Eco Turismo

Turismo Nacional

Turismo en Venezuela

Eco Turismo: Casas rurales realmente medievales: dormir entre muros con siglos de historia

Imagina despertar en una torre centenaria, recorrer pasillos que han visto pasar siglos y escuchar el susurro de la historia en cada piedra. Estas casas rurales ubicadas en construcciones medievales te invitan a un viaje en el tiempo, donde la comodidad moderna se encuentra con la magia de la Edad Media. Desde fortalezas que vigilaban antiguos territorios hasta masías que conservan arcos románicos y muros de piedra, cada alojamiento es un portal a otra época, rodeado de paisajes, rutas y pueblos que completan la experiencia de un recorrido por la historia.

Casa Rural Muralla de Haza (Haza, Burgos)

Casa rural Muralla de Haza.
Casa rural Muralla de Haza.

En el pequeño pueblo amurallado de Haza, esta casa rural milenaria ocupa una vivienda integrada en la propia muralla del siglo X. La casa rural Muralla de Haza conserva gruesos muros de piedra y bóvedas originales que hablan de tiempos en que la villa era un bastión defensivo de la Ribera del Duero.

El alojamiento ofrece capacidad para seis personas, con chimenea, patio interior y vistas al valle. Desde Haza se puede visitar Aranda de Duero, disfrutar de la enología local o recorrer los campos de viñedos que dieron origen a una de las denominaciones más famosas de España. El propio pueblo es ideal para los amantes del medievo: además del recinto fortificado, declarado Bien de Interés Cultural, tiene restos de un castillo y un torreón que alberga un museo vivo.

Can Xargay (Porqueres, Girona)

Casa rural Can Xargay, en Porqueres (Girona).
Casa rural Can Xargay, en Porqueres (Girona).

Esta masía del siglo XI, ubicada junto al lago de Banyoles, es uno de los mejores ejemplos de vivienda medieval adaptada al turismo rural moderno. Can Xargay conserva sus arcos de piedra, bóvedas de cañón y una imponente fachada que recuerda su pasado monástico. Con capacidad para 16 personas, la casa cuenta con piscina, amplio jardín con barbacoa, salón de juegos y spa privado.

El entorno más cercano al alojamiento ofrece diversas opciones de turismo activo, como rutas por el lago de Banyoles o el bosque de Les Estunes, ideales para hacer en familia. También hay espacio para el turismo cultural, ya que al lado mismo de la casa se ubica la iglesia románica de La Mata, del año 1114. Si disponemos de más tiempo, podemos recorrer el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, o disfrutar de villas medievales como Besalú, una de las mejor conservadas de Cataluña.

La Casa de los Soportales (Chinchón, Madrid)

La Casa de los Soportales, en Chinchón (Madrid).
La Casa de los Soportales, en Chinchón (Madrid).

En plena plaza Mayor de Chinchón, bajo los balcones de madera y sus característicos soportales, se encuentra esta vivienda del siglo XV, restaurada para ofrecer un alojamiento rural con mucho encanto, con vistas al mayor atractivo de uno de los pueblos más bonitos de Madrid. La Casa de los Soportales, que puede hospedar hasta 11 personas, mantiene su estructura original de vigas y muros de piedra, mientras que en el interior se respira el aire noble de las antiguas posadas castellanas.

Su ubicación es perfecta para descubrir los rincones de Chinchón, uno de los pueblos madrileños más pintorescos, conocido entre otras cosas por su anís y su gastronomía. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico y ofrece al visitante, a solo 45 minutos de la capital, una auténtica escapada al Medievo sin salir de Madrid.

Torre de Mejanell (Estaràs, Lleida)

La Torre de Mejanell (Estaràs, Lleida).
La Torre de Mejanell (Estaràs, Lleida).

Entre campos dorados de cereal se alza la Torre de Mejanell, una antigua fortificación del siglo XI junto a la cual se integró, en el siglo XIV, una masía aprovechando su pared curvada. Reconvertida ahora en alojamiento rural, conserva la torre principal y los muros perimetrales, así como algunas de las paredes del castillo, las arcadas, el establo y la bodega, testigos del tiempo y de las antiguas fronteras del condado de Urgell.

