Es mi tercera vez en la ciudad. Por raro que suene, nunca había realizado un free walking tour en Madrid. Participé de varios en otras ciudades de Europa pero nunca aquí.

Nada es casual en esta vida, porque gracias a la invitación de Ogotours tal vez tuve la oportunidad de hacer uno de los mejores. Y es que se nota a cinco cuadras el amor que le meten, la garra con la que, a diario, reciben a los viajeros y turistas con ansias de saber todo sobre una de las ciudades más hermosas de España.

Es una empresa pequeñita y es su dueño, Javier, quien nos recibe personalmente en la Puerta del Sol a las 10.45  de la mañana, sonriente, debajo del paraguas verde que caracteriza a su empresa. Él también realiza los tours pero como es un día concurrido, y les caracteriza el servicio personalizado y los grupos pequeños, nos dividen en dos.

Nuestra guía es Sonia, una madrileña “posta” (como decimos en Argentina) que no solo nos contará cosas totalmente nuevas para nosotros, sino que también para varios de los españoles que nos acompañaron durante el tour. Además, nos recomendó lugares para comer o tomar algo, de esos donde “los madrileños van” y no solo los típicos para turistas. Esos detalles hacen la diferencia.

Lo que caracteriza a los free walking tour es que son tours donde se recorre puntos específicos de la ciudad y al finalizar se le entrega una propina al guía por su trabajo. El precio lo pone uno mismo. Unos 10 euros por persona es razonable pero hay gente que deja mucho más (también menos, pero ya es medio rata…). 

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Recorrido del free walking tour en Madrid

Comenzamos en la Puerta del Sol, justo en la estatua de Carlos III, “uno de los mejores alcaldes que tuvo Madrid”, nos dice Sonia. En la base de la estatua puede verse una descripción. Lo curioso es que, para leerla completa, es necesario darle ¡19 veces al monumento!

La foto típica aquí es la del Oso y el Madroño (el árbol típico de la ciudad) y dicen que si tocas al oso volverás a Madrid.

Las carreteras radiales empiezan acá, justo en el kilómetro cero y su placa se encuentra en la Puerta del Sol, en la calle de enfrente. Pisar la placa también trae suerte, para volver a venir. Esto fue algo novedoso para mí, en mis viajes anteriores evidentemente no le presté atención, pero ahora que lo supe, cada vez que pasé me percaté de la cantidad de gente que hace “cola” para sacarse la foto pisando el cartelito.

Justo en la misma cuadra se encuentra el que supo ser la Real Casa de Correos de Madrid, el edificio más antiguo que queda en la Puerta del Sol. Es del siglo XVIII, construido bajo el reinado de Carlos III. Actualmente es la Presidencia de la Comunidad de Madrid y tiene un detalle muy particular.

Sonia nos pidió que nos detuvieramos en el reloj de su torre y adivináramos cuál era el “error”. Todos dimos la vuelta y comenzamos a analizar hasta que ví que el número 4 en números romanos estaba mal escrito. ¡Acerté! Resulta que en vez de colocar el IV han puesto IIII porque estaba mal visto, prohibido totalmente. Por eso, varios relojes antiguos tienen el 4 con cuatro palos…¡Si pasas rápido seguro que no te das ni cuenta!

Seguimos caminando y llegamos a una esquina muy particular con un edificio que llama la atención, como metido en una pequeña plazoleta. Es la Posada del Peine, el hotel más antiguo de Madrid. Tiene 407 años y en aquellas épocas tener un peine era todo un lujo. En la Posada colocaban en cada habitación un peine de plata (que cuidadosamente ataban con cadenas, para que no se los robaran).

En Madrid hay placas centenarias que se entregan a los comerciantes que han mantenido la actividad por más de 100 años. En la Calle de la Sal encontramos la Relojería de 1880, con un simpático relojero que cada media hora sale a saludar… ¡Pasen y vean por ustedes mismos!

