En la zona de Finisterre encontramos uno de los pueblos más bonitos y con más encanto de la Bretaña francesa. Concarneau es una bella población, conocida sobre todo por su espectacular Ville Close (ciudad amurallada) que es donde se originó la ciudad. Este pequeño recinto amurallado se asienta sobre una pequeña isla de 350 m de longitud por 100 m de anchura, en el centro de una bonita bahía.

Concarneau  (en bretón Konk-Kerne) es una de esas maravillas que no podéis dejar de incluir en cualquier ruta por esta magnífica región de Francia y sin duda es uno de los imprescindibles que ver en la Bretaña.

Concarneau

Un poco de historia sobre Concarneau

Lugar habitado antaño por pescadores y comerciantes, a finales del siglo XIII la seguridad de la población se vio reforzada con la construcción de una muralla. A ello se añadió su posición estratégica, por lo que más tarde la ciudad se convirtió en un enclave militar y comercial. En el siglo XVII el sistema defensivo fue reforzado por Sébastien Le Prestre, marqués de Vauban, mariscal de Francia e ingeniero militar, al que se debe también su intervención en otras fortificaciones de Francia, por ejemplo, en Saint-Maló. El siglo XIX, con la Revolución Industrial, supuso un gran auge económico para la ciudad gracias a la industria conservera, principalmente de sardinas y atún, que se instaló fuera de las murallas. Asimismo, la ciudad se extendió fuera del recinto amurallado.

La Conserverie

La belleza y peculiaridad de Concarneau también llamó la atención de numerosos artistas. A finales del siglo XIX se instalaron en la población un grupo de pintores, en particular anglosajones, atraídos por el pintoresquismo del lugar. Fueron estos artistas los que dieron voz a los habitantes de la ciudad, evitando así la destrucción de las murallas tal como se había acordado. En 1899 la fortificación fue declarada Monumento Histórico. Actualmente, Concarneau es un puerto pesquero de primer orden, el más importante de Europa en cuanto a la pesca del atún se refiere.

Ville Close (vista desde la Tour au Vin )

Donde aparcar en Concarneau

Aparcamos en el parking Aiguillon, un gran parking de pago situado delante de la Ville Close. Eran las 12:00 h y no tuvimos que pagar pues estábamos dentro de una franja horaria gratuita. No obstante, el precio es asequible (1,50 euro x hora), eso así el tiempo de estacionamiento está limitado a 4,15 h. En esa misma zona había otros parkings de pago, pero sin limitación de tiempo. También se puede optar por los parkings gratuitos, que están un poco más alejados, aunque no demasiado, de la ciudad fortificada.

Casas de pintorescas de piedra

Nada más dejar el coche aparcado nos encontramos con la oficina de Información y turismo. No dudé en entrar para obtener información sobre Concarneau y los lugares más interesantes para visitar. Me atendieron muy amablemente y me entregaron un plano de la ciudad.

Descubriendo la Ville Close de Concarneau

A medida que íbamos llegando, la vista de esa encantadora fortificación medieval nos iba fascinando cada vez más. Lo que nos llamó más la atención fue su impresionante torre campanario (beffroi) donde destaca, sobre uno de sus muros, un gran reloj solar. Esta torre fue añadida en 1906.

Campanario y Ville Close de Concarneau

Accedimos a través de dos puentecillos que conectan el islote con el resto de la ciudad. Atravesamos la puerta de acceso al recinto y nos encontramos con dos opciones, visitar primero las calles de la ciudad o bien subir al adarve de la muralla. Nosotros elegimos esta última opción.

Recorrido por las murallas de Concarneau (Francia)

La fortificación cuenta con nueve torres y tres puertas. En nuestro recorrido pasamos por la Tour du Gouverneur (Torre del Gobernador), la Tour du Major (Torre del Mayor), la Tour Neuve (Torre Nueva) o la Tour au Vin (Torre del vino). En cada una de ellas hay un panel que contiene información -en francés e en inglés- sobre diversos aspectos de la torre.

Porte Au Vin, una de las entradas a la Ville Closejpg

Durante todo el trayecto disfrutamos de unas vistas impresionantes de la bahía, poblada de barcos de pesca por un lado y por el otro de barcos de recreo, así como de la ciudad moderna. El lado opuesto del camino de ronda nos brindó la ocasión de tener un primer contacto, desde lo alto, con las calles y plazas de esta encantadora ciudad medieval. No hay que decir que desde ese lugar tan privilegiado podréis obtener unas fotografías inigualables.

