Para ir a la meseta castellana desde el País Vasco hay que atravesar los montes Obarenes. Se alzan con un perfil afilado, como una gran muralla rocosa, entre el valle alto del Ebro y la Bureba, en Burgos. No es necesario un todoterreno que suba por pista para cruzarlos; existe un paso que permite llegar al otro lado fácilmente: el desfiladero de Pancorbo. En realidad, hoy presenta varias alternativas, como senderos para hacer a pie, una carretera, una autopista y una vía de tren. Pero no siempre ha sido así.
Pancorbo: un paso histórico de migraciones, ejércitos y peregrinos
Hay que agradecer al río Oroncillo que haya forjado un camino de paso para atravesar los infranqueables montes Obarenes. Es el que ha permitido que miles de personas, a lo largo de los siglos, hayan podido pasar de un lado a otro de la península. Y es que el desfiladero de Pancorbo es un paso histórico que ha visto caminar emigraciones humanas, animales y hasta vegetales.
Además, ha servido de fortaleza natural a los diferentes ejércitos que han circulado por él. Eso explica que haya diversos restos de elementos defensivos en los alrededores. Los romanos hicieron pasar por aquí la calzada que unía Astorga con Burdeos, también llamada Vía Aquitania. El estrecho paso ha sido escenario de batallas entre ejércitos musulmanes y cristianos en el siglo IX. También durante la guerra de la Independencia, a principios del siglo XIX, cuando incluso llegó a haber una guerrilla estable en el desfiladero.
En la actualidad, el ruido de los sables se ha sustituido por el de los vehículos de la carretera y la autopista, así como de los trenes que cruzan el desfiladero a través de tres túneles de 1,3 kilómetros de longitud. La vieja calzada romana guió a los peregrinos jacobeos en su ruta hacia Santiago de Compostela; hoy está sepultada bajo el asfalto, pero cerca hay una senda que sigue siendo lugar de paso para quienes realizan el Camino Vasco del Interior.
Ruta a pie por el desfiladero de Pancorbo
Una buena manera de descubrir el paisaje sobrecogedor del desfiladero de Pancorbo es a través de la ruta a pie PRC-BU-89. Aunque no tiene ningún tramo complicado, está catalogada con dificultad moderada por su distancia y desnivel: 13,56 kilómetros y 543 metros de desnivel positivo. Es interesante saber que la ruta tiene un par de fuentes en las que podemos llenar las cantimploras y un área recreativa (Los Paúles) para hacer una pausa y recuperar fuerzas.
Es una senda circular que comienza en La Calera, en las afueras del núcleo urbano de Pancorbo. También es posible quitarse una primera subida y dejar el coche en el parking de la peña del Mazo. Hay un mirador desde el que ya se obtiene una fantástica panorámica del estrecho. Otra parte con buenas vistas está en Los Cerros.

Además del estrecho paso del desfiladero de Pancorbo, la ruta tiene otros puntos de interés como la zona del refugio La Cabaña, una antigua edificación recuperada como albergue para montañeros por el Ayuntamiento de Pancorbo. En sus alrededores hay un precioso bosque de arces y espinos que rodean a robles y encinas centenarias. También pasa por antiguas estructuras ganaderas y por los restos medievales de la ermita de San Mamés, con unas curiosas tumbas antropomorfas que merece la pena contemplar.
Otra peculiaridad de la ruta del desfiladero de Pancorbo es la presencia del caballo losino, una raza antigua y autóctona de la zona que tiene aquí un espacio fuerte de conservación. Su nombre deriva del valle de Losa, que es donde se mantenía antes un mayor número, aunque hoy están reunidos en esta parte de los montes Obarenes. De hecho, en octubre se celebra anualmente la “Feria del Caballo de Pancorbo”, con una muestra de estos equinos locales, exhibición de herraje, paseos en calesa y puestos de artesanía.

Hablando de fauna, los cortados rocosos como los del desfiladero de Pancorbo son siempre espacios ideales para la nidificación de aves rapaces. Si hay suerte, se puede llegar a otear la presencia de buitres leonados, alimoches, águilas reales, halcones peregrinos, águilas perdiceras y búhos reales. Esta fue la última zona en la que habitaron quebrantahuesos en la provincia de Burgos.
Pancorbo, cruce de caminos
Pancorbo es un municipio que ha sido testigo del paso de muchos que se dirigían desde Francia a la meseta castellana o a la inversa. Eso ha dejado huellas que se manifiestan en un interesante patrimonio histórico. Así que aprovecha para conocer dos elementos defensivos relevantes: la fortaleza de Santa Engracia, de finales del siglo XVIII, y que fue el mayor recinto fortificado de Burgos de la época, para controlar el paso del desfiladero; y los restos del castillo de Santa Marta, del siglo IX.
Es interesante pasear por el casco urbano de Pancorbo, ya que conserva parte de su antiguo trazado medieval con estrechas y empinadas calles. Además, se pueden apreciar vestigios de la muralla medieval sobre la antigua judería. Las casas son buenos ejemplos de arquitectura popular, con entramados de madera y yeso, así como los típicos soportales de la calle Real.

Por último, hay que ir a la oficina de turismo. No solo a por un mapa o a que nos expliquen los principales puntos de interés del municipio (que también), sino porque es mucho más que eso: sus dependencias están en la vieja cárcel de la villa. Además, es centro de interpretación del Parque Natural Montes Obarenes y de la iglesia de Santiago, por lo que es un buen sitio para ampliar información sobre la relevancia histórica y cultural que ha tenido una geografía tan peculiar como la del desfiladero de Pancorbo.
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.