Y llegamos a uno de los puntos imprescindibles de Madrid: Plaza Mayor. Los edificios que vemos actualmente son todos remodelados y antiguamente eran de madera. Allí hubo varios incendios y en el de 1790 fue la “panadería” la única que subsistió por haber sido realizada en piedra. Estos detalles también son novedad para mí. Escucho a Sonia con total atención y descubro también, para mi sorpresa y horror, que aquí se realizaban ejecuciones públicas. Sí, también se festejaban los carnavales y las fiestas típicas… ¡Qué contradicciones!

Caminamos un poquito más hasta llegar a la Plaza de Santa Cruz, donde se encuentra el Palacio de Santa Cruz. Fue una “cárcel VIP”, el presidio de la Corte, donde encerraban a personalidades importantes (y  sus criados, que sin comerla ni beberla eran encerrados y seguir sirviendo a su amo).

Sonia nos muestra imágenes antiguas del “Garrote Vil”, un invento español para ejecuciones donde supuestamente no sufrían. Un tornillo en la espalda les rompía la columna… Para nuestro asombro, nos comenta que la ultima vez que se usó esta macabra técnica de ejecución fue en 1974… ¡Hace nada menos que 44 años! Fue el dictador Franco el que decidió desempolvar el Garrote Vil para llevar a la muerte a un anarquista Catalán. Lo peor de todo, es que una vez fallecido se demostró su inocencia. El Garrote sigue existiendo y se encuentra en el Ministerio de Asuntos Exteriores (en el Palacio de Santa Cruz).

Una de las especialidades de Madrid es el bocadillo de calamares. Hay muchos lugares para probarlo y cerca de la Plaza Mayor están los mejores. El valor ronda los 3 euros. Nosotros seguimos la recomendación de Sonia y una vez terminado el free walking tour nos fuimos para La Campana, quizás el más famoso de Madrid. Tiene el récord de haber vendido 1500 bocadillos al día. Lo mejor de todo, es que no es turístico y es frecuentado principalmente por madrileños. Los bocadillos son espectaculares, nos terminamos comiendo dos cada uno, junto a un par de cañas… ¡para chuparse los dedos!

Otra de las recomendaciones gastronómicas pero sobre todo por lo que representa: el Restaurante del Sobrino de Botín. Está en el récord Guinness por ser el restaurante más antiguo del mundo, data del 1725. ¡Una obra de arte!

Lo que nos quedamos con las ganas fue de comer el “cocido madrileño” otro típico plato que Sonia nos recomendó. Todos los días lo hacen en diferentes lugares pero dicen que el mejor está en la Taberna de la Daniela.

Hicimos una pasada por el Mercado de San Miguel. Estuvo cerrado por 30 años y sólo un puesto sobrevivió: es una frutería que aún existe. El establecimiento recibió su placa centenaria gracias a esta frutería que lo mantuvo en funcionamiento durante los años que estuvo cerrado. En el 2009 el Mercado de San Miguel volvió a abrir pero ahora como un lugar para probar productos típicos (y a precios de turista), ya no para hacer las compras, como antiguamente. Acá todo sale más caro. El bocadillo de calamares sale 9 euros (¡tres veces más caro que en La Campana!). Los madrileños no lo frecuentan, es puramente para el turista.

En la Plaza de la Villa no hay nadie, sólo los grupos de los tours. Había una iglesia y estaba el Ayuntamiento. Supo ser “la plaza de la ciudad”. Hay historias sobre hijos bastardos y escudos caídos, pero no quiero contarte todo ya que me encantaría que hagas el tour con ellos y descubras tanto como yo.

Un poco más adelante visitamos el monumento al atentado anarquista. En la boda del rey Alfonso XIII el 31 de Mayo 1906, Mateo Morral, un anarquista que se alojó premeditadamente en un hotel de la avenida, esperó la carroza con los novios pasar y arrojó una bomba en un ramo de flores. El ramo cayó sobre la calle pero no sobre el rey. Murieron 25 personas y hubo 200 heridos.

Entre tantas curiosidades que Sonia nos comenta, nos enteramos que el Puente de Segovia es conocido como “el puente de los suicidios”. Ahora está acristalado para evitarlos. Madrid tiene diferencias de alturas muy notables y es por eso que hay subidas y bajadas muy marcadas, mismo en la Plaza Mayor.

