El Castillo de Angers y el Tapiz del Apocalipsis
Nos gustan los castillos como al que más. Aunque una cosa que echábamos en falta en muchos castillos del Loira era ese toque medieval y guerrero tan habitual en los castillos españoles. Sí, sí, sabemos que eso es porque en francés chateau se utiliza tanto para castillo como para palacio y los más famosos de la zona son eso, palacios. Pero aquí estamos para ponerle “remedio” con el castillo de Angers, el château d’Angers. Un castillo medieval en pleno valle del Loira con unos muros que han vivido un buen número de batallas, hasta la Segunda Guerra Mundial.
La zona estuvo ocupada desde el Neolítico. Mucho después llegarían los galos, los romanos y, al final, la dinastía Plantagenet. Ellos levantaron el castillo de Angers que ves hoy –con sus 500 metros de murallas y 17 torres– y hasta gobernaron Inglaterra. Seguro que te suena Ricardo Corazón de León… pues era Plantagenet.
Más allá de sus salas, capillas, patios, terrazas y jardines, tienes que visitar el castillo de Angers por el Tapiz del Apocalipsis. ¿Cómo? ¿Qué no sabes lo que es? Te diremos que está en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO desde 2023 y que es el tapiz historiado más grande y más antiguo del mundo… ¿Te vienes?
Cómo llegar al castillo de Angers: precios y horarios
Parece de perogrullo, pero es así: el castillo de Angers está en Angers. No te lo esperabas, ¿verdad? Pero, ¿dónde está Angers? Pues a orillas del río Maine, en el departamento de Maine y Loira, en la región Países del Loira de Francia. Toda la ciudad está incluida, como parte del Valle del Loira, en el listado de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El aeropuerto más cercano a Angers con vuelos directos desde España es el de Nantes, desde donde puedes llegar a la ciudad en TGV –tren de alta velocidad–. Otra opción es volar a París, también conectada con Angers por TGV.
Y, ¿dónde está el castillo de Angers? En un promontorio rocoso junto al río. Tampoco hace falta que te demos muchas más indicaciones porque sus muros y sus torres destacan en la ciudad. Pero, ya que estamos, la dirección exacta para que la pongas en el navegador: Promenade du Bout du Monde, 2. Y el enlace en Google Maps. Eso sí, está en el centro peatonal de la ciudad, que no te líen las indicaciones y acabes entrando con el coche donde no debes y ganándote una multa –en nuestro artículo Qué ver en Angers te contamos dónde aparcar gratis–.
Si quieres buscar un hotel cerca del castillo de Angers, aquí puedes ver los más próximos:
La entrada al castillo de Angers cuesta 11 € –para los menores de 18 años es gratis y también para los menores de 25 de la Unión Europea–. Puedes comprar tu entrada al castillo de Angers con antelación al precio oficial y saltarte las colas.
El castillo abre todos los días del año, excepto el 1 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre. El horario es de 10:00 a 18:30 –de primeros de septiembre a finales de abril cierra a las 17:30–. La taquilla cierra 45 minutos antes y la galería del Tapiz del Apocalipsis, 15 minutos antes.
Tienes toda la información en su página de Monumentos Nacionales de Francia.
Un poco de historia del castillo
Mucho después de la ocupación prehistórica, gala y romana, los condes de Anjou levantaron un palacio en la zona, en el siglo IX. Un incendio lo arrasó a principios del siglo XII –puedes ver restos en las excavaciones arqueológicas–. Fue el momento en que entraron en escena los Plantagenet y reconstruyeron el palacio.
El castillo de Angers que ves hoy, se debe a una “española” –no existía todavía España–, a Blanca de Castilla. La madre del futuro Luis IX –el de la cruzada cátara–, mandó levantar la fortaleza a mediados del siglo XIII para defenderse de los ataques del rey de Bretaña, Pedro I.
Un siglo después, nace el ducado de Anjou, cuya capital será Angers. Y, durante cien años, el castillo de Angers se amplía y reforma. Se reforma y se sigue modificando durante toda su “vida”. Adaptándolo a las guerras con cañones, cavando los fosos, añadiendo bastiones…
¿Sabías que…?
Hoy podemos ver el castillo de Angers casi por casualidad. Se dictó orden de demolición nada menos que en dos ocasiones. La primera durante las guerras de religión –en 1585–, para que no sirviera ni a un bando ni a otro. A pesar de que se pararon los trabajos seis veces –se tardó tanto que se acabó la guerra y se suspendió la orden–, se llegaron a descabezar las torres. Otra orden de arrasar el castillo de Angers llegó a principios del siglo XIX para crear un bulevar. Al final, solo se arrasó una estructura avanzada.
