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Eco Turismo: ¿Cómo mejorar la resiliencia climática en la vivienda informal de América Latina y el Caribe?

Inseguridad alimentaria, desnutrición, escasez de agua potable, enfermedades, migraciones, son solo algunos de los problemas que está ocasionando el cambio climático en el mundo.  A pesar de que estos efectos nos terminarán afectando a todos si no le ponemos remedio, sus impactos inciden de forma desproporcionada en los más vulnerables. Entre ellos están los cerca de 1.000 millones de personas que viven en asentamientos informales a nivel global.

La resiliencia climática en asentamientos y viviendas informales requiere acción urgente y a gran escala en América Latina y el Caribe (ALC). En nuestra región, la rápida urbanización y la alta demanda de vivienda y servicios urbanos ha producido un elevado crecimiento de viviendas urbanas informales, que aumentaron del 6% al 26% del total de residencias entre 1990 y 2015.

En este artículo, que forma parte de una serie sobre vivienda, exploraremos la intersección entre la resiliencia climática y la vivienda informal. El objetivo es invitar a los formuladores de política y desarrolladores de proyectos a tomar acciones concretas para mejorar la resiliencia climática en los asentamientos informales de ALC.

Las comunidades de asentamientos informales a la vanguardia de los impactos del cambio climático

En ALC, más de 110 millones de personas viven en asentamientos informales. Estos barrios no suelen estar preparados para el cambio climático Enfrentan riesgos particularmente altos debido a construcciones precarias y falta de infraestructura para prevenir inundaciones, resistir fuertes tormentas y hacer frente a las olas de calor.

Algunos factores que contribuyen a la mayor vulnerabilidad de la vivienda informal son:

  • Ubicación física: como riberas, llanuras de inundación o zonas costeras que tienden a ser más susceptibles a inundaciones, deslizamientos de tierra y aumento del nivel del mar.
  • Viviendas de baja calidad: construidas con materiales reciclados (cartón, hojalata o lona) sin buena ventilación e iluminación.
  • Servicios básicos limitados: falta de drenajes, espacios verdes y servicios públicos, lo que genera dependencia de proveedores informales (agua comprada a camiones cisterna) y conexiones de electricidad ilegales.
  • Inseguridad en la tenencia de la tierra: desincentiva la inversión para mejorar su vivienda y aumentar su resiliencia.
  • Pobreza: baja capacidad de recuperación y resistencia ante eventos climáticos extremos.
  • Marginación política e institucional: resulta en falta de infraestructura y apoyo para enfrentar los impactos climáticos.

Extraído y traducido de: Addressing the most Vulnerable First – PRO-POOR CLIMATE ACTION IN INFORMAL SETTLEMENTS. UN-Habitat, 2018.

Estrategias para construir resiliencia climática en la vivienda informal

Promover la resiliencia implica abordar aspectos físicos, sociales, económicos y políticos. A pesar de su complejidad, al rededor del mundo se están implementando estrategias para fortalecer la resiliencia de la vivienda informal. ¿Cuáles son estas estrategias?:

1. MEJORAMIENTO DE BARRIOS:

El mejoramiento de barrios y viviendas informales, una práctica extendida en la región, es un punto de entrada para hacerlos másresilientes a los riesgos que el cambio climático está exacerbando. Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo en estos programas son:

  • Mejorar la envolvente térmica, suelos, revestimientos y anclajes en los techos de las viviendas suele aumentar la resiliencia ante el cambio climático.
  • Reforzar los elementos estructurales de las viviendas para que sean más resistentes,  elevando la cota del edificio, con drenaje y contención, puede ayudar a reducir inundaciones y deslizamientos de tierra.
  • Aumentar servicios esenciales en asentamientos informales (agua potable, saneamiento y sistemas de drenaje) reduce riesgos y mejora la capacidad de adaptación.

Sin embargo, estas inversiones requieren ser diseñadas y construidas para soportar el clima actual y futuro, lo que requiere planeamiento a largo plazo con técnicas adecuadas, conocimiento e información sobre datos climáticos.

Izquierda: Sistema de drenaje en procesos de mejoramiento de barrios en Maputo, Mozambique. Crédito: Kate McGeown| Derecha: Techos blancos refrescan las casas

Izquierda: Sistemas de recolección de agua de lluvia para abordar el déficit hídrico en barrios vulnerables | Derecha: Muros de contención permiten mitigar riesgos en las laderas de los cerros

2. RELOCALIZACIÓN A VIVIENDAS RESILIENTES EN ZONAS DE MENOR RIESGO:

En áreas altamente peligrosas, la relocalización a desarrollos formales con infraestructura y servicios es necesaria. Es importante la seguridad del nuevo sitio y construir viviendas capaces de enfrentar el cambio climático y los desastres naturales. La relocalización debe involucrar a los propios residentes y buscar su aceptación, ofreciendo empleo, viviendas asequibles, servicios y seguridad en la tenencia en el nuevo lugar.

Por el aumento del nivel del mar, en Panamá se planea trasladar 300 familias del archipiélago Guna Yala a una zona montañosa continental.

3. PLANIFICACIÓN URBANA SOSTENIBLE:

La gestión de riesgos y la reducción de vulnerabilidad deben incorporarse en el desarrollo urbano, combinando planificación, políticas e inversiones. Esto incluye regulaciones y zonificación para prevenir construcciones en áreas de alto riesgo, fomento de la vegetación urbana y mejora de la infraestructura de drenaje. Además, se requiere fortalecer la capacidad de gobiernos y organizaciones para enfrentar estos desafíos.

4. PARTICIPACIÓN COMUNITARIA Y CONCIENTIZACIÓN

Informar a residentes sobre riesgos climáticos, brindarles recursos para la prevención y adaptación e incluirlos en la toma de decisiones en proyectos de resiliencia, asegurando soluciones culturalmente apropiadas y alineadas con sus necesidades.

Llamado a la acción

La convergencia entre la crisis climática y la precariedad habitacional requiere un abordaje integral para un futuro resiliente y equitativo. Aunque existen estrategias prometedoras, los proyectos de resiliencia en asentamientos informales enfrentan muchos desafíos: obstáculos como la falta de recursos, burocracia y escasez de tierras dificultan una implementación efectiva.

En la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrollamos proyectos de desarrollo urbano sostenible, mejoramiento de barrios, vivienda verde y resiliencia en asentamientos informales y en ciudades, con la consiguiente mejora de la calidad de vida de sus poblaciones. Buscamos difundir y expandir nuestro trabajo e invitar a los actores relevantes a integrar la resiliencia climática para abordar los desafíos urbanos, atendiendo las necesidades de los asentamientos informales. La colaboración entre gobiernos, bancos de desarrollo, ONGs y comunidades, permite implementar soluciones efectivas para un futuro más seguro y sostenible para todos en ALC.

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Las autoras agradecen el trabajo de edición de Jorge Guerrero y Juan José Cervantes.

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