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Eco Turismo: Vínculos Urbano-Rurales: Entendiendo el multiverso territorial

¿Qué pasa por tu mente cuando escuchas la palabra ciudad? Posiblemente lo primero que viene a tu cabeza sea una megápolis, con muchos edificios, grandes avenidas, ruido, atascos y algún rascacielos. Sin embargo, no todas las ciudades son así. Es más, puede que te sorprenda, pero la mayoría de las ciudades de América Latina y el Caribe (ALC) no responde al estándar de ciudad grande con millones de habitantes.

Tanto las megápolis, como las ciudades de tamaño medio o pequeño, tienen retos y necesidades comunes como el suministro de agua, energía, salud, educación, etc. Sin embargo, el tamaño afecta, y mucho, a la forma en la que deben resolverlos. En el BID trabajamos para que todas las ciudades de la región, sin importar su tamaño, localización o realidad territorial, sean espacios de progreso y bienestar.

En el blog de hoy te invitamos a conocer cómo es la realidad territorial de las ciudades de nuestra región, la forma en la que se vinculan con el ámbito rural y la importancia que tiene contar con políticas públicas a su medida para poder mejorar la vida de todos sus habitantes.

Rural y urbano: ¿realidades antagónicas?

En el artículo anterior de esta serie, explicamos que existe más de un parámetro para clasificar los territorios y que no sólo es posible, sino recomendable, ir más allá de la dicotomía urbano/rural para contar con políticas públicas que estén más ajustadas a las condiciones particulares de cada entorno. Pero, ¿qué pasa con aquellos territorios que tienen elementos de diferentes puntos de ese mismo rango? Como en la hipótesis de los múltiples universos, cada uno con sus propias leyes físicas y propiedades independientes, los múltiples territorios cuentan con características únicas o que, como en este caso, pueden corresponder a varios puntos de esa variación progresiva, o continuum.

Pero antes, empecemos diciendo que, tal como las clasificaciones, las percepciones territoriales también tienden a responder a unos imaginarios predeterminados que son compartidos de manera colectiva. Cuando hablamos de un territorio urbano latinoamericano, se tiende a pensar en una imagen similar a la figura 1, acompañada de adjetivos como moderno, caótico, gris, innovador, desarrollado, ruidoso. De la misma manera, cuando se habla de lo rural, aparece una imagen como la de la figura 2, y vienen a la mente palabras como tradicional, tranquilidad, verde, agricultura, rezago, producción primaria, silencio.

Imagen 1: Imaginario urbano latinoamericano
Imagen 2: Imaginario rural latinoamericano

Del imaginario a la realidad latinoamericana: un término medio entre urbano y rural

Las imágenes 1 y 2 representan extremos del amplio rango del continuum territorial urbano-rural, y explican una realidad en la que habita una minoría de la población latinoamericana. Los imaginarios urbanos y rurales responden a antiguos modelos que no nos permiten entender los procesos de transformación territorial que han ocurrido en nuestra región. La situación real territorial de la mayor proporción de la población de nuestros países se parece más a una serie de espacios intermedios con características como las de la siguiente imagen:

Imagen 3: realidad latinoamericana, un termino medio entre urbano y rural

Cuando hablamos de ciudades, normalmente nos referimos a las grandes metrópolis del planeta, aunque estas representen una pequeña parte del universo urbano. En la segunda década del siglo XXI había en el mundo 442 ciudades de más de 1 millón de habitantes, y unas 10.000 ciudades entre 50.000 y 1 millón de habitantes. Esto significa que más del 60% de la población urbana vive en esa segunda categoría de ciudades que, según estudios realizados por el BID, han presentado en las últimas décadas crecimientos poblacionales y económicos mayores a los promedios nacionales.

