El glutatión es el antioxidante más poderoso del cuerpo. Conocido por su contribución a mejorar la función mitocondrial, reducir el estrés oxidativo y apoyar la salud celular, está presente en la mayoría de nuestras células. Nuestro organismo lo produce de manera natural, razón por la cual se le considera un antioxidante endógeno. No obstante, a medida que vamos envejeciendo, disminuye la capacidad de nuestro cuerpo para producirlo.

Se calcula que, a partir de los 45 años, aproximadamente, la producción de glutatión se reduce de forma drástica. Ante ello, asegurar niveles adecuados de este antioxidante, especialmente en adultos mayores y de edad avanzada, es fundamental para ayudar a reducir la inflamación, apoyar al sistema inmunológico y la resistencia a la insulina, mejorar la función energética y contribuir a la movilidad, la fuerza y la composición corporal, entre otras funciones.
Los precursores clave del glutatión
Algunos suplementos de glutatión se pueden administrar por vía oral. Sin embargo, esta no es la mejor forma de obtenerlo, puesto que la mayor parte se descompone antes de que pueda ser absorbido. En su lugar, la aportación de una combinación de nutrientes específicos que apoyan al organismo en la producción natural de este antioxidante se presenta como una alternativa más eficiente y respaldada por la ciencia.
Aminoácidos como el NAC (Nacetilcisteína) y la glicina juegan un papel clave en la producción de glutatión. Diversos estudios han demostrado que su acción combinada contribuye a mejorar la función mitocondrial y a combatir el estrés. Hay evidencias de que la vitamina C ayuda a regenerar el glutatión y a potenciar sus efectos antioxidantes. Asimismo, minerales como el manganeso apoyan el metabolismo energético y la neutralización del estrés oxidativo en las mitocondrias.
Se ha observado también que una ingesta adecuada de selenio ayuda a mejorar la respuesta antioxidante del organismo y a reducir la inflamación sistémica. En concreto, se conoce que este nutriente actúa como un cofactor clave de la glutatión peroxidasa, una enzima fundamental para la protección celular contra el estrés oxidativo.
Hábitos para una salud integral
La combinación de estos nutrientes específicos con una dieta saludable y equilibrada rica en frutas y verduras y la práctica de hábitos saludables, como la actividad física regular, el manejo del estrés y procurar un descanso suficiente y adecuado, ayudan a potenciar la salud y el bienestar general.
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Autora: Ariadna Coma, Periodista
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