Nuevo estudio descubre que las olas de calor en ríos crecen hasta 4 veces más rápido que en el aire, poniendo en riesgo la vida acuática

Un estudio de Penn State analizó casi 1.500 ríos en EE. UU. entre 1980 y 2022. Las olas de calor en los ríos aumentan entre 2 y 4 veces más rápido que las del aire. Estas olas duran casi el doble y afectan gravemente a la vida acuática.
- Ríos también sufren olas de calor.
- Aumentan más rápido que en el aire.
- Efectos graves para la vida acuática.
- Agricultura y represas influyen.
- Impacto en agua potable y ecosistemas.
- Necesarias soluciones a largo plazo.
Los ríos también sufren olas de calor… y lo están haciendo con fuerza
Aunque las olas de calor en el aire se sienten y se ven venir, las que ocurren dentro de los ríos han pasado desapercibidas durante años. Sin embargo, una investigación reciente de la Universidad Estatal de Pensilvania acaba de dejar claro que estos eventos extremos en ambientes acuáticos son reales, frecuentes y están aumentando de forma alarmante.
Un análisis de casi 1.500 puntos fluviales en Estados Unidos entre 1980 y 2022 muestra que las olas de calor en ríos se intensifican hasta cuatro veces más rápido que las atmosféricas, y pueden durar el doble. Esto tiene implicaciones directas en la salud de los ecosistemas fluviales y en la calidad del agua que consumen millones de personas.
Calor extremo bajo la superficie
El estudio reveló que un 82 % de los ríos analizados superó los 15 °C durante al menos 11,6 días al año, un umbral a partir del cual la fauna acuática comienza a sufrir estrés térmico. La situación es más crítica en zonas montañosas como las Rocosas y los Apalaches, y en el noreste de Estados Unidos, donde se han detectado picos que llegan hasta los 20 °C en el 74 % de los casos.
Este tipo de temperaturas pueden parecer moderadas, pero para muchas especies acuáticas, incluso un aumento de 2 o 3 grados puede afectar procesos vitales como la reproducción, el crecimiento o la disponibilidad de oxígeno. Además, el calor no suele llegar solo: viene acompañado de bajos caudales, lo que agrava aún más la situación y puede provocar eventos extremos como mortandades masivas de peces.
Factores detrás del aumento
El principal motor de este fenómeno es, como era de esperar, el calentamiento global. Pero no es el único. La transformación del paisaje también juega un papel importante.
Por un lado, la agricultura de regadío puede tener un efecto moderador, al liberar agua más fresca al ambiente. En zonas con cultivos intensivos, los investigadores observaron una disminución en la intensidad y duración de estas olas térmicas. Sin embargo, este «efecto positivo» es puntual y no compensa el conjunto de impactos negativos que la agricultura intensiva tiene sobre los ríos, como la contaminación por nitratos o la reducción de caudales.
Por otro lado, las represas y grandes infraestructuras hidráulicas están agravando el problema. Al modificar el flujo natural de los ríos y acumular agua en grandes volúmenes expuestos al sol, los embalses actúan como amplificadores térmicos. En muchos casos, liberan agua más caliente río abajo y alargan el tiempo que el ecosistema permanece en condiciones críticas.
Más allá de la biodiversidad: impacto en las personas
Las olas de calor fluviales no solo afectan a peces, algas y anfibios. También tienen repercusiones sociales y económicas. Comunidades que dependen de la pesca fluvial, el turismo o el agua potable ya están viendo las consecuencias.
El aumento de la temperatura del agua dificulta su tratamiento para el consumo humano, lo que eleva los costos de potabilización, especialmente en zonas donde el suministro ya es vulnerable. Además, las alteraciones térmicas pueden favorecer la proliferación de bacterias y algas tóxicas, lo que pone en riesgo la salud pública.
Aunque este estudio se centró en Estados Unidos, el patrón es probablemente global. En Europa, por ejemplo, varios ríos como el Danubio, el Ródano o el Ebro han registrado en los últimos años episodios similares, con consecuencias ecológicas y económicas relevantes.
Vía Heatwaves in US rivers increasing up to four times faster than air heatwaves | Penn State University
Más información: Riverine heat waves on the rise, outpacing air heat waves | PNAS