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Las 5 mejores razones para viajar a Centroamérica y República Dominicana

Esa famosa frase que afirma que las mejores esencias se guardan en frascos pequeños puede aplicarse también al mundo de los viajes. La prueba la tienes en Centroamérica, una región en la que no tendrás que recorrer enormes distancias para encontrar todos los atractivos viajeros que definen a un destino total.

Ese delgado brazo de tierra que conecta la parte septentrional con la meridional del continente americano está compuesto por 6 naciones (Belice, Guatemala, El Salvador, Panamá, Honduras y Nicaragua) con su propia cultura, gastronomía, historia, monumentos, costumbres y espectaculares paisajes naturales.

Además, en las aguas caribeñas se les une la impresionante República Dominicana, una tierra que deja huella en el alma viajera de aquel que la visita. Te recomendamos que nos acompañes en uno de los periplos más hermosos y diversos que puedes llevar a cabo en nuestro planeta. Estas son nuestras razones para viajar por Centroamérica:

1. Una arqueología monumental

pirámide maya en Belice

Templo Caracol en Belice. Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

Miles de años de historia contemplan al ser humano en Centroamérica.

De entre todas las civilizaciones que, a lo largo del tiempo, han poblado esas tierras, destaca la maya.

La civilización maya estuvo totalmente adelantada a su tiempo y su legado continúa vivo en Centroamérica gracias a la sangre que corre por las venas de sus descendientes, la tradición oral y un buen número de impresionantes de yacimiento arqueológicos que no puedes dejar de visitar para entender a este pueblo.

En ellos sentirás que no sólo estás viajando en el espacio, sino también en el tiempo.

Abrigado por las montañas Mayas y los bosques de la Reserva Forestal Chiquibul, el sitio arqueológico Caracol muestra las ruinas del que fuera el hogar maya más importante de Belice. Aquí llegaron a habitar más de 150.000 personas. Paseando por él se pueden admirar la acrópolis, templos, palacios y las canchas de juego de pelota.

Tikal y Yaxhá son dos ciudades mayas que se encuentran en la frondosa y bella selva guatemalteca del Petén. La Gran Plaza de Tikal, una urbe que vivió su apogeo entre los siglos III y IX, es uno de esos lugares en los que puedes pasar horas sin darte cuenta, absorbido por la grandiosidad de los monumentos que te rodean. Yaxhá, aunque más pequeña que Tikal, también presenta imponentes pirámides y casas palaciegas.

pirámide de Tikal en día soleado

Pirámide en Tikal (Guatemala). Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

Y en Honduras, las ruinas de Copán aún dan fe del pasado esplendor de la que fuera capital de un importante reino maya entre los siglos V y IX, estando habitada durante más de dos milenios. Este yacimiento es famoso por sus estelas y esculturas labradas en piedra, plazas y templos ceremoniales.

2. Vibrante cultura y fascinantes tradiciones

Este mundo maya ha tenido su continuación en parte de las tradiciones locales actuales de Centroamérica, pero éstas también poseen parte del carácter de todos los pueblos que fueron habitando estas tierras.

El resultado de esta mezcla es un patrimonio cultural realmente profundo, amplio y diverso.

Mujer en San Juan de Atitlán puesto de telas

Mujer en puesto de telas en San Juan La Laguna (Atitlán, Guatemala). Fotografía © David Escribano

Lo podrás descubrir visitando las poblaciones que se asientan a orillas del guatemalteco lago Atitlán, como San Juan La Laguna, donde las mujeres de la etnia kiché fabrican coloridos tejidos en telares antiguos.

Cerca de allí, en Santiago, sus habitantes honran al Gran Abuelo Maximón, nacido del sincretismo entre las religiones maya y cristiana.

calle de Antigua Guatemala

Antigua, en Guatemala. Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

En cuanto a ciudad coloniales, es imposible pasar por alto la bellísima Antigua de Guatemala, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, o la capital de República Dominicana, Santo Domingo, en cuya Zona Colonial aún se pueden visitar las primeras edificaciones que los españoles levantaron en el Nuevo Mundo.

En Nicaragua, León y Granada también son bellas ciudades por las que merece la pena pasear y admirar sus monumentos, mientras que El Salvador tiene en el centro histórico de su capital un tesoro y lo mismo ocurre con el Casco Viejo de Ciudad de Panamá.

Vista aérea centro histórico El Salvador

Plaza Libertad en el Centro Histórico de El Salvador. Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

Sin embargo, Centroamérica también posee varios Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad.

Por ejemplo, la lengua, danza y música de los garífunas es algo que podrás disfrutar al viajar por Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

En Guatemala, podrás admirar el teatro bailado Rabinal Achí, y en Panamá no puedes dejar de visitar los talleres artesanales en los que se utilizan fibras vegetales para elaborar talcos, crinejas y pintas del sombrero pintao, un complemento tradicional panameño.

También en Panamá, podrás visitar la aldea Emberá Querá, dedicada completamente a fomentar el turismo local y enseñar a los visitantes la cultura y tradiciones de esta bella zona selvática.

3. Cuna de biodiversidad y aventura en la naturaleza

Los amantes de la naturaleza sienten que han llegado al paraíso cuando viajan por Centroamérica y República Dominicana.

Esta tierra alberga el 12% de la biodiversidad del planeta y posee el honor de ser la segunda mejor zona del hemisferio occidental para el avistamiento de aves. Además, presenta el segundo arrecife de coral más grande del mundo.

