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Eco Turismo: ¿Cómo recuperar empleo y actividad económica mediante el financiamiento de vivienda verde?

Todos somos conscientes de que las ciudades de América Latina y el Caribe (ALC) son vulnerables a los efectos del cambio climático. Sin embargo, ¿hasta qué punto nuestras urbes, y en particular sus habitantes, están realmente expuestos? La ONU, por ejemplo, nos alerta de que el aumento de la temperatura requerirá de las ciudades de la región medidas de adaptación y mitigación climática más contundentes, especialmente en el sector vivienda, ya que una casa y su entorno es el primer ámbito de protección para las familias. Asimismo, las disrupciones ambientales tienen impactos perniciosos en el bienestar y economía de las personas.

Entonces, ¿cómo aprovechar el financiamiento de vivienda verde para potenciar el empleo y la recuperación económica? En este artículo, que forma parte de una serie previa a la celebración del MINURVI en Buenos Aires los días 10 y 11 de abril, compartimos contigo cómo desde el BID trabajamos para promover el financiamiento de vivienda verde y resiliente e impulsar, al mismo tiempo, el trabajo y la economía.

¿Por qué es necesario financiar vivienda verde?

Nuestra región es la segunda a nivel global más propensa a los desastres naturales vinculados a las variaciones bruscas en el medio ambiente. Eventos climáticos y telúricos causaron la pérdida de 312.000 vidas y afectaron directamente a más de 277 millones de personas entre 1998 y 2020, con un mayor impacto en los barrios informales. Hacia el año 2050, más de 17 millones de personas (2,6% de la población de la región) podrían verse obligadas a desplazarse a otros países para evitar los impactos del cambio climático. Esta situación los convertiría en “migrantes climáticos internos”.

Inundación en Paraguay. Fuente: Mejorando barrios en Paraguay mediante estrategias de participación social

Para evitar daños en las vivienda causados por desastres naturales, así como proveer confort térmico, agua, luz, gas y energía a las personas y ayudar a los gobiernos a cumplir sus compromisos de Hábitat II, Hábitat III, la COP21 y la Agenda 2030, nuestro Banco está desarrollado, junto con ministerios, bancos de desarrollo, fondos nacionales de vivienda, la banca comercial, constructores y ONGs, nuevas herramientas para el “financiamiento de vivienda verde con una visión multidimensional que permita la recuperación económica y la generación de empleo”.

La vivienda, desde una perspectiva multidimensional

La agenda del programa Hábitat II en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos en Estambul (1996), enfatizó la necesidad de atender la demanda desde una perspectiva multidimensional; es decir, no sólo proveer un techo capaz de prestar refugio a las personas. Diez años más tarde, Hábitat II reforzó este punto y, además, abordó la importancia de proporcionar:

  • Confort térmico, saneamiento y adaptación a las condiciones medioambientales del entorno de la vivienda.
  • Accesibilidad, asequibilidad y productos de financiamiento, considerando la capacidad de pago de los diferentes grupos sociales.

A nivel global, el sector de la edificación representó el 35% del consumo de energía final (2019) y la construcción y operación de edificios produjo el 38% de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. En ALC, el sector de la construcción alcanzó el 45% de la energía utilizada y el 17% del consumo de agua potable(Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2020). Por ello, en la Conferencia de las Partes para el Cambio Climático (COP21) de París, los países de ALC se comprometieron a diseñar planes y estrategias de mitigación al cambio climático para incrementar la eficiencia energética de la economía, en particular en el sector de la vivienda.

Para lograr estos compromisos y con el objetivo de generar empleo y crecimiento económico tras el COVID, los ministerios de vivienda y desarrollo urbano, junto con el BID, se han puesto manos a la obra. Comenzamos a desarrollar nuevas reformas y productos de financiamiento que vinculan la vivienda en la ciudad con soluciones múltiples de mitigación y adaptación al cambio climático mediante financiamiento a vivienda verde (viviendas bien ubicadas cuyos habitantes reduzcan el consumo de agua, luz, gas y las emisiones de CO2 en al menos 20%).

¿Cómo apoya el BID a la región?

