El turismo rural es una de las modalidades que mayor desarrollo experimenta en los últimos tiempos. Cada vez más los turistas buscan destinos naturales, alejados del bullicio de las grandes ciudades y en contacto con la naturaleza.
Las casas cueva, que en su origen fueran la solución habitacional de familias humildes, construidas a fuerza de pico y pala, se han convertido hoy en una interesante alternativa de lujo de alojamiento.
La mayor concentración de estas casas cuevas se encuentra en las comarcas Guadix, El Marquesado y Baza-Huéscar en la provincia de Granada, convirtiéndose en uno de sus productos turísticos más atractivos y singulares.
Las casas cuevas, como forma de construcción subterránea son un claro ejemplo de la adaptación del hombre a las condiciones de su entorno y lejos de pasar de moda, y no valer nada hasta hace pocos años, se han convertido en poco tiempo en una alternativa de descanso de fin de semana y turismo rural.
Estas poblaciones han excavado con cierta facilidad habitaciones, cocina, recibidores en la roca, sólo dejaban al exterior los servicios,y las chimeneas que asoman al paisaje. Vivir bajo tierra tiene entre otras ventajas, la particularidad de que este terreno arcilloso es que una vez mojado con la lluvia, el agua es incapaz de traspasarlo, por lo que las cuevas se mantienen calientes y secas.
El interior de paredes y techos desiguales, hechos a pico, dan una extrema sensación calidez. Los pasillos, estrechos y, generalmente, cortos, llevan hacia estancias más escondidas en lo profundo de la cueva, donde no es raro encontrar, rincones, escalones, miradores, huecos y puertas incorporados.
El mobiliario también forma parte de la construcción, excavados en la misma roca, se encuentran pequeños armarios con puertas de celosía y alacenas de cocina en los huecos de las paredes, camas con doseles de tipo árabe y muebles labrados en el suelo, que aportan un toque de calidez a estas magnificas construcciones.
Imágenes: objetivo granada, factoriaurbana
Originally posted 2010-02-18 23:17:00.