Conocimos la estatua del vecino curioso. En ese sitio estaba antiguamente la iglesia Nuestra Señora de la Almudena. Era ciudad árabe y muralla se decía almudaina, de allí el nombre. Allí estuvo la primera iglesia cristiana de Madrid (la que supo ser una mezquita y de la que se salvó la Virgen de la Almudeina, construida en madera). En 1868 se derrumbó para hacer crecer la Calle Mayor y la iglesia estorbaba. En este sector se conservan las ruinas y son, justamente, las que observa el vecino curioso, al que dicen, hay que tocarle “el culo” para atraer suerte.

Llegamos a la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena. Tardaron 110 años en su construcción y hace sólo 24 que se inauguró. Es por eso que tiene diferentes colores y en las esculturas hay representados diferentes estilos arquitectónicos. La consagró Juan Pablo II. A los madrileños no le gusta para nada y prefieren la Iglesia de San Francisco El Grande, sintiéndola su catedral.

Estamos casi llegando al final del tour y Sonia nos cuenta la historia del Palacio Felipe V, Palacio de Oriente o Palacio Real. La historia de su construcción también es super interesante y no se las voy a adelantar, para que hagan el tour. El Palacio es uno de más grande de toda Europa y es que por fuera no lo aparenta ni por casualidad. ¡Cuando Sonia comentó que es el doble del Palacio de Versailles de Francia no lo podía creer! Tiene 3500 habitaciones de las cuales se usan (y se visitan) sólo 30 o 35… ¡qué desperdicio!.

Terminamos el free walking tour en la Plaza de Isabel la Segunda, la “Plaza de la Opera”, justo frente al Teatro Real. Sonia nos recomienda hacernos tiempo para visitarlo por dentro y eso fue lo que hicimos al día siguiente. Muy interesante, quizás no un imperdible si andan justos de tiempo pero muy bonito para quien ya ha recorrido la ciudad varias veces o tiene tiempo para seguir descubriendo Madrid.

Nos despedimos de Sonia y es el momento de hacer la retribución por su trabajo. No olvidemos que en los free walking tour se le entrega una colaboración al guía por su tiempo, y el que hemos pasado con ella ha sido maravilloso. Aprendimos un montón y disfrutamos de sus consejos y recomendaciones. Sin dudas, la mejor forma de visitar Madrid. Reservá tu cupo para el free tour de Ogotours ahora!

¿Vale la pena hacer un free walking tour en Madrid?

100%. Obvio que también podes recorrer la ciudad por tu cuenta, pero sin dudas, no vas a poder descubrir sólo los detalles y los secretos que un guía experimentado puede compartirte. Sin dudas, te va a llevar por callecitas escondidas porque hay una historia detrás, algo que contar, un dato importante que va a hacer de tu visita en Madrid una mucho más especial. No es lo mismo ir andando sin realmente conocer.

A mi gusto, y así lo hice por todo el viaje por Europa, cuando llego a cada ciudad reservo un tour gratuito que me sirve como pantallazo general. Luego, vuelvo a los lugares donde quiero pasar más tiempo, el que me llamó más la atención o donde quiero comer o comprar algo. Además, el precio lo ponés vos y eso hace que sea inclusivo a todos los bolsillos. Como te decía más arriba, mínimo 10 euros es lo esperado por el tiempo y dedicación que te aportan los guías.

Si lo haces, contame en los comentarios!

Y no puedes venir a Madrid y no vivir una experiencia de Flamenco. Cardamomo es uno de los Tablao de Flamenco más reconocidos y lo super recomiendo.

Tienen diferentes menúes de tapeo o cena para acompañar el show (son opcionales). Hay cuatro espectáculos por día y para adultos sale 39 euros con una bebida de bienvenida. En algunas fechas hay 15% de descuento en el menú. Acá podes comprar tus entradas.

Este es un post patrocinado. ¿Qué significa? Quiere decir que hemos obtenido una retribución económica o un servicio a cambio. ¡Tranquilo! No aceptamos nada que incumpla el código de ética y nuestra moral. Además, todas las opiniones que leas en viajeydescubra.com son basadas íntegramente en mi experiencia, siendo reales y sinceras al 100%. Este tipo de posts me permiten seguir adelante con este proyecto que tanto amo.