La política de integración socio urbana en Argentina: una forma de superar los círculos intergeneracionales de pobreza

Uno de los principales retos de las ciudades de América Latina y el Caribe es que la mayoría de sus habitantes viven en barrios informales. Estos barrios se caracterizan por su falta de integración urbana y social en la ciudad formal, y por la carencia de servicios básicos y espacios públicos de calidad. Argentina, al ser uno de los países más urbanizadosLa política de integración socio urbana en Argentina: una forma de superar los círculos intergeneracionales de pobrezade la región, con más del 92% de la población residiendo en localidades de más de dos mil habitantes, no es ajeno a este problema.

Hasta la fecha se han identificado 5.687 barrios populares en Argentina, donde se estima que residen 1.062.114 familias. ¿Por qué sucede esto? El origen del problema radica en la insuficiente respuesta del mercado de vivienda formal al crecimiento de la demanda, especialmente en los segmentos de menores ingresos. Esto hace que residir en urbanizaciones informales y la autoconstrucción de vivienda sea una de las opciones más accesible para la  población no atendida por el mercado formal.

Para hacer frente a esta problemática, el Gobierno de Argentina, a través del Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSyDS), está trabajando con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la ejecución del Programa de Integración Socio-Urbana (PISU). Este programa tiene como objetivo promover la integración social y urbana de los barrios populares que forman parte del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP). Su ejecución se realizará de manera  conjunta con los gobiernos subnacionales, que conocen mejor las problemáticas específicas que existen en cada barrio y actúan como puente entre el gobierno nacional y las organizaciones que tienen presencia territorial.  

Programa de Integración Socio-Urbana: hacia una mejora de la calidad de vida

Garantizar el acceso a los bienes y servicios que ofrece la ciudad, y promover el desarrollo económico y productivo se convierte en algo fundamental para superar los círculos intergeneracionales de pobreza. El PISU comprende una estrategia que busca mejorar la calidad de vida de las personas de barrios populares del país a través de la integración de diferentes aspectos sociales, económicos y urbanísticos.

¿Cómo se llevará a cabo el PISU? A través de acciones orientadas al aumento de las condiciones de habitabilidad, la calidad de vida, la seguridad de tenencia de la tierra, así como la mejora de la articulación entre el Estado y las comunidades residentes de los barrios populares. Para hacerlo posible, el programa se apoya en cinco acciones integrales:

• Ordenamiento territorial y seguridad en la tenencia: se enfoca en la incorporación de los barrios populares en la planificación municipal y en la entrega de instrumentos orientados al aumento de la seguridad en la tenencia.

• Desarrollo socioeconómico y comunitario: se enfoca en el mejoramiento de la participación de los habitantes en programas sociales existentes y en el fomento del desarrollo de actividades e iniciativas económicas barriales, con perspectiva de género y diversidad.

• Infraestructura: se enfoca en el aumento del acceso a servicios básicos, a espacios públicos y equipamiento comunitario de calidad para fomentar la cohesión social.

• Fortalecimiento institucional gubernamental y comunitario: se enfoca en el incremento de la eficiencia en la implementación de los planes de integración socio urbana, mediante la asistencia técnica para capacitar y fortalecer a los gobiernos en sus distintos niveles y a las comunidades en el proceso de diseño y ejecución de proyectos.

• Mejoramiento de vivienda: se enfoca en el mejoramiento de las condiciones habitacionales de hogares vulnerables en barrios populares y sus áreas adyacentes, considerando criterios de resiliencia y sostenibilidad ambiental.

Beneficios del programa de Integración Socio-Urbana

El proceso de ejecución del Programa de Integración Socio-Urbana presenta particularidades que resulta interesante destacar por su impacto positivo en las condiciones de vida de las comunidades de los barrios populares y en su entorno urbano.  Estos son algunos de sus beneficios:

• La participación de la población beneficiaria a lo largo de todo el ciclo de vida del proyecto genera viabilidad y sentimiento de pertenencia, lo que redunda en una mayor sostenibilidad de las intervenciones.

• La incorporación de obras tempranas al proyecto  genera credibilidad en el mismo y permite el desarrollo de propuestas técnicas de mayor complejidad en el entretanto.

• La participación de la población beneficiaria en el diseño e implementación de las intervenciones acelera el ritmo de ejecución de las obras y genera un impacto positivo en términos de plazo y calidad.

• La contratación de cooperativas y personas que residen en la comunidad también contribuye al desarrollo de la economía local y fomenta un círculo virtuoso. 

• El desarrollo de iniciativas productivas adaptadas a cada contexto local promueven el aumento del poder adquisitivo de las personas que los habitan.

El BID, líder mejorando barrios en América Latina y el Caribe

A partir de los resultados alcanzados, podemos afirmar que este programa será crucial para superar las barreras que enfrentan las poblaciones vulnerables y garantizar su acceso a los bienes y servicios que ofrece la ciudad.  Si bien con la coordinación a nivel nacional y una fuerte articulación con gobiernos subnacionales se está logrando una mejora significativa en la calidad de vida de la población en barrios populares, aún queda mucho por hacer.

Para ello, resulta de suma importancia aprender de lo realizado hasta la fecha y generar conocimiento para brindar soluciones sostenibles y de mayor escala acorde a la magnitud de la problemática.  Desde la División de Desarrollo Urbano y Vivienda del BID estamos a disposición de los gobiernos de la región para colaborar en los esfuerzos de mejoramiento de barrios y seguir mejorando vidas.