La deforestación en la región del Mercosur ha sido una fuente de fricción en las negociaciones de los acuerdos comerciales entre la UE y el Mercosur, y una de las principales razones para detener el proceso de ratificación durante el mandato de Bolsonaro.

En los últimos meses, el nuevo gobierno brasileño ha enfatizado los recientes éxitos en el combate contra la deforestación en la Amazonia, que sí ha mostrado mejorías a lo largo de este año. Sin embargo, otros ecosistemas que cuentan con menos y atención de Mercosur muchas veces pasan desapercibidos en las discusiones sobre políticas ambientales y cambio climático en todo el mundo, sin recibir el mismo nivel de protección que el que se da actualmente a la Amazonia.

Este informe tiene como objetivo destacar los impactos recientes en los demás biomas (conjuntos de ecosistemas que comparten clima similar) cubren Brasil, Argentina y Paraguay. Concretamente El Cerrado, el Pantanal y el Chaco argentino se enfrentan a una situación crítica, con índices alarmantes de deforestación sobre regiones de un altísimo valor en cuanto a mitigación del clima. Por ejemplo solo el Cerrado alberga un 5% de la biodiversidad mundial, con más de 12 mil especies de plantas identificadas en sus fronteras.

Todos estos biomas comparten que son objeto de deseo de una agroindustria globalmente conectada que intenta expandir sus áreas dentro de esos ecosistemas. Se espera que esta situación empeore con la firma de un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, lo que provocará una presión aún mayor sobre el cultivo de la soja y otros productos que afectan al medio ambiente brasileño.

Al mismo tiempo, datos recientes indican que la situación extremadamente violenta que el Brasil rural ha enfrentado en los últimos años aún no parece mejorar. Durante los primeros seis meses del año, los conflictos que a los que se ven sometidas las comunidades rurales, han aumentado un 8% en comparación con la situación durante la era de Bolsonaro.

Es necesario poner fin al acuerdo y garantizar la protección del Amazonas y de zonas como El Cerrado, El Pantanal y El Chaco argentino, y detener la constante violación de los derechos humanos a los que se ven sometidas las comunidades indígenas en sus territorios.