Lo mejor de la temporada. Frutas y verduras
Frutas y verduras, junto a cereales integrales y legumbres, semillas y setas, son los alimentos esenciales que necesitamos para nutrirnos. Al llegar la primavera, con los días más largos y las temperaturas cambiantes, suaves en general, las preparaciones en crudo de ensaladas variadas con lechuga, nabo, escarola, rábano, remolacha, rúcula, tomates y zanahorias, se hacen imprescindibles. La combinación de estos alimentos con germinados, cebolletas y pimientos, nos sugieren una paleta de variaciones en color y sabor excelente que nos permite ir variando durante toda la semana. Un primer plato perfecto.
Por otro lado, puerros, calabazas y calabacines, cosechados en su momento óptimo, nos harán fácil la preparación de digestivos purés y cremas suaves, que gustan a la mayoría y son recomendados para todas las edades. Si les añadimos tofu sedoso, ya tenemos una cena con todos los nutrientes necesarios y muy ligera. Se pueden preparar también salteados o gratinados, y, con poco esfuerzo, tenemos platos deliciosos.
En cuanto a las leguminosas, contamos ya con la aparición de los guisantes y las habas de temporada, con las que el disfrute gastronómico se eleva. Ideales en preparaciones sencillas, nunca demasiado cocidas cuando son tiernas, para no matar la vitalidad del producto recién cosechado y degustar su genuino sabor. Las habas son ricas en nutrientes como potasio y magnesio, así como vitaminas del grupo B y vitamina C. Los guisantes, además de vitaminas del grupo B, proporcionan energía. Y, aunque los encontramos en conserva todo el año, los frescos de temporada son riquísimos.
Las habas son ricas en nutrientes como potasio y magnesio, así como vitaminas del grupo B y vitamina C
Siguen las sanas y sabrosas alcachofas, las espinacas, los espárragos, el brócoli, las acelgas y las diversas clases de coles. Además, berenjenas, calabacines y pimientos están ahí para elaborar suculentos platos, cuando se preparan rellenos de verduras y champiñones, o elaborar pistos, samfainas y ratatouilles maravillosas, en sus variantes según las zonas, acompañando arroz, quinoa o trigo sarraceno, por ejemplo.
Las frutas son imprescindibles, y en primavera, a naranjas, limones, kiwis, manzanas y peras se les van sumando nísperos y fresones, albaricoques, melocotones, cerezas y nectarinas.
Ya sabemos que el consumo de fruta fresca y de temporada es perfecta para el mantenimiento de la salud, con su aporte destacado de vitamina C, que hay que obtener con la alimentación y a diario, así como de minerales y fibra. En todas las comidas encaja la fruta. En el desayuno, sola o añadida a yogur o cereales, en el almuerzo, en la ensalada o en el postre, en coloridas macedonias como merienda y también en la cena. Siempre de cultivo ecológico.
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