
Cuenta la creencia popular que los niños vienen de París, por aquello de que es la ciudad del amor y de la fertilidad. Pero si nos ceñimos al mito de que los trae una cigüeña, quizás habría que corregir la cita y decir que vienen de La Rioja, como el vino. Y es que en el municipio de Alfaro presumen de tener la colonia de cigüeña blanca más grande del mundo. Concretamente, en el tejado de la colegiata de San Miguel Arcángel. Una curiosidad que hace que eso del birdwatching –observación de aves– no se limite a humedales y otros espacios naturales, sino que también se pueda practicar en pleno entorno urbano.
En este pueblo riojano son conscientes de la importancia de esta ave migratoria y han aprendido a convivir con ella, hasta el punto de que su presencia forma parte del paisaje visual y sonoro del lugar (con su inconfundible “crotoreo”, el castañeo del pico con el que se comunican las cigüeñas). Durante buena parte del año, son unos habitantes más de Alfaro.
¿Cuándo hay cigüeñas en Alfaro?
Concretar cuándo van y cuándo vuelven las cigüeñas blancas a Alfaro es algo aventurado en tiempos de crisis climática, con calores inusuales repentinos que alteran las floraciones y, lógicamente, también las migraciones de las aves. Como orientación, podemos decir que tienden a irse entre julio y agosto a las sabanas subsaharianas de África y suelen volver para diciembre. Tienen un viaje de entre 30-40 días y los primeros que llegan son los machos, que empiezan a buscar el nido. Poco después se les unen las hembras. Cuando ya lo tienen –nuevo o reconstruido–, comienzan las cópulas y ponen de dos a cuatro huevos.
Aunque la colegiata de San Miguel Arcángel no es el único sitio para ver las cigüeñas de cerca en la zona, sí es el más espectacular. Al margen de su monumentalidad y de que es el templo más grande de La Rioja (tiene 3.000 metros cuadrados), es sorprendente el tamaño de los nidos que reposan sobre los tejados y que se pueden observar fácilmente desde el mirador de las cigüeñas que hay en la plaza Esperanza. Están formados por todo tipo de material: restos de poda, sarmientos de viña, hierba, hojas, barro, telas, cuerdas, plásticos…

Hasta 700 cigüeñas con nidos que pueden llegar a pesar 500 kilos
A las cigüeñas se les permite estar ahí y criar, pero para tener una buena convivencia, hay que establecer unas normas. El lugar destinado a estas peculiares aves son unas parrillas que intentan evitar desperfectos en el templo. Ellas no siempre lo entienden o, si están llenas, buscan otros rincones en la iglesia. Entonces van operarios y los trasladan, ya que si se les deja estar, pueden llegar a pesar hasta 500 kilos y provocar daños en la construcción.
Y no hablamos de un caso aislado, sino de la mayor colonia de cigüeña blanca del mundo en un solo edificio. Se pueden llegar a juntar hasta 700 ejemplares que viven en unos 110 nidos, que es el límite que se ha establecido para preservar la colegiata. Hay que recordar que se trata de una impresionante obra construida en ladrillo macizo entre los siglos XVI y XVII y que está declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional (es la única hecha enteramente de ladrillo en España).

La Reserva Natural de los Sotos del Ebro, la despensa de las cigüeñas
Las cigüeñas buscan el alimento cerca, en la Reserva Natural de los Sotos del Ebro, que es una llanura de meandros, islas y playas rodeadas de huertos y acequias. Allí hay otro mirador desde el que se puede contemplar su vuelo y el de otras aves como el milano negro, el avión zapador o la grulla europea. En este rico ecosistema pueden mantener una dieta variada: desde insectos hasta topos o ratones. Además, son útiles como depredadores de cangrejos rojos foráneos, que son una especie invasora difícil de erradicar en las marismas.
Se puede profundizar más en la fauna y flora del lugar en el Centro de Interpretación de los Sotos de Alfaro, que está en la plaza de España. Tiene una sala expositiva dividida en cuatro áreas: dinámica fluvial del Ebro, oasis de diversidad, la vida en directo de las cigüeñas de Alfaro (con webcams que retransmiten los tejados de la colegiata) y la migración de las cigüeñas y otras aves de los Sotos de Alfaro. Además, se ofrecen rutas interpretativas relacionadas con las aves migratorias.

Alfaro, paso del Camino de Santiago
Lo más peculiar de Alfaro son sus cigüeñas y la colegiata de San Miguel. Pero el pueblo bien merece un paseo por los callejones de su casco histórico, con rincones interesantes como la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, del siglo XVII, o la iglesia de Nuestra Señora del Burgo, con valiosos retablos en su interior. Hay otro templo, la iglesia de San Francisco de Asís, fundada en el siglo XVII sobre los restos de un antiguo castillo, donde también es habitual ver algunas cigüeñas en su tejado.
Fácilmente os toparéis con personas caminando con pesadas mochilas. Sí, por aquí también pasa el Camino de Santiago. Se trata del Camino del Ebro, que comienza en Deltebre y se une al trazado del Camino Francés en Logroño. El albergue de peregrinos de Alfaro cuenta, en el salón, con una detallada exposición de cuadros que explican todo el ciclo de las cigüeñas. Por si algún despistado no se había dado cuenta del valor que tienen estos animales en este pueblo.

Para tener una bonita panorámica de Alfaro y de su entorno salpicado de campos de viña y bodegas, merece la pena subir al mirador de la Plana o de la Cruz, en el Monte Tambarría, de apenas 374 metros de altitud. Está a 500 metros de la colegiata de San Miguel y es el lugar donde se alzaba el antiguo castillo de Alfaro, del que hoy no queda nada más que sus vistas.
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.