Eco Turismo

Turismo Nacional

Ecoturismo Turismo Turismo en Venezuela viajeros

Startup australiana presenta robot con patas de araña que promete imprimir una casa de 200 m² en un solo día, usando residuos reciclados

Charlotte es un robot de construcción desarrollado por Crest Robotics y Earthbuilt Technology. Está diseñado para construir casas de hasta 200 m² en un solo día, con una velocidad equivalente a 100 albañiles.

  • Robot constructor con forma de araña.
  • Casa de 200 m² en 24 horas.
  • Material reciclado: vidrio, arena y ladrillo.
  • 3D printing en obra, sin intervención humana.
  • Cero emisiones si se usa materia prima local.
  • Resistente al fuego e inundaciones.
  • Respuesta directa a la crisis de vivienda.

Charlotte: el robot constructor que puede cambiar la forma en que edificamos

La automatización en la construcción lleva años en desarrollo, pero Charlotte representa un salto cualitativo. Este robot autónomo, diseñado por la startup australiana Crest Robotics junto a Earthbuilt Technology, promete construir viviendas completas de 200 m² en un solo día, utilizando materiales reciclados y de bajo impacto ambiental. La promesa no es solo rapidez: también es sostenibilidad y adaptación.

Tecnología e innovación al servicio del planeta

A diferencia de otros robots de construcción centrados en tareas específicas, Charlotte funciona como una unidad autónoma e integrada. Gracias a un sistema de impresión 3D por extrusión, deposita capa por capa un compuesto de arena, vidrio reciclado y ladrillo triturado, formando estructuras sólidas, resistentes y sostenibles.

Su diseño biomimético –con patas articuladas similares a las de una araña– le permite moverse y elevarse sobre el terreno, adaptándose a diferentes condiciones sin necesidad de maquinaria adicional. Esto reduce el consumo energético, la logística en obra y la dependencia de transporte pesado, factores clave en la reducción de emisiones de CO₂ en la construcción.

Viviendas más accesibles y resilientes

Charlotte no solo aporta velocidad. Las viviendas que construye están pensadas para resistir inundaciones e incendios, dos fenómenos que, con el aumento del cambio climático, afectan a millones de personas cada año. Además, su capacidad de operar con materiales disponibles localmente permite reducir costes y emisiones asociadas al transporte, algo vital en comunidades rurales o zonas afectadas por desastres.

El enfoque modular y simplificado puede no satisfacer todos los gustos arquitectónicos, pero sí responde a una necesidad urgente: la escasez global de viviendas dignas y asequibles. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), más de 1.600 millones de personas viven en condiciones inadecuadas. Soluciones como Charlotte pueden aliviar esa presión, especialmente en regiones con déficit de mano de obra o infraestructura limitada.

Visión a largo plazo: del campo al espacio

Los creadores de Charlotte también miran más allá del planeta. Su diseño compacto, autónomo y resistente lo hace ideal para misiones en entornos extremos, como la Luna o Marte. La idea no es tan futurista como parece: la NASA y otras agencias ya estudian formas de utilizar materiales disponibles in situ (como regolito lunar) para imprimir estructuras en el espacio. Charlotte podría encajar perfectamente en esa estrategia.

Por ahora, su uso está pensado para contextos terrestres. Pero los primeros prototipos, ya presentados en ferias tecnológicas, marcan el inicio de una transformación real en la forma de construir. En países como Australia o México, ya existen planes piloto para explorar esta tecnología en proyectos de vivienda social y recuperación postdesastre.

Potencial

La tecnología detrás de Charlotte podría contribuir a un modelo de construcción más respetuoso con el medio ambiente y más equitativo si se implementa con inteligencia. Algunas aplicaciones prácticas y realistas incluyen:

  • Viviendas de emergencia en zonas afectadas por huracanes, terremotos o incendios forestales.
  • Desarrollo urbano sostenible en regiones con crecimiento acelerado y falta de infraestructura.
  • Reducción de residuos de construcción, reutilizando materiales que hoy acaban en vertederos.
  • Impulso a la economía circular, integrando cadenas de suministro locales para la fabricación del material.
  • Descarbonización del sector de la construcción, que hoy representa más del 35 % del consumo energético mundial, según la Agencia Internacional de Energía.

Charlotte no resolverá todos los problemas habitacionales ni sustituirá por completo a los métodos tradicionales. Pero sí ofrece una vía concreta y escalable para construir más rápido, más limpio y más justo. En un mundo que necesita soluciones urgentes, es exactamente el tipo de innovación que puede marcar la diferencia.

Más información: crestrobotics.co

Ver fuente