En esta categoría han surgido los denominados territorios urbano-rurales como un tipo de ciudades intermedias en las que priman características económicas (actividades agropecuarias y agroindustriales), sociales, demográficas y culturales de sus áreas rurales circundantes, con las que además tienen un fuerte vínculo. Según RIMISP, cuentan con aproximadamente la tercera parte de la población de los países de la región (32% de la población en Colombia, 38% en México o 39% en Chile, por ilustrar algunos ejemplos).

Siete características de los territorios urbano-rurales:

En el proceso de surgimiento de los denominados territorios urbano-rurales ocurren fenómenos de transformación estructural que se retroalimentan. Estos son algunos de ellos:

  1. Hay una provisión creciente de bienes y servicios públicos y acceso a comunicaciones, como producto del crecimiento poblacional.
  2. Las economías de subsistencia que antes representaban una gran porción de las actividades son reemplazadas por otras cada vez más productivas que atraen trabajo relacionado con sistemas productivos rurales, con especial desarrollo de la industria agrícola.
  3. Se diversifican los medios de vida y se amplía la oferta de empleo, generando un nuevo mercado laboral que busca nuevos trabajadores para actividades no necesariamente agrícolas: transporte, manufactura, procesamiento de alimentos, etc., que generan un aumento en los salarios de los trabajadores.
  4. La ampliación de las actividades impacta en los sistemas agroalimentarios, que se vuelven más complejos, porque se genera una modernización de procesos impulsada por la utilización de nuevas tecnologías que son financiadas con los mayores ingresos de las empresas.
  5. Aparece un comercio más especializado y la economía local amplía los flujos de interconexión con su espacio territorial inmediato y, en algunos casos, con el comercio nacional e internacional.
  6. Este dinamismo genera un proceso creciente de urbanización por la atracción de nuevos trabajadores y por el aumento del ingreso municipal en los territorios, que a su vez permite la adquisición de un mayor número de bienes y servicios públicos.

En esta dinámica de retroalimentación, la interdependencia territorial es absoluta: mientras las zonas rurales dinamizan las zonas urbanas, estos centros urbanos intermedios permiten que la transformación rural sea posible. Los vínculos que dan cuenta de la creciente interrelación entre áreas urbanas y rurales a partir de flujos de personas, bienes y servicios, son fundamentales para lograr que estas dinámicas de desarrollo rurales existan y puedan generar las condiciones para entrar en este ciclo de transformación estructural.

Soluciones desde la política pública a problemas urbano-rurales

El fortalecimiento de los vínculos urbano-rurales redunda en la formación de espacios de conexión donde se producen los intercambios socioeconómicos y se genera una identidad cultural e institucional que define el territorio como construcción colectiva. En este caso, la formación de territorio tiene una relación directamente proporcional al grado de vinculación.

Por lo general, las ciudades que hacen parte de este conjunto no tienen necesariamente problemáticas relacionadas con grandes poblaciones, segregación urbana, tráfico o grandes tiempos de desplazamiento. Sus desafíos están más relacionados con la falta de acceso a bienes y servicios públicos de calidad y al cierre de brechas territoriales con otras áreas más urbanizadas. Así que las potenciales soluciones desde la política pública deben tener este particular abordaje con enfoque territorial, que necesariamente pasa por analizar la funcionalidad de las relaciones territoriales.

En algunos países se está dando mayor importancia a la planificación territorial de escala intermedia a partir de áreas funcionales. Esto permite superar evidentes limitaciones de la escala municipal con el fin de acometer grandes iniciativas para estructurar el territorio. También facilita sobreponerse a restricciones en la escala estatal frente a la heterogeneidad y extensión del territorio, dar continuidad y coherencia territorial al ordenamiento municipal y poner en práctica los lineamientos de ordenamiento de mayor jerarquía.

Este tema lo analizaremos en más detalle en el siguiente artículo de esta serie. Hasta ese momento, te invitamos a compartir tu opinión sobre las realidades territoriales de tu municipio en la sección de comentarios. Estaremos encantados de leerte.

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