras, un guiso de alubias preparado en las ollas –putxeras– que utilizaban los maquinistas y demás personal ferroviario de la línea Balmaseda-La Robla, hoy convertido en una delicatessen Slow Food.


En la plaza se levanta el monumento “estrella” de Balmaseda: la iglesia de San Severino. No te dejes engañar por la fachada barroca. La iglesia es gótica, del siglo XV, y “esconde” una joya renacentista: la capilla del Santo Cristo.
El otro gran edificio de la plaza, la Casa Consistorial, es posterior: barroco en su origen, pero con retoques clasicistas. Frente a él puedes “convertirte en Guardia Romana” con sus armaduras. ¿Cómo iba a dejar pasar yo la ocasión? Pero, ¿por qué están allí? Recuerdan otro de los eventos más importantes del año en Balmaseda, la Pasión Viviente de su Semana Santa, la más famosa del País Vasco.


¿Sabías que…?
Los soportales, con su pórtico de columnas, le han valido el apodo de “la mezquita”. Y sí que recuerdan un poco a edificios como la mezquita de Córdoba…
Hemos mencionado las fiestas de San Severino y la Pasión Viviente, solo nos falta el Mercado Medieval –en mayo– para completar el trío de “fiestas grandes” de Balmaseda. Más de 400 vecinos se visten con trajes de época y hay títeres, juglares, músicos, equilibristas… Por supuesto, la Plaza de San Severino es uno de sus escenarios más importantes.
4. Probar uno de los mejores chocolates del mundo
Otra cosa más que recomendable que hacer en Balmaseda es probar uno de los mejores chocolates del mundo y ver dónde se elabora. Lo de las putxeras sí, pero a lo mejor esto no te lo esperabas, ¿no? Hay un obrador de chocolate donde siguen el proceso artesanal “bean to bar”, del haba a la tableta, que cada año gana unos cuantos premios en los International Chocolate Awards.
Hablamos de Kaitxo. También son artesanos del café, con café de especialidad. De hecho el nombre de la marca es un juego de palabras entre kafé, txokolate y kaixo, hola en euskera.


Estuvimos un buen rato con Raquel, la encargada del chocolate –su sobrino, Jon Mikel, lleva todo lo relacionado con el café– catando varios productos y descubriendo sus “secretos”. Nos contó que menos de un 10% de los chocolates que hay en el mercado se elaboran usando la materia prima –las habas de cacao–, mientras en Kaitxo es siempre el primer ingrediente. Por eso escoge las habas y su origen –los hay de América, África, Asia y Oceanía– con tanto mimo…
No sabemos si Raquel será la mujer que más sabe de chocolate de España como dicen en Elle, pero sí que fue la primera catadora certificada de chocolate del país y, hasta principios de 2023, la única. Lo de catar, según nos contó, es una pasión que tiene desde pequeña cuando “su madre le echaba la bronca por saborear cosas”. Así que no es de extrañar que sus chocolates sean también de los más laureados.


En la web de Kaitxo tienes el calendario y los precios de las experiencias de visita a su espacio de trabajo, los sábados, y puedes reservar –además de comprar, claro–. Es complicado elegir entre todas sus variedades, pero, hasta el momento, nuestra favorita es Special Collection Filipinas Davao. ¡Qué maravilla!
5. Comer tan bien como solo se puede en el País Vasco
Volvemos al casco histórico de Balmaseda para… ¡seguir comiendo! Y es que allí descubrimos otra joyita gastronómica: el restaurante Teike del chef Iñigo Ramos. Ganó el premio a mejor tortilla de Bizkaia en 2023, pero la tortilla es casi lo de menos –bueno, nosotros admitimos que no la catamos–. Todo lo que probamos con el menú degustación estaba de muerte.


La receta, nunca mejor dicho, es sencilla: gastronomía de fusión con guiños internacionales, toques tradicionales e ingredientes locales de primera calidad. Tienen desde hamburguesas y menú del día a muy buen precio hasta un menú degustación de siete pases también a un precio muy asequible –en su web puedes consultarlo–.


Nuestros favoritos: el arroz de wagyu A5 de Kagoshima y hongos confitados y los guisantes lágrima con salsa holandesa y papada ibérica. Pero, lo dicho, estaba todo de vicio. Ah, ¡por supuesto hubo putxera! Volveríamos a Balmaseda solo para repetir la experiencia… y no lo descartamos.
Mapa de los lugares que ver en Balmaseda
Aquí tienes un mapa con todos los lugares que ver en Balmaseda, el restaurante, el obrador de chocolate y hasta la oficina de turismo.
¿Te hemos convencido de que Balmaseda es la escapada ideal desde Bilbao?
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