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Cómo la agricultura ecológica protege nuestros recursos hídricos naturales

Calor y sequías de larga duración seguidas de intensas tormentas con fuertes lluvias e inundaciones: ante la crisis climática, cada vez hay más atención en torno a la escasez o excedente de agua. Ya para este año 2023, países del sur de Europa como España, Portugal, Italia y Francia informan de una inusual carencia de lluvias, mientras que muchos noreuropeos consideran que ya ha llovido más que en los últimos dos años. Nuestros patrones meteorológicos están desequilibrados. Y aunque no hay vida posible sin agua, hemos hecho poco caso a la calidad y disponibilidad de este precioso bien. Sólo cuando nuestras cosechas se marchitan y fracasan, cuando las carreteras se inundan y los precios del agua suben, nos damos cuenta de que tener agua no se puede dar por sentado. La buena noticia: la agricultura ecológica ayuda a proteger, limpiar y almacenar el agua donde se necesita.

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123rfLimited©animaflorapicsstock

Ante la crisis climática, necesitamos que nuestros suelos almacenen más agua

Ya en la escuela aprendimos cómo funciona el ciclo natural del agua: la radiación solar hace que el agua se evapore de los océanos, ríos y lagos. A medida que se enfría, se condensa y cae en forma de lluvia sobre nuestros suelos. A partir de ahí, se filtra a nuestras aguas subterráneas y finalmente vuelve a desembocar en el mar. Sin embargo, debido al cambio climático, las lluvias se han vuelto más irregulares. Por tanto, es más importante que nunca que nuestros suelos puedan absorber y almacenar agua. Pero son cada vez menos los suelos capaces de hacerlo.

La agricultura convencional socava la importancia de los suelos sanos para el almacenamiento de agua

Según las condiciones climáticas, la base de roca, la topografía y el uso, nuestros suelos pueden ser arenosos, limosos o arcillosos; ligeros o pesados, ácidos o básicos; fértiles o infértiles; saturados de agua o drenados. La agricultura convencional lleva tiempo descuidando la importancia de los suelos sanos y ha perjudicado su fertilidad y capacidad de almacenar agua. En lugar de apreciarlos porque proporcionan nutrientes de forma natural a nuestras plantas a la vez que captan CO2 y agua, los suelos a menudo se perciben como simples plataformas de anclaje sobre las que las plantas se alimentan con fertilizantes minerales y se riegan con sustancias tóxicas.

La agricultura convencional lleva tiempo descuidando la importancia de los suelos sanos y ha perjudicado su fertilidad y capacidad de almacenar agua

En tiempos de escasez o sobrante de agua, los suelos esponjosos sanos son clave

Los suelos más adecuados para hacer frente a patrones meteorológicos extremos son los llamados suelos de esponja. Permiten que el agua de lluvia se filtre mientras a su vez la limpia biológicamente. Para hacerse una idea del estado de salud de nuestro suelo, vale la pena mirarlo más de cerca. Los suelos de esponja tienen muchas cavidades y muchas partículas irregulares, y permiten que el agua drene de forma eficiente. «Podéis cavar un agujero en el suelo, llenarlo de agua y ver lo rápido que desaparece. Cuanto más rápido ocurra esto, más sano es el suelo», explica Manfred Mödinger. Es ingeniero, cofundador y presidente de la comunidad alemana de calidad de agua mineral ecológica, «Bio-Mineralwasser».

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123rfLimited©abhbah05. Sistema de riego por goteo

La agricultura ecológica permite a nuestros suelos captar y depurar el agua de forma natural

Para Mödinger y sus colegas, el agua es algo más que un líquido. «Es la base de la vida y fruto de nuestros suelos. La mejor forma de asegurarla es no contaminarla, y almacenarla donde es necesario: en nuestros suelos», dice. Desde el año 2017, su organización publica información sobre el deterioro de la calidad del agua alemana subterránea y del grifo. «Los recursos naturales de agua en Alemania están gravemente en peligro. Y, sorprendentemente, ni siquiera existe una regulación nacional uniforme para un seguimiento integral de la calidad del agua», critica Mödinger. Para él, la agricultura ecológica es la manera más sostenible de asegurar nuestros recursos hídricos: «Los agricultores ecológicos se abstienen de aportar pesticidas sintéticos y nitrógeno mediante fertilizantes artificiales, a la vez que apoyan la fertilidad del suelo mediante manto, compost, rotación de cultivos y cultivo mixto. En lugar de contaminar y degradar nuestros suelos, les permiten captar y depurar nuestra agua de forma natural», explica.

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En las zonas de captación de agua, la agricultura ecológica debería ser obligatoria

Mödinger lleva muchos años promoviendo los beneficios de la agricultura ecológica para nuestra agua. Sin embargo, sólo el diez por ciento de las tierras de cultivo en Alemania se cultiva de manera ecológica. «Aún nos queda mucho camino por recorrer. Especialmente en las zonas de captación de agua, debería ser obligatorio cultivar ecológicamente», dice Mödinger. Para demostrar que estas afirmaciones no sólo son sueños ideales, sino soluciones económicamente viables a una amenaza cada vez más urgente, Mödinger y sus colegas han lanzado una potente herramienta de comunicación: el contador de agua ecológica. Muestra la cantidad anual de agua que la agricultura ecológica en Alemania protege no contaminando sino apoyando a nuestros suelos. Las cifras son impresionantes: «En 2021, la agricultura ecológica ha protegido alrededor de 2.300 millones de metros cúbicos de agua», dice Mödinger.

Sólo cuando nuestras cosechas se marchitan, las carreteras se inundan y los precios del agua suben, nos damos cuenta de que tener agua no se puede dar por sentado

Un contador que confirma los beneficios relacionados con el agua de la agricultura ecológica

El cálculo del contador de agua ecológica se basa en las precipitaciones anuales, la superficie de cultivo ecológico y la tasa media de infiltración de la lluvia en el suelo. La tasa de infiltración mide cuánta agua puede absorber un suelo en un período de tiempo determinado. Mödinger lo sabe: «El tratamiento del agua es un asunto caro. El coste medio para eliminar nitratos, pesticidas y sus productos de degradación del agua suma unos 65 céntimos por metro cúbico. Si la lluvia cae sobre campos ecológicos de humus no tóxicos, estos costes no se producen. En 2021, cada hectárea de agricultura ecológica en Alemania ha ahorrado 837 euros en costes de tratamiento, que deben gastarse en agua contaminada». El contador de agua demuestra una vez más que la agricultura ecológica es el camino a seguir «Aún hoy, las subvenciones estatales a la agricultura ecológica son a menudo criticadas. Nuestro contador muestra muy claramente que el apoyo estatal a la agricultura ecológica está justificado. Porque todos nos beneficiamos de ello», dice Mödinger.

Autora: Ina Hiester, periodista independiente del sector ecológico

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