Los recursos fiscales post-COVID para la atención al déficit habitacional con una visión multidimensional son escasos. Por ello, estamos trabajando en una estrategia de fortalecimiento de la cadena de valor del sector vivienda verde a través de:

  • La creación de mesas interdisciplinarias entre ministerios de Desarrollo Urbano y Vivienda, de Medio Ambiente y Energía para coordinar las agendas interinstitucionales de mitigación y adaptación de la vivienda al cambio climático.
  • La adhesión de los países a agendas internacionales, sobre todo para cumplir con las metas y compromisos de Cambio Climático y Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030).
  • El robustecimiento de códigos y normas en materia de eficiencia energética y ambiental para la vivienda, así como el establecimiento de certificados de cumplimiento de normas mínimas.
  • La optimización de los recursos presupuestarios destinados a los servicios públicos esenciales y el redireccionamiento hacia el subsidio para la incorporación de medidas de eficiencia.
  • El apoyo a los ministerios y fondos nacionales de Vivienda para acceder a fondos verdes internacionales.
  • La sensibilización de la población para que se adopte la vivienda verde como una práctica común. Innovando con ecotecnologías y procesos constructivos, así como programas académicos y de especialización relacionados con la materia.
Imágenes con viviendas verdes, incluyendo detalle de una cocina, aislante térmico, reducción y reutilización de agua, y orientación. Créditos: Vinte

Beneficios del financiamiento de soluciones de vivienda verde

A través del financiamiento a soluciones de vivienda verde en ALC se pueden lograr los siguientes beneficios:

Para las familias: menor riesgo a desastres naturales en sus viviendas, menor gasto mensual en consumo de agua, energía y gas y confort térmico de sus viviendas.

Para gobiernos nacionales y subnacionales: recuperación de actividad económica y empleo local con la creación de una industria verde, mejor planeación urbana con enfoque en desarrollo social, sostenible y cambio climático y atracción de recursos privados destinados a vivienda verde.

Para el sector privado: más demanda e incremento en la velocidad de absorción (ciclos de venta más rápidos).

Estos programas han sido complementados con productos financieros y la disminución de tasas de interés para familias, bancos y constructores. Además, se han incluido algunos criterios de ubicación, priorizando la vivienda cercana a fuentes de empleo, fuera de zonas de riesgo y con factibilidad en los servicios básicos. Por supuesto, se ha tomado en cuenta la inclusión de medidas mínimas en materia de diseño bioclimático y ecotecnologías que no sólo se traducirán en reducción de emisiones de gases efecto invernadero, sino también en ahorros para las familias.

Programas de Vivienda Verde

Fuente: Elaboración propia.

¿Hacia dónde vamos?

Si bien existen avances importantes, estos no son suficientes. En palabras de António Guterres: “Si no se actúa con determinación, nos estamos jugando nuestra última oportunidad, literalmente, de cambiar el rumbo de las cosas. Aunque los países han asumido nuevos compromisos y reafirmado previos, el mundo se precipita hacia un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7°C en este siglo, incluso aunque se cumplieran los objetivos de París un escenario de calentamiento de 1,5°C, es el único futuro habitable para la humanidad

Ante este escenario, se requieren reformas estructurales de segunda generación relacionadas con la economía circular en la construcción de la vivienda. El objetivo es que la ciudad sea sostenible, compacta y resiliente.

Asimismo, deben crearse comisiones intersecretariales de vivienda y mesas interministeriales de ciudad y vivienda sostenible a fin de implementar proyectos estratégicos que promuevan la sostenibilidad ambiental y la mitigación. Por último, aunque no menos importante, hay que diseñar incentivos e instrumentos financieros y fiscales para fomentar el consumo eficiente de energía, gas y agua, empoderando a la sociedad civil para impulsar el consumo eficiente de recursos en la vivienda y prevenir los riesgos ante desastres naturales.

La próxima semana compartiremos el último artículo de esta serie previa al encuentro del MINURVI en Buenos Aires, en el que responderemos a la siguiente pregunta: ¿cómo podemos optimizar el uso de materiales carbono neutrales y localmente adaptados para reducir el déficit habitacional en ALC? ¡No se lo pierdan!

Los autores agradecen el valioso aporte de Alejandro López Lamia, especialista principal en la División de Desarrollo Urbano y Vivienda (HUD). Crédito imagen portada: Vinte

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