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Castillo de Biar en Alicante, tesoro bicentenario

Son más de dos centenares las fortalezas de distintas épocas que jalonan las tierras de la provincia de Alicante. Algunas de ellas sirvieron para proteger la costa de asaltos de piratas o intentos de conquista árabes y otros vigilaban las fértiles tierras del campo alicantino.

En cuanto a su importancia e impacto sobre la población, algunas fortalezas no pasaron de ser simples torres de vigilancia, mientras que otras fueron auténticos castillos alrededor de los cuales se desarrollaron núcleos urbanos. Hoy en día, algunas de esas pequeñas aldeas medievales se han convertido en auténticas ciudades, como ocurre con los casos de Villena, Biar, Novelda o Banyeres de Mariola.

Si, como a mí, te gusta la historia, la ruta de los castillos del Vinalopó es un gran plan alternativo para hacer en Alicante, tierra mucho más conocida por las playas, la gastronomía y la gran calidad de vida. Y es que la provincia en la que nací lo tiene todo, ¿a qué sí?

En el valle del Vinalopó, los castillos proliferaron a la vez que las ricas explotaciones agrícolas. Uno de los que mejor se conservan hoy es el Castillo de Biar, lugar que visité hace tan solo unas semanas.

Historia del Castillo de Biar

La fortaleza de Biar se construyó, en el siglo XII, sobre un cerro de unos 750 metros de altura. Desde él, domina toda la localidad y gran parte de la comarca del Alto Vinalopó.

Según los escritos encontrados, el origen del Castillo de Biar se halla en la época de dominación árabe. Sin embargo, no tomaría una gran relevancia hasta que fuera conquistado por las tropas de Jaime I en febrero de 1245, tras un intenso asedio de 6 meses.

Durante los siglos venideros, su importancia estribó en ser una de las fortalezas fronterizas que custodiaban Valencia ante la amenaza del Reino de Castilla.

Al llegar la Edad Moderna, el Castillo de Biar perdió sus funciones y comenzó a sufrir un serio abandono. Llegó a utilizarse en alguna ocasión más, pero dejó de tenerse en cuenta su conservación y, tras cumplir durante un tiempo con la función de cementerio, acabó en un estado ruinoso.

En 1931, se abrió una puerta de esperanza para el castillo, al ser declarado monumento histórico-artístico (también es Bien de Interés Cultural). Desde finales del siglo XX se han llevado a cabo varias renovaciones, dejándolo en un estado visitable y convirtiéndolo en el icono de Biar.

La visita al Castillo de Biar

Vistas desde lo alto de la torre del homenaje del castillo de Biar

Llegué al Castillo de Biar cerca de la 1 de la tarde, siendo uno de los últimos que tenía en mi lista de ese día. Como suele pasar, acabas por conocer mucho mejor tierras lejanas que la tuya propia y para remediar eso, me embarqué en una ruta para visitar varios de los castillos del Vinalopó.

Al entrar en el recinto del Castillo de Biar, lo primero que te llama la atención en su torre del homenaje, que se eleva 17 metros sobre el suelo. Data del siglo XII, tiene una planta cuadrangular y consta de tres pisos. Es allí donde encontramos a una mujer sentada a un pequeño escritorio. Nos comentó que teníamos que pagar 1€ por persona para visitar la torre, a la vez que una voz grabada te iba explicando lo que encontrabas en cada piso. Nos pareció genial y sellamos el trato con dos monedas.

En la planta inferior de la torre del homenaje del Castillo de Biar el techo presenta una bóveda de cañón, siendo distinto en el caso de los pisos segundo y tercero, donde, al mirar hacia arriba, encuentras una preciosa bóveda nervada almohade. Estas, junto a las del castillo de Villena, son de las más antiguas – de este estilo – de España y todo el Magreb, además de las únicas utilizadas en un edificio militar en la Península Ibérica.

Desde la almena de la torre, las vistas del pueblo y el campo que rodea Biar son espectaculares. Como comenzó a llover, no pudimos disfrutar mucho de ellas y regresamos, escaleras abajo, para salir al patio central.

Alrededor del mismo hay una serie de dependencias descritas en el siglo XV, como la caseta del cuerpo de guardia, el granero, el palacio nuevo (que albergaba a la familia del alcaide), una despensa, la cocina, el establo, la capilla dedicada a Santa María Magdalena y Santa Quiteria, y la Torre Maestra, utilizada para guardar armas y pertrechos de la guarnición del castillo.

Hoy en día, apenas queda nada de eso, así que tendrás que usar la imaginación para regresar a su esplendor medieval.

Cómo llegar al Castillo de Biar

Si te encuentras en la ciudad de Alicante, la forma más sencilla de llegar al Castillo de Biar es conducir tu propio coche (o uno de alquiler, pudiendo conseguirlo al mejor precio en nuestro comparador) por la carretera A-7. El recorrido es de unos 50 km y, si no te dejas atrapar por uno de los buenos bares de montaña que encontrarás en la carretera y lo haces del tirón, tardarás poco más de 40 minutos.

Para ir en transporte público, deberás coger un autobús a Castalla y desde allí otro a Biar. Un poco lioso y pesado.

 

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