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Eco Turismo: El ecofeminismo también está presente en nuestro trabajo de cooperación en Nicaragua

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¿Cuánto aportan las mujeres río sanjuaneñas a la economía familiar? Mayor equidad, mayor desarrollo

 Los  movimientos ecofeministas beben de las enseñanzas de los pueblos del Sur, más en concreto de las mujeres del Sur. La relación existente entre la opresión de las mujeres y la opresión de los pueblos, los territorios y la naturaleza viene dada por la visión de colectivos feministas de América Latina, África y Asia, porque reclamar la soberanía sobre nuestras tierras y nuestros cuerpos también es ecofeminismo.

El ecofeminismo es más necesario que nunca, y en países donde la desigualdad de género es mayor, es de vital importancia analizar la situación y establecer procesos de participación y empoderamiento de las mujeres.

Por este motivo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, queremos visibilizar y reconocer el esfuerzo diario de las mujeres en Río San Juan, cuyo trabajo sostiene a sus  comunidades. Desde Amigas de la Tierra España , Amigas da Terra Galicia y la Asociación para el Fomento del Desarrollo Local Ecosostenible en Río San Juan (ASODELCO), hemos realizado un estudio con la financiación de la Xunta de Galicia y la Cooperación Española, donde hemos analizado la desigualdad existente entre hombres y mujeres cuantificando  económicamente el trabajo doméstico, de cuidado y productivo de estas mujeres.

Desde Amigas de la Tierra tenemos claro que la participación de las mujeres en actividades productivas y formativas contribuye a su empoderamiento económico y tiene un impacto positivo en sus familias y comunidades, conclusiones que muestra el estudio. A través del trabajo no remunerado, los huertos, el cacaotal y sus negocios, están generando ingresos que mejoran su calidad de vida y la de sus familias.

Sin embargo, no hay una distribución equitativa de las tareas domésticas y de cuidados con los miembros del hogar ni un rol activo por parte de sus esposos. Para ello, se debe promover la corresponsabilidad de las labores domésticas y de cuidados en los hombres, fomentar el acceso de las mujeres a la capacitación, financiamiento dirigido a emprendimientos de mujeres y reconocer el aporte de las mujeres a las actividades productivas y de comercio.

Las mujeres ríosanjuaneñas desempeñan un rol esencial en la economía familiar, trabajando incansablemente en jornadas de hasta 14 horas diarias, combinando labores domésticas y productivas que sostienen sus hogares y comunidades. Este trabajo aún sigue sin ser reconocido ni valorado a nivel familiar ni social.

Hemos realizado una sistematización del aporte de la mujer en el trabajo de cuidado y productivo en 11 comunidades del Refugio de Vida Silvestre Los Guatuzos y San Carlos, Río San Juan en el marco del Proyecto Ecosistemas Resilientes y Cacao Sostenible con el objetivo de poner en valor la contribución de las mujeres al desarrollo local sostenible de sus familias y comunidades. Para ello realizamos entrevistas dirigidas y grupos focales a 38 mujeres entre los 23 y 71 años de edad, la mayoría casadas y con hijas/os, quienes productoras de cacao, hortalizas y granos básicos y que transforman el cacao.

Largas jornadas de trabajo en el hogar y poca recreación

Los hallazgos indican que el 57 % de las mujeres tienen jornadas diarias entre 13 y 14 horas, realizando labores del hogar, agricultura, comercio y servicios. A pesar de que el 86 % recibe apoyo del esposo o las/os hijas/os, este no es igual (al trabajo de ellas) ni constante.

La mayoría de las mujeres consultadas dedican entre 3 y 4 horas a la preparación de alimentos, de 3 a 6 horas a otras labores del hogar (la limpieza, lavado y planchado de ropa, etc.) y de 1 a 6 horas para el cuidado de niñas/os. Las parejas que ayudan lo hacen sacando agua, limpiando y en algunos casos cuidan a las/os hijas/os y cocinan.

Esta ayuda ni es constante ni es asumida como una responsabilidad del hombre en el hogar.

Para cuantificar el aporte de las mujeres con el trabajo doméstico y de cuidado no remunerados, los investigadores tomaron como referencia el salario mínimo legal de 211,06 €, establecido por el Ministerio de Trabajo de Nicaragua para el sector servicio comunales, sociales y personales. El salario promedio por día para las asistentes del hogar es 7,03 €, dando como resultado unos 274,07 € por mes a razón de 10 a 13 horas diarias.

