Eco Turismo

Turismo Nacional

Ecoturismo Turismo Turismo en Venezuela viajeros

Nueva investigación descubre una próspera vida microbiana en los árboles, hasta 1.000 millones de microbios viviendo en la madera de cada árbol

Estos microbios participan en el ciclo de nutrientes y la producción de gases, lo que sugiere que contribuyen al ciclo del carbono en los bosques.

  • Microbios en la madera de los árboles.
  • 1.000 millones por árbol, mil veces más que en las hojas.
  • Diversidad microbiana según especie y tejido.
  • Microbiomas del corazón y la corteza, muy distintos.
  • Potencial para mejorar la salud forestal y mitigar el cambio climático.

La vida microbiana oculta en los árboles

Una investigación pionera de la Escuela de Medio Ambiente de Yale ha revelado un ecosistema microbiano vibrante en el interior de los árboles. Lejos de ser simples estructuras pasivas, los troncos de los árboles albergan comunidades bacterianas activas, capaces de transformar nutrientes y generar gases que podrían tener un papel relevante en los ciclos ecológicos globales. Cada árbol analizado contiene aproximadamente un 1.000 millones de bacterias en su tejido leñoso.

Este hallazgo abre una dimensión poco explorada de la ecología forestal. Hasta ahora, la mayoría de estudios se habían centrado en las partes externas del árbol—raíces, hojas y corteza—ignorando lo que sucede dentro de la madera. Sin embargo, los árboles constituyen el mayor reservorio de biomasa del planeta, con más de 300 gigatoneladas de carbono almacenadas. Comprender qué vive dentro de ellos puede redefinir nuestra visión del ciclo del carbono y la resistencia de los bosques frente al cambio climático.

Un universo interior: microbiomas del corazón y la savia

El equipo de investigación, liderado por Jonathan Gewirtzman y Wyatt Arnold, analizó 150 árboles de 16 especies distintas en el noreste de Estados Unidos. Encontraron que el interior del tronco no es un espacio homogéneo: la madera central (duramen) y la madera exterior (albura) albergan comunidades microbianas completamente distintas.

El duramen, donde el oxígeno escasea, está dominado por microorganismos anaerobios, mientras que la albura contiene bacterias que requieren oxígeno. Esta diferenciación sugiere que los árboles no solo albergan vida microbiana pasiva, sino que estos microbios están metabólicamente activos, contribuyendo a la transformación de nutrientes y producción de gases dentro del tronco.

Lo más sorprendente es que estas comunidades varían según la especie de árbol. Por ejemplo, los arces azucareros presentan microbiomas muy distintos a los de los pinos, y esas diferencias se mantienen de forma consistente. Esto indica que los árboles y sus microbiomas podrían haber coevolucionado, desarrollando relaciones simbióticas específicas a lo largo del tiempo.

Implicaciones ecológicas y potencial biotecnológico

La existencia de una microbiota tan diversa y especializada en el interior de los árboles tiene implicaciones directas en la salud forestal. Algunas de estas bacterias podrían mejorar la resiliencia de los árboles frente a enfermedades o incluso facilitar su adaptación al estrés hídrico y a las temperaturas extremas.

Además, el hecho de que estos microbios participen en procesos bioquímicos internos sugiere que podrían influir en la capacidad de los árboles para captar y almacenar carbono. Esto convierte a los microbiomas del tronco en actores invisibles, pero fundamentales, en la lucha contra el cambio climático.

En paralelo, hay un enorme potencial biotecnológico sin explorar. Muchas de estas bacterias podrían producir compuestos bioactivos útiles para la medicina, la agricultura o la industria, tal como ha ocurrido con otros microorganismos descubiertos en suelos o ambientes extremos.

Contexto actual y proyecciones futuras

Este estudio llega en un momento clave. En distintas partes del mundo, desde los bosques boreales hasta las selvas tropicales, los ecosistemas forestales están siendo presionados por el aumento de las temperaturas, la sequía y la deforestación. Comprender las dinámicas internas de los árboles puede aportar herramientas nuevas para gestionar bosques de manera más inteligente.

En Europa, por ejemplo, programas de restauración forestal como el Pacto Verde Europeo podrían beneficiarse de esta información para seleccionar especies con microbiomas que favorezcan la captura de carbono o resistan mejor las enfermedades. También se abren posibilidades para integrar este conocimiento en la silvicultura regenerativa, priorizando árboles que mantengan comunidades microbianas robustas como indicadores de salud ecológica.

Más información: A diverse and distinct microbiome inside living trees | Nature

Ver fuente