Startup diseña mochila con panel solar, hecha con botellas recicladas, que ofrece energía y refugio a personas sin hogar en California

Mochila impermeable hecha de botellas recicladas. Panel solar de 4 W en la parte superior. Batería interna de 10.000 mAh que se carga en 4–6 horas de sol directo.
- Mochila con panel solar integrado.
- Carga de móvil sin enchufe.
- Batería recargable con energía solar o red eléctrica.
- Incluye equipo básico para vivir en la calle.
- Fabricada con botellas recicladas.
- Distribución en más de 25 ciudades de EE.UU.
- Proyecto social con impacto real y replicable.
Una mochila solar que ofrece autonomía a las personas sin hogar
Cuando una persona vive en la calle, el móvil se convierte en su única herramienta de conexión: para pedir ayuda, buscar empleo, contactar a familiares o acceder a servicios sociales. Pero mantenerlo encendido, sin acceso constante a electricidad, es un reto diario. Ante esta necesidad concreta, nació el Makeshift Traveler, una mochila solar pensada para quienes más la necesitan.

Tecnología pensada para el día a día
La mochila está equipada con un panel solar fotovoltaico de 4 vatios que se conecta a una batería interna de 10.000 miliamperios-hora. Esto permite cargar un smartphone entre dos y tres veces con una sola carga completa. En condiciones ideales, bastan unas 4 a 6 horas de sol directo para llenar la batería. Pero también puede cargarse en un enchufe convencional si se da la oportunidad.

Todo está diseñado para la movilidad y la resistencia. La carcasa externa está hecha de plástico reciclado proveniente de botellas de agua, con un acabado impermeable y duradero. El puerto USB externo permite cargar el móvil sin necesidad de abrir la mochila, algo práctico y seguro en la calle.
Mucho más que una batería
El valor de esta mochila no está solo en su tecnología. Lo que la hace realmente valiosa es su enfoque integral. Cada unidad incluye elementos básicos para la supervivencia en condiciones extremas: tienda de campaña, saco de dormir, poncho impermeable, linterna, radio, botella de agua, kit de higiene, tarjeta de identificación, caja con cerradura y calcetines.

Además, se entrega junto con una guía impresa de recursos locales —15 servicios sociosanitarios o comunitarios—, personalizada según la ciudad. Esto convierte al Makeshift Traveler en una herramienta de conexión real, no solo con la energía, sino con el tejido de apoyo social.
Una de sus innovaciones más recientes es la almohada externa, hecha de nylon con revestimiento de poliuretano, que se puede rellenar con una camiseta o prenda para crear un cojín improvisado. Y el próximo modelo, previsto para 2026, sumará reflectores delanteros y traseros para mejorar la visibilidad nocturna, un detalle vital para quienes duermen al borde de la carretera o en entornos urbanos con poca iluminación.
Una iniciativa con impacto tangible
Desde su lanzamiento en octubre de 2022, el proyecto ha distribuido más de 1.200 mochilas en 25 ciudades de California, y tiene como meta superar las 2.000 unidades entregadas antes de fin de año. El alcance se está ampliando: ya hay acuerdos en marcha con organizaciones en Virginia, Washington, Illinois, Carolina del Sur y Maine.

Detrás de todo está The HomeMore Project, una organización sin fines de lucro fundada por Zac Clark, que diseñó la mochila tras convivir con personas sin hogar en el barrio de Tenderloin, en San Francisco. Lo que comenzó como un proyecto universitario se ha transformado en una solución concreta, replicable y escalable.
Este modelo se diferencia de otros intentos de ayuda porque escucha primero. Fue creado a partir de conversaciones reales con personas sin hogar, que no pedían caridad, sino herramientas: poder cargar su móvil, guardar sus cosas, dormir seco, tener luz por la noche. Necesidades básicas, resueltas con diseño inteligente y tecnología asequible.
Más información: Makeshift Traveler – The HomeMore Project





