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Un fin de semana en Bruselas para escuchar jazz y de compras

No entiendo como puede haber gente a quienes no les guste Bruselas.  Es una opinión personal. No me pagan por decirlo, se lo aseguro. E insisto, a mi Bruselas me encanta.

Me gusta mucho viajar a Bruselas. Quizá influyan muchos detalles en esta opinión. Por lo pronto, siempre que he viajado a esta ciudad ha sido en compañía de gente encantadora. Amigos y compañeros de trabajo con quienes he recorrido la ciudad de punta a punta en busca de rincones de esos que no salen en las guías turísticas y de los que tanto me gusta a mi hablar en mis reportajes.

Reconozco que cuando viajo me encanta caminar kilómetros y kilómetros (no exagero, puedo llegar a recorrer hasta cuarenta kilómetros al día) y pederme huyendo de lo habitual y siempre en busca de lo nuevo.

Bruselas Grand PlaceBruselas Grand Place

¿De qué se habla en este post?

Visita al Barrio Europeo de Bruselas

En mis paseos he descubierto una cara nueva de Bruselas que no conocía. Me ha encantado pasear por barrios alejados del centro pero repletos de vida. Donde siempre encuentras anónimos edificios maravillosos estilo Art Nouveau. Cafés. Algún que otro museo. Zonas de Bruselas que nunca salen en los medios de comunicación, pues estos siempre muestran su parte más política europea.

No podemos olvidar que en Bruselas están la Comisión y el Parlamento Europeo, organismo que comparte sede con Estrasburgo. Visita que por cierto recomiendo. Si tienes tiempo no dejes de acercarte al barrio Europeo, donde se ubican todas las instituciones europeas. Experiencia muy interesante aunque no te guste la política. Y didáctica. Una forma divertida de aprender y entender cómo funciona este continente tan complejo que es Europa.

Diseñadores belgas

Otra actividad que me gusta mucho es  ver los escaparates del moderno barrio de Dansaert, donde reinan las tiendas de los diseñadores belgas (muchos de ellos formados en la escuela de moda de Amberes).

Eso sí, reconozco que sólo voy a mirar ya que los precios de los creadores belgas no se ajustan a mi presupuesto. Pero me gusta SUFRIR. Y soñar, por eso también me apasiona perderme por el maravilloso barrio de los anticuarios de El Sablon.

Bruselas noviembre 2008 188Bruselas noviembre 2008 188

Me gusta hojear las guías del ocio locales para ver que exposiciones hay en el momento en la ciudad, que conciertos, que espectáculos. Y siempre me llevo la sorpresa de lo muchísimo que hay para elegir.

Patatas fritas belgas

También me gusta sentarme en una cervecería y probar alguna de las miles de cervezas que suelen tener en las cartas. Y tomarme un cucurucho de patatas fritas con mayonesa mientras paseo. Mmmmm. Mi pequeña pasión.

Me encanta subirme al tranvía. Sentarle y mirar las caras de la gente. Y confirmar que esta es una ciudad multirracial y cosmopolita, donde habitan personas de más de cien nacionalidades. Donde se escucha hablar francés y neerlandés o flamenco (los dos idiomas oficiales del país) tanto como español, alemán, árabe, ruso… Y todos se respetan entre ellos.

Bruselas es un ejemplo de convivencia. Están muy acostumbrados a ese ir y venir de personas y no protestan por ello, sino que absorben lo mejor de las razas que aquí habitan. Por ejemplo, sus sabores.

En Bruselas es fácil encontrar restaurantes de comidas exóticas impensables en España: tibetana, libanesa, persa, brasileña, peruana, polaca, finlandesa… y lo que es mejor, no sólo por países, también por regiones: gallega, asturiana, andaluza, bretona, milanesa, de Baviera… El mundo a la carta.

Si mi viaje coincide en jueves, suelo ir a un concierto de jazz.

El inventor del saxo

Por cierto, una curiosidad. ¿Sabías que el inventor del saxo fue un belga?. Se llamaba Antoine Joseph, pero le apodaron como Adolphe Saax y nació en 1814 en una localidad llamada Dinant (Bélgica). Por eso en Bruselas hay tanta tradición de jazz.

Me enteré de esto casi de casualidad. De esta historia y de otras muchas, detalles de la vida que uno aprende cuando se viaja. Pequeñas experiencias vitales de Bruselas que dejan huella para siempre.

 

 

 

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