Puedes comprobar todo esto mientras recorres lugares como el magnífico lago Atitlán (Guatemala), rodeado de selva y vigilado por el imponente volcán San Pedro, que se eleva más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

lago de lava en volcán Masaya

Volcán Masaya en Nicaragua. Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

Otros espectaculares volcanes de la zona son los de Santa Ana (El Salvador) y Masaya (Nicaragua), que presenta un lago de lava perenne en su interior.

Un ejemplo de la frondosidad de la jungla dominicana se encuentra en la fascinante península de Samaná, sin olvidar las bellísimas rocas calcáreas cubiertas de vegetación y rodeadas de mar del parque nacional Los Haitises.

Este tipo de paisajes hacen que Centroamérica sea un destino top para los que buscan la práctica de deportes y actividades al aire libre.

Cascada en República Dominicana al atardecer.

Naturaleza en República Dominicana. Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

El senderismo es la más habitual, pero también se puede bucear en los arrecifes de coral de Belice, practicar el rafting en los ríos de Guatemala, explorar cuevas, volar sobre la jungla gracias a las tirolinas o el parapente, y recorrer en bicicleta de montaña lugares como las montañas salvadoreñas de San Ignacio.

Por supuesto, tampoco hay que olvidar el surf, pero eso nos lleva a las magníficas playas e islas que descubrirás en Centroamérica.

4. Un destino de sol y playas inolvidables

La inmensidad del Pacífico a occidente y el Caribe a oriente. En el caso de República Dominicana, decide sólo mecerse en las templadas y coloridas aguas caribeñas.

Envidiables son las playas que jalonan las costas dominicanas, como es el caso de Punta Cana, uno de los puntos turísticos más populares de todo el continente americano. Allí, además de bucear, nadar, practicar un sinfín de deportes náuticos y tomar el sol, también podremos aprender sobre la cultura del país, realizar excursiones a islas y playas recónditas y disfrutar de la gastronomía dominicana.

Isla paradisíaca en Cayos Cochinos

Cayos Cochinos en Honduras. Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

Bocas del Toro es la joya playera de Panamá. Se encuentra a poco más de 45 minutos de la capital y permite adentrarse en salvajes manglares, nadar entre arrecifes e incluso surfear.

Aunque un gran lugar en Centroamérica para practicar el surf es El Tunco, población también conocida con el nombre de Surf City. La capital del surf salvadoreña presenta una hermosa playa con olas perfectas, creándose un ambiente cosmopolita con una vibración especial que atraes a los amantes de este deporte desde todos los rincones del mundo.

En Honduras también te esperan playas de arena fina y blanca en lugares como la isla de Roatán y Cayos Cochinos, un grupo de islas que presentan atolones de origen coralino. Cuando te canses de tomar el sol o de relajarte tomándote un agua de coco bajo la sombra de una palmera, te aconsejamos que te pongas tu equipo de snorkel y te sumerjas en unas aguas tan llenas de vida que no las olvidarás jamás.

Como inolvidable es, también, la experiencia de sobrevolar el espectacular Blue Hole (Agujero Azul) de Belice, un pequeño atolón repleto de vida marina que forma un círculo casi perfecto y crea un contraste de colores y tonalidades impresionante.

Vista cenital del Blue Hole de Belice

Blue Hole en Belice. Fotografía cedida por Oficina de Turismo de Centroamérica

Está considerado como uno de los mejores lugares del mundo para bucear.

5. Saborear la gastronomía

La gastronomía es un componente esencial de cualquier viaje, pues esta refleja parte de la cultura de la tierra que estamos visitando.

En el caso de Centroamérica y República Dominicana, la cocina muestra la gran fusión de las culturas indígena, europea, africana y asiática.

Así, en El Salvador puedes desayunar plátano frito con crema ácida, huevos, frijoles y las “riguas”, sus famosas tortillas de maíz.

En Belice es famoso su pastel de frutas negro, mientras que en Guatemala está muy rico el jocón, un plato del siglo XVI que está relacionado con la cultura de las etnias que pueblan la zona de Huehuetenango. El jocón consiste en una espesa crema hecha con tomate verde, cilantro, cebolla y pimiento verde, a la que se añade carne de pollo y especias.

sancocho dominicano en mesa de madera

Sancocho. Fotografía: Pixabay

En Honduras preparan carnes a la parrilla, después de haber sido maceradas con jugo de limón con vinagre, pimienta negra, azúcar y comino.

En Nicaragua triunfa el gallo pinto, preparado con arroz frito, cebollas, frijoles rojos y pimientos; mientras que en Panamá el arroz se cocina de mil formas – sobre todo con marisco – y en los restaurantes locales sirven ropa vieja, un guiso de carne deshilachada que se sirve con verduras y salsa roja. Por supuesto, acompañado de arroz.

Y, por supuesto, no puedes irte de República Dominicana sin probar un sabroso sancocho. Este caldo de carne tiene distintas versiones, pero la Premium es el sancocho de siete carnes.

En él se mezclan distintos cortes de carne de cerdo, pollo, vaca y chivo, con hierbas, verduras, especias y plátano. El resultado es espero, nutritivo y espectacularmente sabroso.

¡Un gran sabor de boca final para que siempre quieras regresar a Centroamérica y República Dominicana!

 

 

 

TFW

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