Con capacidad para entre 12 y 18 personas, hoy ofrece una estancia tranquila, con piscina y amplios espacios exteriores. En el entorno se pueden visitar castillos como los de Florejacs o Les Pallargues, acercarse al pueblo medieval de Montfalcó Murallat, o recorrer la Ruta de los Castillos de la Segarra, una de las más evocadoras de Cataluña.

Domus de Maçanós (Sant Llorenç de la Muga, Girona)

Casa rural Domus de Maçanós (Girona).
Casa rural Domus de Maçanós (Girona).

La Domus de Maçanós fue construida en el siglo XII y conserva su estructura original y el encanto de las casas románicas: paredes de piedra, arcos de medio punto y techos abovedados. La rehabilitación ha respetado cada detalle, creando un alojamiento rural que respira autenticidad. Puede acoger hasta 20 huéspedes, tiene piscina y está ubicada en una amplia finca en la que se puede disfrutar de agradables paseos en cualquier época del año.

Situada en pleno Alt Empordà, la casa permite disfrutar de senderismo por el valle del Muga, visitar pueblos medievales como Peralada o Castelló d’Empúries y, en verano, acercarse a las playas de la Costa Brava. Una opción ideal para combinar historia, naturaleza y mar.

Cal Ball (La Guardia d’Urgell, Lleida)

Alojamiento rural Cal Ball, en La Guardia d'Urgell (Lleida).
Alojamiento rural Cal Ball, en La Guardia d’Urgell (Lleida).

En el corazón del Urgell, Cal Ball es una construcción del siglo XII cuidadosamente restaurada. En su interior, los muros de piedra originales y las vigas de madera crean un ambiente acogedor y genuino. Restaurada en 2010, conserva la bodega, la cisterna de agua, los depósitos de vino, aceite y cereales, los arcos de medio punto y las estancias propias de la época original.

El alojamiento, con capacidad para 23 personas, dispone de amplias habitaciones y un patio central que invita al descanso. En la comarca, el visitante puede recorrer la Ruta del Císter, visitar el monasterio de Vallbona de les Monges, adentrarse en la Ruta de los Íberos o descubrir el paisaje agrícola que rodea la zona, entre otras muchas opciones.

El Molí del Montseny (Montseny, Barcelona)

El Molí del Montseny, en Fogars de Montclús (Barcelona).
El Molí del Montseny, en Fogars de Montclús (Barcelona).

A orillas del río Tordera, este antiguo molino del siglo XIII ha renacido como alojamiento rural de ensueño. El Molí del Montseny conserva la estructura de piedra, el canal del antiguo molino y parte de la maquinaria original, hoy integrada en una casa confortable y elegante. Construido sobre rocas por encima del río, se puede oír el susurro del agua en las habitaciones.

Rodeado por el Parque Natural del Montseny, ofrece actividades de senderismo, rutas en bicicleta y observación de fauna. También es una de las zonas más destacadas de España en otoño para recolectar setas o recoger castañas. Es un refugio perfecto para quienes buscan silencio, naturaleza y la sensación de viajar varios siglos atrás.

Castell de Fonolleres (Fonolleres, Lleida)

Casa rural Castell de Fonolleres (Lleida).
Casa rural Castell de Fonolleres (Lleida).

Situado en lo alto del pequeño pueblo de Fonolleres, en la comarca de La Segarra (Lleida), el Castell de Fonolleres fue construido en el siglo XI y se conserva como una de las fortalezas medievales más singulares de la zona. La casa ofrece alojamiento para 12 personas, con seis dormitorios, muros de piedra originales y espacios amplios como terraza, jardín, piscina salina y sala de juegos, combinando historia y confort moderno.

El entorno permite disfrutar de la Ruta de los Castillos de Lleida, así como recorrer pueblos cercanos como Cervera o Tàrrega, donde la arquitectura medieval se mantiene viva. Los caminos de La Segarra son ideales para el senderismo y la bicicleta de montaña, mientras que los campos abiertos y el paisaje tranquilo invitan a relajarse y disfrutar de la naturaleza. Dormir aquí no solo es descansar, sino sumergirse en un entorno histórico y auténtico que conecta directamente con la Edad Media.

Estas casas rurales no son simples alojamientos: son fragmentos vivos de la historia. Cada piedra, cada arco y cada torre nos habla de un pasado que sigue vivo.. Viajar a cualquiera de ellas es aceptar una invitación: la de vivir el presente con la calma del pasado.

Ver fuente