Vista de las barcas desde las murallas de Concarneau

La ciudad medieval

Cuando finalizamos nuestro recorrido por el adarve de la muralla, descendimos y nos adentramos en el interior de la ciudad a través de su calle principal, la rue Vauban, que recibe el nombre del ya mencionado marqués de Vauban. De esta calle, auténtico eje vertebrador de la ciudad, nacen otras calles en dirección hacia las murallas. Es una ciudad encantadora donde abundan las casas de granito con tejados a dos aguas y también algunas casas de entramado de madera.

Pozo junto a la Casa del Gobernador

En algunas de las fachadas se puede ver una decoración con redes de pesca de color azul, señal inconfundible de una población dedicada a la pesca. Entre las casas conservadas de entramado de madera cabe destacar la Maison du Gouverneur (Casa del Gobernador), actualmente sede de la Maison du Patrimoine.

Maison du gouverneur

En la rue Vauban y la place Saint-Guénolé podéis encontrar todo tipo de tiendas, en particular de conservas, no en vano la economía de Concarneau se sustenta, en parte, por la industria conservera. Si sois amante de los dulces, encontraréis pastelerías donde poder comprar, entre las diversas especialidades bretonas, el sabroso kouign Amann por ejemplo, la pastisserie La Maison du Kouign Amann, en la place Saint-Guénolé.

La Maison du Kouign Amann en Concarneau

Esta plaza está llena de bares y restaurantes. Nosotros hicimos una parada en el café bar del mismo nombre que se encuentra justo al lado. No hay que decir que es un lugar encantador donde además de descansar y tomar algún refresco se puede disfrutar de la vista de uno de los enclaves más peculiares de la ciudad, donde destaca en el centro una hermosa fuente.

Calles con encanto

La rue Vauban nos llevó al otro extremo de la ciudad, donde se halla la iglesia de Saint-Guénolé que data de 1830, si bien de aquella construcción hoy solo se conserva la torre cilíndrica que en su tiempo fue muy criticada por ser considerada demasiado moderna. Actualmente, es precisamente esta torre lo que llama la atención del edificio. La nueva iglesia es de 1996. Si bien el acceso es por la rue de l’Église, la iglesia está ubicada en una zona verde, en uno de cuyos extremos se encuentra la Porte des Larrons (puerta de los ladrones), lugar desde donde se embarcaba a los condenados a muerte para ser posteriormente ejecutados, en la otra orilla.

Justo al lado, está el pequeño muelle que permite el acceso al transbordador (Le Bac du Passage), que si se desea se puede utilizar como medio de transporte para trasladarse a la ciudad moderna. Muy cerca se encuentra, utilizando como vértice la Tour des Larrons (Torre de los Ladrones), un pequeño anfiteatro al aire libre, llamado Le Carré des Larrons, donde en verano se organizan espectáculos varios.

Iglesia de Saint-Guénolé

Musée de la Pêche (Museo de la Pesca de Concarneau)

Está ubicado justo en la entrada del recinto, a la izquierda. Es un museo muy interesante de visitar pues es el primer museo francés dedicado únicamente a la pesca. Alberga alrededor de 2000 piezas: dioramas, maquetas, fotografías, planos, y todo tipo de objetos relacionados con la pesca y con su conservación. Es un museo que vale la pena visitar porque está estructurado de manera muy didáctica. Otro aliciente de este museo es que te permite acceder al interior del Hémérica, un barco de arrastre de pesca de altura, anclado en el muelle del museo.

Hémérica

Fiestas y espectáculos

Muy interesante es el Festival des Filets Bleus que se celebra cada año a finales del mes de agosto. Esta celebración surgió en 1905 en apoyo a los pescadores cuando la pesca de sardina tuvo su declive. El nombre tiene que ver con las redes de los pescadores que eran de color azul.

Vista desde la muralla con el Hemérica en primer plano

Lugares de interés extramuros

Aunque a nosotros no nos dio tiempo a visitarlos, fuera del recinto amurallado hay otros lugares interesantes, como el Marinarium, la estación marítima más antigua del mundo, que forma parte del Museo Nacional de Historia Natural. Nos hubiera gustado mucho visitar también le Château de Kériolet. Este bellísimo castillo rodeado de jardines y cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, fue reformado en el siglo XIX en estilo neogótico y está ubicado muy cerca del centro histórico. Perteneció a una tía del zar Nicolás II y más tarde a uno de sus descendientes, el príncipe Yusúpov que participó en el asesinato de Rasputín. Durante la estación estival el castillo de Kériolet acoge diferentes espectáculos y actividades culturales.

Playas de Concarneau

Además de su patrimonio cultural, Concarneau también ofrece la oportunidad de disfrutar de sus magníficas playas de arena fina y de diversas actividades acuáticas. Estas son algunas de sus playas más conocidas: Sables Blancs, La Belle Etoile, Dames, Cornouaille o Kernous.

Panorámica de la Ville Close