Nuevo material solar sueco mejora 8 veces la producción de hidrógeno y apunta a reemplazar el diésel en transporte pesado

Nuevo material desarrollado en Linköping logra dividir agua con solo luz solar, acercándose al umbral del 10% de eficiencia.
- Nueva tecnología para producir hidrógeno más eficiente
- Material tricapa: silicio, cobalto y catalizador
- Ocho veces más rendimiento que tecnologías previas
- Hidrógeno verde impulsado por luz solar directa
- Alternativa real para transporte pesado y aviación.
Un nuevo material para dividir el agua con la luz del sol
La producción de hidrógeno verde a partir de agua y energía solar da un paso adelante gracias a un nuevo material desarrollado por un equipo de investigadores en la Universidad de Linköping, Suecia. Mediante una estructura en tres capas, han logrado multiplicar por ocho la eficiencia de la fotocatálisis del agua, lo que podría acelerar la transición hacia un modelo energético sin emisiones.
El trabajo, liderado por el profesor Jianwu Sun y publicado en Journal of the American Chemical Society, se centra en mejorar la capacidad de ciertos materiales para captar luz solar y utilizar esa energía en la separación de moléculas de agua en hidrógeno (H₂) y oxígeno (O₂). Este proceso, conocido como fotocatálisis, podría ofrecer una vía limpia y sostenible para producir hidrógeno sin necesidad de combustibles fósiles.
¿Por qué importa este avance?
Con el fin de la venta de coches nuevos de gasolina y diésel en la Unión Europea en 2035, el transporte terrestre tiende a electrificarse. Sin embargo, sectores como la aviación, el transporte marítimo o los camiones de larga distancia difícilmente podrán funcionar solo con baterías debido al peso y la autonomía limitada.
En estos casos, el hidrógeno verde aparece como una solución viable. No emite CO₂ al utilizarse y puede almacenarse en forma líquida o gaseosa, permitiendo una densidad energética adecuada para vehículos pesados. Pero hasta ahora, su producción ha sido costosa y dependiente de electricidad renovable externa, lo que limita su viabilidad económica.

El corazón del avance: una estructura en tres capas
El nuevo material combina carburo de silicio cúbico (3C-SiC), conocido por su capacidad para absorber luz solar, con óxido de cobalto (Co₃O₄) y un recubrimiento de hidróxido de níquel (Ni(OH)₂) que actúa como catalizador. La clave está en cómo estas capas trabajan juntas para:
- Mejorar la absorción del espectro solar.
- Separar eficazmente las cargas eléctricas generadas por la luz (evitando su recombinación).
- Facilitar la reacción química que divide el agua.
Esta sinergia permite multiplicar por ocho el rendimiento respecto al uso del carburo de silicio solo, un salto notable en un campo donde los avances suelen ser incrementales.
Un futuro más cercano para el hidrógeno solar
Actualmente, la mayoría del hidrógeno que se produce en el mundo es hidrógeno gris, extraído de gas natural mediante un proceso que emite grandes cantidades de dióxido de carbono. Solo una fracción marginal es hidrógeno verde, generado con electricidad renovable. Pero incluso esa opción verde requiere infraestructura eléctrica y puede ser cara o limitada por la disponibilidad de energía en tiempo real.
Lo innovador del enfoque de Jianwu Sun y su equipo es que apunta a prescindir completamente de la red eléctrica: el proceso funcionaría solo con luz solar directa. Si logran alcanzar el objetivo de una eficiencia del 10 %, el estándar considerado mínimo para su industrialización, se abriría la puerta a instalaciones autónomas de producción de hidrógeno, incluso en regiones remotas o soleadas sin acceso a infraestructuras energéticas complejas.
Actualmente, la eficiencia de materiales similares ronda entre el 1 % y el 3 %, por lo que el reto es técnico pero alcanzable. Los investigadores estiman que en un plazo de cinco a diez años, podrían tener una versión lista para pruebas a escala mayor.
Ejemplos e implicaciones reales
Proyectos pioneros como el HyDeal España, que planea producir hidrógeno verde a gran escala con energía solar en el sur del país, o el corredor del hidrógeno verde en el norte de Europa, muestran que la infraestructura para utilizar este tipo de hidrógeno ya empieza a tomar forma. Sin embargo, sin avances como este en materiales, los costes siguen siendo un obstáculo.
Además, la posibilidad de crear sistemas de producción in situ con luz solar permitiría a comunidades rurales o islas generar su propio combustible sin depender de envíos de combustibles fósiles ni redes eléctricas costosas.
Potencial
Este nuevo material, y la tecnología que lo acompaña, podría ser una pieza clave en la descarbonización global si se logra escalar su uso. Algunas posibles aplicaciones realistas incluyen:
- Abastecimiento energético de flotas pesadas (camiones, barcos, trenes) con cero emisiones.
- Desarrollo de estaciones locales de hidrógeno en zonas con alta radiación solar, como el Mediterráneo, el Sahel o América Latina.
- Producción descentralizada de combustibles sostenibles para la aviación, como el queroseno sintético a base de hidrógeno verde.
- Reducción drástica de emisiones en la industria química y del acero, sectores difíciles de electrificar.
- Empoderamiento energético de comunidades con baja infraestructura eléctrica pero alto potencial solar.
En resumen, la investigación del equipo de Linköping no solo representa un avance científico; abre la puerta a un nuevo paradigma energético, donde la luz del sol puede alimentar industrias enteras sin dejar una huella de carbono.
Vía Effektivare produktion av ”grön” vätgas med nytt material – Linköpings universitet