De prisión a museo, pasando por más batallas
A mediados del siglo XVII, el castillo de Angers se transformó en prisión –Nicolas Fouquet pasó por aquí de la mano de D’Artagnan antes de ser trasladado al castillo real de Amboise–. Tras la Revolución francesa, en la que fue sede del Comité Revolucionario, volvió a ser prisión civil y militar.
No se vayan todavía, aún hay más. Tras la derrota de Napoleón, fue ocupado por tropas prusianas. Reocupado por las tropas francesas, se transformó en cuartel y arsenal y se desmantelaron zonas y edificios históricos. En 1875 fue declarado monumento histórico, pero eso no detuvo las “reformas” del ejército.
Se definió un plan de restauración en 1939, que se paralizó durante la Segunda Guerra Mundial, momento en que el ejército alemán ocupó la fortaleza y la utilizó como arsenal. Dañado por bombardeos aliados, la reconstrucción comenzó en 1945.
Espera, espera… En 2009 sufrió un incendio que acabó con gran parte del tejado. Pero, desde entonces, toquemos madera, todo va bien.
La visita al interior del castillo de Angers
Con una muralla de más de 500 metros, te puedes imaginar que la superficie que ocupa el castillo de Angers no es precisamente pequeña. Hablamos de unos cuantos miles de metros cuadrados entre edificios, patios, terrazas y jardines. Tómate tu tiempo –hay un restaurante dentro del castillo para que puedas reponer fuerzas–.
Las murallas y los miradores
Las mejores vistas de Angers se tienen desde lo alto de las torres del castillo. Podrás recorrer el camino de ronda y asomarte desde sus más de 40 metros de altura.
Seguro que te ha llamado la atención la mezcla de piedra blanca y negra en los muros del castillo. Es una referencia a su posición fronteriza entre Francia y Bretaña –reinos independientes en la época de su construcción–: la negra es esquisto bretón, mientras que la blanca es de la región de París.
Después de atravesar la entrada con sus dos torres, estarás en la zona de jardines y, más adelante, llegarás a otra puerta fortificada del siglo XV que da acceso al interior.
Salas y capilla
Pasamos a la residencia real y a la capilla del siglo XV, donde también verás restos de edificaciones anteriores. Conocerás la forma de vida en el castillo en la época y hasta verás recreaciones hechas con clicks de Playmobil. También descubrirás las primeras imágenes y significados del Tapiz del Apocalipsis.
Cuando salgas, fíjate en la residencia del gobernador –los duques y reyes pasaban poco tiempo en la ciudad– y en la puerta del campo, donde encontrarás el rastrillo de puerta más antiguo de Francia, del siglo XIV.
El Tapiz del Apocalipsis, la joya del castillo de Angers
Lo decíamos antes, pero lo volvemos a repetir: el Tapiz del Apocalipsis es el tapiz medieval más grande y más antiguo del mundo. Nada menos que 103 metros de largo por 4,5 de alto –el original, faltan algunas partes, se cree que tenía unos 149 metros de longitud–.
¿Sabías que…?
Si estás pensando que el Tapiz de Bayeux, en Normandía, es más antiguo, tienes razón. ¿Entonces? ¿Cómo puede ser el del Apocalipsis el más antiguo del mundo? Porque el de Bayeux, a pesar de conocerse como “tapiz”, es un lienzo bordado.
El nombre del tapiz lo dice todo, es una representación del Apocalipsis de San Juan, tejido a finales del siglo XIV. Fue el duque Luis I de Anjou el que lo mandó tejer a Nicolas Bataille. Su ubicación original era la Catedral de Angers.
Hoy considerado una joya, el Tapiz del Apocalipsis fue usado como alfombra, para cubrir árboles, para calentar los establos… lo que casi acabó con él. Además de ser guardado, doblado, en cofres.
Dos veces entramos, y pasamos un buen rato cada vez, en la galería en la que se expone durante nuestra visita al castillo. Y es que está lleno de detalles, con más de 200 personajes, de monstruos –algunos verdaderamente terribles–, de significados ocultos y hasta de propaganda del duque. Por no hablar de los efectos de transparencia o de las plumas y de la lana de águilas y corderos.
Los jardines
El castillo de Angers tiene jardines dentro y fuera de sus murallas. Los antiguos fosos secos hoy están llenos de plantas, formando figuras geométricas, que dan el toque de color con sus flores a los muros en blanco y negro del castillo.
Un jardín francés con parterres y zonas de césped perfectamente simétricas ocupan gran parte de la superficie en el interior de las murallas. El lugar perfecto para descansar un rato entre tanta piedra y tanta historia, antes o después de asomarse al tapiz.
Los imponentes muros del castillo de Angers protegen la ciudad desde hace siglos. Hoy, además, protegen el Tapiz del Apocalipsis.
