Manzanilla: hierba digestiva, calmante y antinflamatoria
De entre todas las hierbas medicinales, la manzanilla puede afirmarse con seguridad que es la más famosa. Es una planta que viene siendo utilizada por el saber popular desde hace siglos en medicina herbal, ya que por sus propiedades es un remedio natural para una amplia gama de problemas de salud. Tradicionalmente se viene usando esta planta en forma de té o infusión, aunque en la actualidad está disponible en otras presentaciones, como son los suplementos dietéticos, los aceites para aplicar sobre la piel o como esencia para su uso en difusor en aromaterapia.

La manzanilla (Matricaria chamomilla), es una planta herbácea anual perteneciente a la familia Asteraceae. En sus flores se concentran los compuestos bioactivos con propiedades medicinales.
La manzanilla tiene un aroma característico, agradable, fragante y dulce, y presenta un sabor suave y ligeramente amargo. Habita zonas de clima que oscila del templado al cálido, siempre localizada en áreas a pleno sol, que presenten suelos ricos en nutrientes y bien drenados. Es común encontrarla en bordes de campos de cultivo, a orilla de caminos y en tierras de barbecho. Nativa de Europa y Asia occidental, hoy en día se ha naturalizado en América del Norte, siendo común en los Estados Unidos y en el Canadá. La manzanilla es una planta fácil de cultivar a partir de semillas o mediante esquejes, a la que le gustan suelos húmedos, pero no encharcados. A mediados del verano se cosechan las flores que ya están abiertas, que se dejan secar para su posterior uso en infusiones.
Su consumo, debido a sus propiedades antiespasmódicas y relajantes musculares, alivia los síntomas menstruales y atenúa los cólicos
Los principios activos están en sus flores, que contienen una variedad de sustancias bioactivas con efectos terapéuticos calmantes, antiinflamatorios y antioxidantes muy beneficiosos para la salud. Entre sus compuestos destacan por su importancia los aceites esenciales, como el bisabolol, que presenta propiedades antiinflamatorias, antiirritantes y cicatrizantes, siendo el responsable del característico olor de la manzanilla. Contienen flavonoides, como la apigenina y la luteolina, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Presenta compuestos fenólicos, que son potentes antioxidantes muy beneficiosos frente a la inflamación, así como pequeñas cantidades de aceites grasos esenciales, como el ácido oleico y el ácido linoleico.
El uso terapéutico más popular de la manzanilla es el dirigido al alivio de los problemas digestivos. Tiene eficacia demostrada frente a los problemas gastrointestinales del tipo indigestión, acidez estomacal, inflamación intestinal, cólicos, flatulencias y diarrea. Pero no es su único uso. Por sus propiedades calmantes permite conseguir la relajación, aliviando el estrés y mitigando la ansiedad. Su capacidad sedante es la que hace de la manzanilla un remedio natural para combatir el insomnio, mejorando el sueño. Presenta acción antinflamatoria por los aceites esenciales, los flavonoides y los compuestos fenólicos que contiene. Su poder antinflamatorio alivia las afecciones de la piel como el acné, el eccema y la psoriasis, y la inflamación provocada por la artritis, reduciendo el dolor generado. Estos principios activos, a su vez, le dotan de las propiededades antioxidantes, combatiendo el daño oxidativo causado por los radicales libres en el cuerpo evitando su envejecimiento. Su consumo, debido a sus propiedades antiespasmódicas y relajantes musculares, alivia los síntomas menstruales y atenúa los cólicos.
Autor: Raúl Martínez, Dietista-nutricionista, biólogo
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