El ritmo de vida ajetreado, la vuelta a la rutina, la sensación de desbordamiento en el trabajo, conflictos familiares… Son muchos los factores que pueden desencadenar episodios de estrés, ansiedad o insomnio. Estos trastornos, cada vez más presentes en nuestra sociedad, tienen impactos demostrados en la salud mental y física: pueden afectar a la capacidad de concentración y la digestión, debilitar el sistema inmunológico, alterar el sueño y el estado de ánimo. No obstante, podemos adoptar estrategias para prevenirlos, afrontarlos y minimizar sus efectos.

¿Cómo abordarlos?
Procurar una alimentación saludable y equilibrada es clave para disfrutar de buena salud. En estas ocasiones, además, podemos poner el foco en alimentos específicos ricos en minerales y vitaminas, como los cereales integrales, que ayudan a estabilizar azúcares en sangre y evitar cambios bruscos de energía, y las grasas saludables, conocidas por apoyar la salud cerebral y el equilibrio emocional. Por otro lado, debemos tener en cuenta que alimentos y bebidas con exceso de azúcares refinados y cafeína pueden intensificar el nerviosismo y la ansiedad, por lo que es recomendable evitarlos.
Establecer una rutina de sueño regular es importante para procurar un descanso adecuado y suficiente. Marcar horarios para acostarse y despertarse, crear un entorno agradable y bien ventilado, así como limitar la exposición a la luz (especialmente la luz azul de las pantallas electrónicas), son estrategias que favorecen un descanso reparador.
Las actividades relajantes, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, ayudan a tranquilizar la mente y a preparar el cuerpo para el descanso. Y, aunque pueda parecer contradictorio, mantenerse activo con la práctica de ejercicio físico regular también puede tener efectos positivos en el descanso y la relajación.
Y apoyarnos en soluciones naturales. Se ha comprobado que aminoácidos como la L-Teanina pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, además de favorecer un buen estado de ánimo y la relajación. Suplementos naturales como la melatonina pueden ser útiles para reajustar el reloj biológico, especialmente en casos de insomnio. Hierbas como la valeriana, la pasiflora o la tila se han utilizado tradicionalmente para promover la relajación y facilitar el sueño. Mientras que la ashwaganda es reconocida por su capacidad para reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y para fomentar la claridad mental. Todo ello sin olvidar el aceite de CBD, que en los últimos años ha ganado popularidad debido a su potencial para aliviar el estrés y la ansiedad, además de promover la relajación.
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Autora: Ariadna Coma, Periodista
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