En relación al autocuido, el 92 % de ellas dedica entre 1 y 2 horas diarias; sin embargo la carga de responsabilidades familiares y del hogar y el hecho de que en sus comunidades no haya lugares recreativos impiden que destinen más tiempo para ellas mismas. La iglesia y las visitas a familiares son las actividades más frecuentes en su tiempo libre, mientras que los paseos y el ejercicio tienen menor prioridad.

La sistematización del aporte de la mujer en las fincas permite visibilizar y valorar sus contribuciones, así como identificar áreas de mejora y oportunidades para que desde Amigas de la Tierra podamos planificar sus acciones hacia la puesta en valor y el empoderamiento de las mujeres en el ámbito agrícola. 

Actividades remuneradas fuera del hogar

La mayoría de las mujeres rurales se dedican a las labores domésticas no remuneradas. Solo el 22 % de ellas realizan trabajos remunerados fuera del hogar como maestra, empleada doméstica, lavado de ropa, cuido de casas, estilista, venta de cuajadas y pan. Trabajar como empleada doméstica es el ejemplo más claro de desigualdad laboral, con jornadas extensas (de hasta 12 horas) y un salario muy bajo de 105,26 €. Las mujeres que trabajan fuera del hogar reciben apoyo principalmente de sus hijas, seguidas por sus esposos e hijos, con una clara distribución desigual de las tareas domésticas basada en los mismos roles tradicionales de género que las mujeres siguen asumiendo.

Los huertos biointensivos de las mujeres

Los huertos biointensivos proveen los productos que necesitan las familias para su alimentación diaria (tomate, cebolla, ayote, chiltoma, repollo, plátano, yuca, quequisque, pipián, etc) y que mejoran la dieta y la calidad de vida de las familias.

Cuatro de cada 10 mujeres cuentan con un huerto biointensivo familiar. El 25% de ellas comercializa el excedente, lo que les genera un ingreso promedio mensual de 27,10 €, que es administrado por ellas mismas. La mitad de ellas lo invierte en el hogar y la alimentación, un 23 % lo reinvierte en el huerto y el 25 % lo ahorra. El 75 % de ellas reciben apoyo de sus parejas para el levantamiento de la cosecha.

Los cultivos del huerto representan un gasto evitado anual de 357,58 € en compras de alimentos, más el tiempo invertido en el manejo del huerto calculado en 326,12 €, alcanzando en el año los 683,70 €.

Las mujeres se sienten responsables de la seguridad alimentaria y la mejora en la nutrición familiar.

Las cacaoteras y transformadoras 

El cultivo de cacao y sus derivados es uno de los nuevos rubros que las mujeres trabajan para aumentar sus ingresos. El 54 % de ellas posee plantaciones de cacao, pero solo el 22 % lo trabaja directamente, con un promedio de 11 días de trabajo al mes, lo que representa 92,31 € mensuales (a un costo por día promedio de 8,27 € según la actividad que realicen). Esto representa un ingreso anual 1.107,7 €.

Solo el 48 % de las mujeres encuestadas ha recibido capacitación sobre manejo agronómico, preparación de bioinsumos, establecimiento de viveros y manejo de postcosecha del cacao. Dedican un promedio de 4 horas al mes a capacitarse y para hacerlo dejan a sus hijas/os con familiares (solo en algunos casos los cuida su pareja) o los llevan con ellas.

Aunque los ingresos generados por el cacao son de ellas, estos no son administrados exclusivamente por ellas (solo el 18% lo hace), pues la mayoría (73 %) lo hace con su pareja y un 9 % lo controla el marido. El dinero es invertido en alimentos, estudios, gastos del hogar, ropa, salud, electrodomésticos, reinversión en la finca, compra de ganado o cerdos, equipos e insumos.

Los negocios propios

El informe destaca que el 43 % de las encuestadas tienen negocio propio como la venta de productos básicos, elaboración de alimentos y la crianza de animales, con ingresos que varían entre los 13,5 € y 1.052,63 € mensuales.

Las mujeres invierten una parte significativa de sus ganancias en la compra de nuevos productos para la venta (lo que les permite continuar operando y expandiendo sus negocios). además de gastos del hogar (como alimentos y pago del agua y luz).

Mayor equidad mayor desarrollo

Las tareas domésticas y de cuidados, contribuyen a mantener estabilidad económica en el hogar y en la finca, por lo que es necesario impulsar acciones de sensibilización que promuevan la corresponsabilidad en las tareas del hogar.

Amigas de la Tierra tenemos previsto promover en 2025 este tipo de acciones de manera complementaria con la implementación de Escuelas de Campo Agrícolas a mujeres rurales y acceso a materiales y equipos para la promoción de nuevos emprendimientos liderados por mujeres.

El trabajo de las mujeres es clave para el desarrollo local sostenible en sus comunidades.



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