Eco Turismo: No es Nepal, es el centro budista del Prepirineo aragonés más famoso de Europa

Desde hace cuatro décadas, Panillo es uno de los grandes centros espirituales de Europa. Esta pequeña pedanía que pertenece al municipio de Graus, en el Prepirineo aragonés, es la referencia geográfica del Dag Shang Kagyu, un templo budista fundado después de la visita y aprobación del maestro Kyabje Kalu Rinpoche. En la última década, cada año han pasado por allí entre 15.000 y 20.000 personas que, de una u otra manera, quieren conocer en primera persona las enseñanzas y peculiaridades de esta cultura oriental.
Un templo protegido entre las montañas
Para aprender más a fondo sobre la historia de este complejo de referencia del budismo en España, EscapadaRural ha hablado con Laurel, una de las integrantes de la comunidad. Ella explica que el centro está ubicado en ese lugar porque diferentes practicantes del budismo tibetano (Shangpa Kagyu) en núcleos urbanos buscaban un espacio en el que realizar cursos y retiros de meditación alejados del ruido de las ciudades.

“En una primera visita, el propio Kalu Rimpoche, maestro espiritual de la escuela Shangpa, valoró positivamente las cualidades del terreno: orientación al este, protegido por una pared montañosa, a unos 800 metros de altitud y cerca del pueblo de Graus”, sostiene. A partir de ahí se rehabilitó la antigua Casa Jabonero, que sería el eje logístico. Después se construyó el templo y el resto de edificaciones.
Como en casi todas las obras de gran envergadura, “los inicios fueron lentos y difíciles. El empuje inicial lo encabezaron los centros urbanos de Zaragoza, Madrid, Terrassa y Palma de Mallorca”, detalla. El cubo de hormigón, que es el germen del templo actual, se consiguió levantar con el apoyo económico y la fuerza de trabajo en el terreno de algunos practicantes vinculados al proyecto. Aún así, las instalaciones no se acabaron de construir hasta bastantes años después.

Visitas guiadas, retiros de meditación y yoga, entre otras propuestas
En Dag Shang Kagyu ofrecen un diverso abanico de actividades. Se realizan visitas guiadas a personas que están de paso, así como cursos de enseñanzas budistas, meditación, yoga, tai chi y nutrición. También organizan retiros de diversos tipos. Suelen coincidir con los fines de semana, aunque en verano o en puentes de días no laborables puede alargarse hasta los diez o quince días. Existe la posibilidad de realizarlos online.
Además, Laurel remarca que el centro es uno de los pocos de Europa en los que se ha llevado a cabo en dos ocasiones “el retiro tradicional de tres años, tres meses y tres días. Una práctica profunda y muy exigente dentro del budismo tibetano”. Y añade que, aunque no tienen previsto repetirlo a corto plazo, cuentan con “las instalaciones y los maestros cualificados para hacerlo en el futuro”.

Más allá de estas propuestas, existen otras opciones. “Se celebran rituales intensivos propios de la tradición Vajrayana. Se practica durante todo el día, con breves descansos”, explica la entrevistada. Las personas interesadas en aprender lengua tibetana –“el idioma sagrado en el que están escritas las enseñanzas que estudiamos”– pueden cursar clases semanales, así como asistir a clases de chi kung y yoga.
¿Es posible alojarse en el templo?
En la sala del templo principal (llamada Gompa), Laurel asegura que pueden reunirse entre 250 y 300 personas. “Cuando celebramos eventos más grandes, extendemos una carpa en el exterior que permite acoger a varias decenas más”. Hay otros dos templos más pequeños en la zona de retiro, en cada uno caben unos 35 asistentes.

En Dag Shang Kagyu cuentan con distintas opciones de alojamiento. Hay un albergue con habitaciones compartidas y literas, otras individuales o dobles, y también pequeñas casitas. En total, disponen de unas 90 camas. El tipo de alojamiento depende de la actividad que la persona quiera realizar: en las casitas se pueden hacer retiros individuales de larga duración, ideales para una experiencia meditativa más profunda. El albergue, en cambio, ofrece un entorno más social, donde es posible conectar con otras personas con intereses comunes.
En algunos eventos que son especialmente concurridos, la afluencia de personas supera la capacidad de nuestras instalaciones. En esos casos, quienes desean participar pueden alojarse fácilmente en los pueblos cercanos. En Panillo, en Graus y en las localidades del entorno hay alojamientos rurales que acogen a los asistentes con toda comodidad. Así, el ambiente del monasterio se extiende también por los alrededores, creando una experiencia muy especial para todos los que vienen a compartir estos días.
Un templo para todas las personas
A Dag Shang Kagyu se acercan todo tipo de personas. En las visitas guiadas es habitual ver familias con niños o grupos de asociaciones de personas mayores, pero también grupos de institutos con adolescentes. En cambio, a los cursos y retiros suelen asistir sobre todo personas adultas, tanto hombres como mujeres, de habla hispana, ya que la mayoría de las actividades se imparten en castellano. También recibimos algunos visitantes de habla inglesa o francesa, aunque en menor número.
Curiosamente, entre quienes participan en los retiros hay bastantes personas del ámbito sanitario y de la educación, aunque el perfil general es muy diverso.

“Para alguien que no tenga ni idea de budismo, le diría que lo que hacemos en Dag Shang Kagyu es aprender a observar lo que hacemos con nuestros actos, nuestras palabras y nuestra mente para ser de beneficio a uno mismo y a los demás, o por lo menos, no hacer daño a nadie”. Los métodos para realizarlo, son variados y en Dag Shang Kagyu se enseñan todos: calmar la mente, cultivar la ternura, transformar las emociones y desarrollar la visión de la naturaleza vacía de los fenómenos.
“En nuestro Centro se ofrecen enseñanzas de todas las tradiciones budistas (eso significa rimé), que abarcan los métodos para lidiar con las emociones que nos hacen sufrir, tradicionalmente ordenados en tres vías: la renuncia a las causas del sufrimiento, la transformación de lo negativo en positivo y la disolución de lo que genera sufrimiento mental en su propia naturaleza vacía”, explica.
Momentos memorables en el centro Dag Shang Kagyu

Laurel recuerda la «iniciación de kalachakra» en octubre de 1987 como uno de los hitos del centro, ya que recibieron a visitantes de toda Europa. La ceremonia estuvo presidida por “su santidad Kalu Rimpoche” (sic) y fue el inicio “simbólico” del recorrido de Dag Shang Kagyu. En el año 2024 también acogieron un evento notable en su historia: el Kagyu Monlam. Se trata de una celebración muy significativa dentro de la «escuela Kagyu» a nivel internacional. “Estuvo presidida por Ringu Tulku Rinpoche y contó con una participación extraordinaria, creando un ambiente profundamente inspirador y lleno de devoción”, recuerda.
La entrevistada quiere remarcar la buena acogida que han tenido, ya que ha permitido “una integración natural con la localidad de Panillo, Graus y prácticamente toda la comunidad aragonesa”. Los medios de comunicación suelen informar de las celebraciones del Año Nuevo tibetano e incluso participan en ellas autoridades de la zona.




